Naruto caminaba a lado de Sakura, como su turno en el hospital ya había terminado, se dirigía a casa con todo el cansancio, sangre bajo sus uñas y las muertes de sus pacientes acumuladas sobre sus hombros.
-¿Vas a casa?- Pregunto Naruto.
-Sí, acabo de salir de un turno de 48 horas, apenas puedo caminar.
-Bueno- le sonrió de lado -Eso se puede solucionar.- Sin avisar, la cargó en sus brazos como si fuera una princesa y comenzó a saltar por los tejados.
-¡Naruto! ¿Qué haces? -preguntó entre sorprendida y molesta.
-Vamos, Sakura-chan, solo quiero cuidarte.
El enojo de la pelirrosa se disipó al instante, ese tonto, siempre cuidándola. A veces sentía que no lo merecía, pero no iba a pelear por alejarlo, sobre todo cuando podía tener el paquete completo. Por el momento.
-Tonto- le sonrió, le dió un beso en la mejilla para después recostar su cabeza en ese pecho masculino en el que despertaba todos los días.
La primera vez que Naruto recibió un beso de Sakura, pensó que estaba en el cielo, la acción le dio vueltas en la cabeza hasta que no pudo más, y tuvo que hablar con ella al respecto, sin embargo la chica solo pudo decirle, un poco avergonzada, que le había salido natural darle un beso de agradecimiento, pero que si le molestaba, no lo haría más. Naruto no tuvo la fuerza para pedirle que se detuviera, simplemente era su sueño hecho realidad, así que le dijo que él estaba dispuesto a sufrir sus besos mientras ella quisiera, y eso fue todo, el principio de su sueño más grande; a parte de ser Hokage, era estar con su Sakura-chan lo que más deseaba, sin embargo evitaba pensar en lo que pasaría cuando el bastardo regresara.
Llegaron a casa en un cómodo silencio, y no la soltó hasta que su chica estuvo cómodamente en una de sus camisetas y recostada en la cama que compartían.
Sakura no podía dormir aunque estaba cansada, demasiado estresada para cerrar los ojos sin que su mente divagara entre una cosa y otra, así que llamó a Naruto que se había quedado en el departamento cuidando su sueño y seguramente comiendo Ramen.
Apareció en el marco de la puerta mirando su figura destapada de la manta que le había colocado.
-No puedes dormir- le dijo con una sonrisa pesarosa, él sabía lo que era estar lleno de tanto pensamientos y tan cansado que daban ganas de llorar.
Ella hizo un mohín.
-No, acuéstate conmigo y hablemos.
El chico no dudó en obedecer y se colocó detrás de ella haciendo de cuchara grande.
-¿De qué quieres hablar?
Ella sopesó si decirle sus pensamientos o hablar de cosas triviales, admitió que aunque hablara del clima en un principio, no podría dormir hasta que sacará de su mente eso que no la dejaba dormir.
-¿Crees que regrese? Se que probablemente no lo haga, pero no pierdo la esperanza de que lo haga.
-Yo también tengo la esperanza... pero al mismo tiempo tengo miedo.
Ella volteó su cuerpo para quedar frente a él.
-¿Miedo de que?
-De perder esto- Dijo mientras apretaba más fuerte su cintura -Nos hemos hecho tan cercanos, más de lo que debimos y no creo que a alguien le guste que su mujer tenga algo como lo que tenemos, y menos a él, ambos sabemos como te miraba la última vez que volvió.
Ella se quedó callada, ciertamente había visto un cambio en la actitud del Uchiha, pero de igual manera hubo algo que lo obligó a irse de nuevo.

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Somos uno
FanfictionUna vez mas, el equipo 7 deberá tomar una dura decisión sobre el futuro ¿serán lo suficientemente fuertes ésta vez? Cuándo el campo de batalla es desconocido, las decisiones se desdibujan tanto en la mente como en los corazones. Naruto no es de mi p...