Parte de mí quiere arrancarle los putos ojos a Parker, pero la otra parte me grita que se los arranque a Joy.
Nunca me gustaron las mujeres libertinas, las respeto por supuesto, es su cuerpo y su decisión pero me refiero a que no me gustan para mí. Soy el tipo de hombre que busca compromiso a largo tiempo, me encantan los planes y creo que el poder llegar a diferentes metas y tener con quién compartir esa felicidad, debe de ser asombroso.
Busco esas experiencias compartidas, quiero una compañera para mi vida y me lo tomo muy en serio. Quiero casarme y tener un largo y feliz matrimonio como el de mis padres, busco exactamente lo mismo. Detesto los juegos, y el que Joy intente jugar conmigo solo me pone de malas.
Aceptaría su estilo de vida libertino si no me hubiera provocado minutos después de aceptar una puta cita con Parker. ¿A qué coño está jugando?
Mis ojos no pueden olvidar el brillo en los suyos cuando me sujetaba la polla como si siempre hubiera sido suya. ¿Y ahora tendrá una cita con el idiota de Parker?
Lanzo lejos el bolígrafo que termina chocando contra el vidrio, captando su atención. Cone l ceño fruncido mueve los labios, ¿qué sucede? Entiendo, así que termino negando con la cabeza. Si continúo mirándola terminaré cometiendo una locura.
—No pensé que terminaría molestándote tanto el que tu amigo saliera con tu interna—comenta Haynes.
—Sí, no me gustan los conflictos personales que llegarán a mi oficina luego de que él la coja y la eche de su casa como siempre hace—gruño en voz baja.
Me molesta de sobremanera el libertinaje, tanto en hombres como mujeres y lo que hace Parker lo aborrezco profundamente. Es mi amigo, lo conozco desde hace tiempo pero eso no quita el que sea un completo idiota con las mujeres que terminan en sus brazos.
Me ha tocado cientos de veces tener que controlar el drama ocasionado por sus aventuras de mierda, veces en las que incluso mujeres arruinaban mi oficina buscando al hijo de puta que no les cogía las llamadas y algunas otras que simplemente buscaban una explicación entre lágrimas. No quiero eso para Joy, y aunque me dijera que la tratará como se merece, no me gusta que esté cerca suyo para nada.
—Le gusta, Liam, de verdad esta vez le gusta la chica—el comentario de Haynes no logra nada en mí más que hacerme rodar los ojos. —De verdad, incluso limpió la banca por completo.
Eso sí me sorprende.
—¿Y le crees?—pregunto con una ceja en alto. —Porque yo no me creo que haya vaciado la banca por una chica que ni siquiera le aceptó un beso.
Haynes frunce el ceño.
—Ellos sí se besaron—dice confundido. —Yo lo vi, él la besó al salir del trabajo y no la vi para nada disgustada por eso.
La bilis sube por mi garganta. Aprieto tanto los dientes que incluso siento que puedo partirme la mandíbula por la fuerza ejecutada, mucho más cuando la puerta de mi oficina se abre sin más enseñándome a Joy.
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Entre Joy y Nueva York (AQS #5)
Storie d'amoreJoy Finlay es descuidada, desprolija, despistada y una pésima cocinera. Vive su vida un día a la vez, odia las agendas, la contaminación y el machismo. Jamás ha planeado algo y a la edad de veintiocho años no ha tenido ni una sola relación seria. L...