XIV

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Hinata no pudo dormir esa noche, no podia sacarse de la cabeza lo que había visto, las extremidades entrelazadas, los movimientos de tres personas compartiendo un momento de lujuria desenfrenada, tanta, que ninguno de ellos, ninjas de élite, la había sentido acercarse o ¿Lo habían hecho a propósito para humillarla? Ya no sabía que creer, su mente iba y venía en cosas tan absurdas como dolorosas, Sakura era la causa de su dolor, siempre lo había sido, ella nunca había tenido una cercanía con nadie, su padre la alejó de todo lo que era suyo por derecho, dejando su educación a una maestra que sí bien la apreciaba, después del nacimiento de su hijo dejó de ser presente en su vida, Hanabi no tenía tiempo para ella, nunca lo tuvo, su padre había volcado todos sus esfuerzos en convertirla en una digna lider del clan y sí bien compartian algunas comidas y platicas frente al té, nunca tuvieron una complicidad de hermanas, ni de compañeras, solo… eran una familia distante, y ahora siendo una joven mujer, sus obligaciones incluso se había hecho mayores, ya con un tiempo determinado para que tomara el mando del clan, la primera mujer y la más fuerte que se había visto en generaciones. Y ella se había refugiado en la idea de Naruto, por que es lo que ella siempre había querido ser, lo observaba de niño desde lejos esforzarse y nunca ser suficiente, siempre compitiendo con Sasuke, el perfecto Sasuke, como la perfecta Hanabi, y la perfecta Sakura, siempre siendo más que el y ella, y sintió que eran almas gemelas, pero nunca tuvo el valor suficiente para acercarse, y luego en la academia fue testigo de como la admiración de Naruto por la belleza de Sakura solo se hacía mas grande hasta convertiste en enamoramiento, a pesar de que ella no le daba nunca una segunda mirada y a veces era cruel, pero el no desistió y cuando los equipos fueron formados una muesca tras otra se fué añadiendo a su corazón, ella comenzó a fijarse en el, a apreciarlo, quererlo, defenderlo, y el enamoramiento de Naruto se convirtió en amor puro, aunque la pelirrosa estaba enamorada de Sasuke, y cuando se fué para entrenar tuvo una leve esperanza de que al regresar hubiera olvidado a Sakura y se fijara en ella, entrenó duro para sorprenderlo, y el primer día de su regreso ella corrió para ser la primera que viera, pero una vez más perdió, por que al llegar solo pudo observar que él había encontrado primero a Sakura, y como él la miraba, bebiendo de ella de una manera que supo que no la había olvidado. Y durante los años se iban añadiendo grietas a su corazón por ver ese amor solo hacerse mas fuerte, sin importar lo que ella hiciera por el, nunca fue suficiente para ganar su corazón. Y ahora, a parte de todo ¿tenía que soportar ver como Naruto arruinaba su vida accediendo a hacer cosas inmorales solo por esa bruja? No, no se quedaría de brazos cruzados, lo ayudaría a ver la razón y alejarse de ella.
A primera hora de la mañana se vistió y corrió hacia la salida del recinto Hyuga, pero no tuvo suerte y encontró a Hanabi saliendo de su habitación ya lista para comenzar el día.
—Hermana, que sorpresa ¿Tienes una misión? Pense que solo tenías rango D por el momento.
La hermana mayor se ruborizó.
—¿C-Cómo sabes eso?
La pequeña rodó los ojos.
—Papá sabe todo sobre todos los Hyuga, y me lo dice a mi.
—Oh—no pudo decir más, no tenía caso, nunca había podido ser suficiente, asi que no tenía porque negarlo.
—No te pongas triste, todos nos equivocamos en algún momento, lo importante es aprender de los errores y seguir adelante—Hanabi le sonrió y a Hinata le pareció chocante, le hablaba ya como la lider y una hermana mayor, no sabía muy bien como comportarse así que solo asintió, ya dándose la vuelta cuando su hermana la llamó.
—Hinata yo… solo te quería decir que si en algún momento ya no te sientes bien siendo ninja, puedes ser parte del consejo interno del clan, eres brillante y en un futuro me ayudaría mucho tener alguien como tu a mi lado. Piénsalo ¿Quieres? Que no seas la líder no quiere decir que no puedas tener un rol importante y hacer cosas buenas por la familia. Papá ha cometido muchos errores, el mayor de ellos contigo.
Tras eso, la pequeña Hyuga se fue dejando a su hermana muy confundida ¿Dejar de ser ninja? ¿Después de todo lo que ese mundo le había dado? Pero, para comenzar ¿Por qué siquiera se volvió ninja? Todos los Hyuga se graduaban por lo menos de genin, pero no era su obligación serlo, ella se lo había rogado a su padre tras demostrar que no era digna de ser la cabeza del clan, pero ¿Por qué?
Sacudiendo la cabeza se dijo que no tenía tiempo para eso, ahora necesitaba ir a hablar con el Hokage.
Al llegar a la torre casi no había nadie, los turnos comenzaban en media hora pero sabía por sus habilidades oculares que ya había dos personas en la oficina, presumiblemente el propio Hokage y Shikamaru, que se preparaba para ser asistente y mano derecha del rubio. Al llegar a la puerta respiró profundo y tocó despacio.
El adelante que le respondió hizo que un nudo se formara en su estómago. Abrió la puerta con lentitud e inseguridad y Kakashi y Shikamaru que ya estaban preparados para recibirla tras haber sentido su chakra, compusieron una expresión de cordialidad pero cuidadosamete cerrada.
—Hinata, buen día.
—B-buen día señor Hokage, espero no interrumpir pero necesito hablar urgentemente con ustedes —miró de reojo a Shikamaru y enrojeció un poco, ese chico tan serio y listo siempre la ponía nerviosa, parecía leer sus pensamientos, y estaba segura que fue el quien le había informado a Kakashi del incidente que la había reducido a misiones rango D— sí es posible, a solas.
Kakashi la observó con atención y supo de que se trataba, ella lo había descubierto, asintió hacia Shikamaru, dándole dos órdenes en una y el pelinegro abandonó la oficina.
—Bueno ¿Qué puedo hacer por ti?
—Yo… no se como decirle esto… yo—respirando entrecortada, prefirió darle fin rápidamente—Ayer vi algo que es importante que sepa… El equipo siete mantiene una relación inmoral,y estoy preocupada de que Naruto esté siendo obligado a hacer cosas con las que no está a gusto.
—Mmn, entiendo—tomó un minuto para serenarse, no era propio del Hokage arremeter contra uno de sus subordinados, pero la chica delante de él ya estaba colmando su poca paciencia —Puedo comprender que estés interesada en el bienestar de Naruto, pero debes comprender que yo ya tenía conocimiento de ésta relación, fue Naruto quien me informó personalmente y te puedo asegurar que estaba muy interesado en proteger la manera en que todos están manejando su relación.
—P-pero señor Hokage, ese tipo de relaciones seguramente son ilegales y si no, es seguro que son inmorales e inaceptables. Debe detener esto.
Al final su voz se elevó lo suficiente para ser maleducada, su rostro enrojeció y sus ojos habían adquirido un tono brilloso, y Kakashi lamentó mucho ver de esa manera a uno de sus ninjas. Y lamento mucho más lo que estaba a punto de hacer.
—Hinata Hyuga, esta situación de ninguna manera es de tu incumbencia ni de nadie más, no hay ninguna ley que la prohíba y tampoco voy a aceptar que se emitan juicios morales por qué tus propios sentimientos hayan sido lastimados al enterarte. Te ordeno como tu Hokage que te abstengas de hablar de esto con alguien más, bajo el apercibimiento de que sí lo haces serás severamente castigada. Ahora puedes retirarte.
Hinata sentía como si un rayo la hubiera atravesado, y solo pudo asentir y abandonar la oficina como un muerto viviente ¿Ahora que? ¿Por qué no la escuchaba? ¿No comprendía que debían salvar a Naruto de las garras de la pelirrosa? Por supuesto, había sido su propia culpa haber confiado en él, Kakashi fue el maestro del equipo siete y después de todo, no traicionaría a su alumna preferida. Que estúpida por haber creído algo diferente.
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Sakura despertó con un gruñido soñoliento después de haber dormido solo dos horas y ¿Por qué algo retumbaba en su cabeza? Oh, no era su cabeza, alguien tocaba la puerta.
—Skra, tocan—murmuró Naruto dandose ya la vuelta y volviendo a dormir, y Sasuke, bueno, ni siquiera se había movido de donde estaba, detrás de ella y con un brazo sobre su cintura. Suspirando supo que si ella no respondía, ninguno de esos traseros perezosos lo haría.
Con cuidado se desenredó del pelinegro y tomó su bata de dormir, mirándose en el espejo concluyó que no se veía nada indecente y caminó a la puerta.
Shikamaru estaba en su entrada, y se preguntó si aún seguía dormida y soñando, de otra manera ¿Qué estaba haciendo ahí?
—Lamento molestarte tan temprano Sakura, solo quería hacerte saber que hay novedades—le explicó al ver su confusión.
—Bien, yo… disculpa, estoy despertando ¿Quieres pasar?
—No, solo quería hacerte saber y a los demás que Hinata se presentó ésta mañana en la oficina del Hokage.
La chica sintió un sudor frio bajar por su columna y pudo adivinar el resto de la conversación, aunque ya saber lo que venía no lo hizo más fácil.
—Aunque pidió hablar con Kakashi a solas yo escuché la conversación. Ella lo sabe. Su manera de actuar fue muy predecible y también lo que le pidió a Kakashi, como te prometió, le ordenó cerrar la boca bajo amenaza de represalias si no lo hacía. Solamente quería hacértelo saber, por si toma alguna decisión estúpida, estén todos preparados.
Ella asintió con resignación, al parecer era mucho pedir tener algo de intimidad.
—Te agradezco la advertencia Shikamaru, voy a hacérselo saber a Sasuke y Naruto. Espero de verdad que Hinata se quede tranquila.
—Lo dudo—respondió con la verdad, la chica estaba perdiendo un tornillo, también estaba locamente enamorada de Naruto, y la gente en nombre del amor hacía cosas estúpidas. Esperaba qué lo más estúpido que hiciera fuera difundir algunos chismes… pero no estaba muy confiado en eso, la verdad sea dicha.
—Yo también ¿Seguro que no quieres pasar? Voy a hacer té.
—No, ya tengo que volver, pero gracias. Nos vemos.
Hombre de pocas palabras como siempre, pensó Haruno, lo observó irse por el camino de terracería y cerró la puerta, ya con la mente en otro lado. Mejor el té lo dejaba para después, ahora necesitaba estar entre los brazos de sus hombres, si era sincera consigo misma, tenía miedo de cómo resultaría todo, su vida entera estaba a punto de cambiar y sólo esperaba ser lo suficientemente fuerte para resistir. Aunque, pensó mientras se acomodaba entre los brazos de Sasuke y Naruto se daba la vuelta para también rodearla, no estaba en ésto sola, y nunca lo estaría.
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Todo había salido como pensó al darles la noticia, Naruto gritó… y gritó un poco más, Sasuke parecía querer matar a alguien, específicamente a una cierta Hyuga, y ella tuvo que regañarlo para que desistiera de los planes que ella creyó leer en sus ojos, y cuando desvío la mirada y murmuró un "bien", se felicitó por su oportuna intervención.
Después de hablar y recibir abrazos y besos asegurandole que no iban a dejar que pasara nada, cada uno se fue por su lado a cumplir sus obligaciones, afortunadamente Sasuke ya podía salir de la aldea en misiones y como Kakashi lo conocía bien, parecía recibir la mayora de ellas y solo. Así que se iba cada día y regresaba antes del anochecer.
Ella pasó todo el día en la clínica con los niños para relajarse, el hospital últimamente estaba muy en calma así que se lo podía permitir, los niños de nuevo preguntaron por Sasuke y ella tuvo que hacer la promesa de llevarlo pronto, muy pronto, o tendría en sus manos una pequeña revolución ¿Qué tenía ese arisco Uchiha que había encantado a los pequeños? Probablemente podrían sentir su poder y automático lo convertían en un sentido de protección, concluyó.
Al finalizar el día Ino se pasó por ahí y la invitó a cenar, así que juntas entraron a un bar y se instalaron en uno de los lugares más alejados para tener privacidad y en la voz más baja que pudo emitir, Sakura le contó a su amiga las nuevas noticias… y decir que Ino estaba molesta era un eufemismo.
—Le voy a patear el trasero ¿Qué carajos le pasa? ¿Ahora está espiandote en tu propia casa?
Y Sakura que había evitado pensar en como se enteró, fue sacada de su elemento.
—¿Q-que quieres decir?
La rubia la miró molesta.
—Vamos, no me digas que tu cerebro se ha secado… la única manera en que esa pequeña chismosa se haya enterado es sí lo vió por sí misma, segura como el infierno que ni Shikamaru, Kakashi o yo le dijimos. Ahora, ahí tienes tu respuesta.
Sakura por segunda vez en el día sintió un sudor frío bajar por su espalda, y no solo eso, se sintió violada en su intimidad, vulnerable y expuesta. Tanto que las náuseas la obligaron a tomar aire profundamente para tranquilizarse.
—No había pensado en eso. Es que… nunca creí que se atrevería a hacer algo así.
—Sí, bueno. Parece que el orgullo Hyuga se saltó a esa chica tonta cuando fue repartido.
Y Sakura no pudo estar en desacuerdo, esa chica, como había sido recién bautizada por su amiga, seguramente tenía tendencia a rogar por algo que evidentemente no era y nunca sería.
—Vamos, cambiemos de tema, me duele la cabeza.
Y su amiga, tan buena como era, pasó a contarle sobre los avances de su relación con el otro miembro del equipo Kakashi por el resto de la cena.
Al salir estaba lloviendo, no lo suficiente para quedarse dentro, así que avanzaron juntas por la calle hasta el desvío de cada una, Ino le dió un abrazo rápido y prometió comprobarla el día siguiente y Sakura se lo agradeció con un guiño y un apretón en la mano, la pelirrosa no llevaba ni un minuto avanzando por la oscura calle sin transeúntes cuando sintió un empujón que casi la hizo caer de bruces. Se recompuso en un instante y volteo hacia su atacante ya con chakra en sus puños, pero lo único que encontró fue a Hinata frente a ella, calada hasta los huesos y mirándola con ojos enloquecidos.
—Tu, maldita zorra ¿Cómo te atreves a obligar a Naruto a cometer esos actos inmorales contigo? ¿No tienes vergüenza?
La Hyuga se adelantó un paso y empujó su hombro con la mano.
—Hynata, basta. No lo entiendes.
—Lo entiendo muy bien, entiendo que eres una zorra a la que no le importan los sentimientos de nadie más, solo los tuyos. Eres una puta manipuladora e inmoral. Y estás obligando a Naruto a hacer todo lo que quieres ¿Qué le hiciste? ¿Qué tipo de jutsu usaste en él? Seguramente tú amiga Yamanaka te ayudó con sus jutsus de mente. Libera a Naruto ahora o te las verás conmigo.
Vaya, Sakura no sabía qué pensar… bueno, sí lo sabía, la chica había enloquecido, desvariaba y no se podía razonar con ella. Lo cual era peligroso.
—Hinata, no he obligado a nadie a hacer nada, mucho menos a Naruto, si quieres, puedes hablar personalmente con él si con eso te quedas más tranquila.
—No voy a seguir ningún consejo que me des, seguramente ya lo has entrenado para que haga y diga lo que tu quieres, así es como pudiste engañar al Hokage, pero a mi no. Déjalo ir.
Se adelantó otro paso y la volvió a golpear en el hombro, y dolió, pero aún así no podía romperle esa mano… al menos no todavía.
Estaba a punto de intentar razonar con ella de nuevo cuando una nueva voz la interrumpió.
—Vuelve a tocarla y te las verás conmigo Hyuga.
Ino, vaya éste era un escenario conocido.
—No lo entiendes, ella está…
—Está intentando razonar con una demente, eso está haciendo, y ella es muy amable por intentarlo, yo por el contrario, no lo soy tanto ¿No te da vergüenza, Hinata? ¿Deshonrarte a ti y a tu familia de esta manera? ¿a tu padre? Comprende que Naruto nunca se ha fijado ni se fijará en tí, el ama a Sakura y siempre lo hará, nada va a cambiar eso. Acéptalo con dignidad y sigue con tu vida, no te arrastres para conseguir migajas, es vergonzoso.
La Hyuga las miro en silencio por un momento y se dió la vuelta sin decir palabra, ambas amigas respiraron con más facilidad al instante, no habían tenido ganas de meterse en una pelea de gatas, pero lo habrían hecho si fuese necesario.
—Bueno, eso fue… algo—dijo Sakura.
—Que demente.
—Lo sé… y tú ¿Cómo llegaste aquí?
—Oh, voltee a verte antes de desviarme en la última calle y se me hizo raro que estuvieras parada en la oscuridad… además con alguien empujándote ¿Por qué no se lo devolviste?
—No tenía caso, ella no está bien, la violencia solo hará que su mente se retuerza más.
—Bueno, Sakura, si tu no ibas a patearla, yo pude haberlo hecho por ti, me importa poco que su mente este mal. Nadie se mete con mi mejor amiga. Excepto yo.
La pelirrosa le sonrió, recordando la primera vez que la había defendido, habían recorrido un largo camino, pero al final de todo, Ino le seguía cubriendo la espalda.
—Gracias Ino, se que no te lo digo muy a menudo, pero eres una gran amiga y no elegiría a nadie más, nunca.
La rubia le lanzó una sonrisa ladeada.
—Se que soy la mejor, chica, pero es bonito escucharlo.
Sakura volteo los ojos y le sacó la lengua
—Vete a casa, rubia, y gracias de nuevo.
Se despidieron de nuevo con abrazos y un pellizco cortesía de Ino y cada una siguió su camino.
Afortunadamente sin incidentes esta vez.
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Hinata llegó corriendo a su casa con lagrimas en los ojos, esa Yamanaka la había tratado muy mal, hace algún tiempo hasta creyó que podrían ser amigas, pero claramente no sería así, ni siquiera la dejó explicar lo que pasaba, tal vez si la hubiera dejado… pero ¿Qué locuras pensaba? Seguramente ella lo sabía y la había apoyado con su plan de obligar a Naruto, ya no importaba sin embargo, tenía que encontrar una solución ¿Que podía hacer?
—Hinata—tan concentrada estaba que no escuchó el llamado hasta que la tomaron del brazo —Hinata ¿Qué te pasa?—lentamente salió de su ensoñación mirando la mano en su brazo y después a la dueña de ese brazo ¿Por qué no lo pensó antes? Su hermana seguro la ayudaría
—Hanabi… yo… necesito hablar contigo.
—Sí hermana, vamos a mis habitaciones.
A Hanabi le tomó por sorpresa la petición pero no la rechazaría, hace mucho quería iniciar una relación más cercana con su hermana mayor y tomaría cualquier oportunidad que se le ofreciera.
Avanzaron en silencio hasta la pequeña sala en el dormitorio de la pequeña y se sentaron. Hinata comenzó a contarle todo en cuanto se acomodó y Hanabi solo pudo mirarla sin interrumpir ¿Una relación inmoral? ¿Naruto obligado a hacer algo? El Hokage encubriendo todo y Sakura e Ino insultando a su hermana… no le cuadraban las cosas, para comenzar, Naruto siempre había estado enamorado de la pelirrosa, y ella de Sasuke, pero en los últimos años los había visto por ahí, incluso hablado con ellos un par de ocasiones y pudo jurar que la chica lo miraba a él de la misma manera, no había manera de que ella lo obligara a nada y peor aún que Naruto lo cumpliera sin pelear, conocía la reputación del jinchuriki. El Hokage nunca cubriría nada malo, incluso aunque fueran sus ex alumnos y para terminar, los insultos, solo eran verdades, aunque algo excesivas a su parecer, pero a fin de cuentas, la verdad… además sentía que se estaba perdiendo algo.
—Tienes que ayudarme hermana, nadie me escucha, pero a ti lo harán, eres la siguiente líder del clan, tenemos que detener ésto.
Hanabi se mordió el labio, de verdad esperaba la oportunidad de acercarse a su hermana, la había necesitado mucho durante su niñez pero… no podía hacer eso, no era su deber juzgar a nadie cuando en su familia se casaban entre ellos desde hace generaciones, ni siquiera tenían un registro de cuándo comenzó… ni mucho menos cuando su matrimonio había sido concertado con uno de sus primos lejanos, a ella le caía bien y procuraba verlo para almorzar al menos una vez a la semana, estaba segura que algún día llegaría a amarlo, y sí Naruto, Sakura y Sasuke ya se amaban, sería casi un sacrilegio atentar contra eso. Tomó una respiración entrecortada, ya lamentando lo que debía hacer.
—Hinata, me parece que estás exagerando las cosas, no debes perder la cordura ni el orgullo por un hombre que nunca te ha visto más que como una compañera shinobi.
—No lo entendes, Hanabi ¿Por qué nadie lo entiende?
—¿No entiendes tú, hermana, que si nadie más ve las cosas como tú, entonces tal vez no tienes la razón? Estás celosa, y puedo comprender que quieras que las cosas sean diferentes, pero debes aceptarlo y retirarte con dignidad.
Hinata bajó la mirada negando en silencio, ellos eran los que estaban equivocados, ella tenía la razón. Debía tenerla, de lo contrario… no quiso pensar en eso, eligió concentrarse en que su hermana le había dado la espalda. Se puso de pie con lentitud ya con lágrimas bajando por sus mejillas y se retiró de la habitación mientras Hanabi la llamaba y le aconsejaba no hacer una tontería, pero no la escuchó solo se concentró en que se sentía muy sola, sola como siempre lo había estado.
Caminó lentamente hacia la fuente sintiéndose derrotada ¿Qué hacer ahora? Nadie quería apoyarla. Se sentó sin mirar alrededor…
—Hinata ¿Qué te sucede? — y casi le da un infartó cuando la voz de su padre la llamó.
La chica volteó a verlo con una expresión de arrepentimiento, se suponía que los Hyuga no debían mostrar sus sentimientos, pero bueno, ella nunca se destacó por ser una buena Hyuga.
—Te he preguntado qué te sucede.
Ella tragó duro mientras secaba sus lágrimas.
—No es nada.
Hiashi le frunció el ceño
—Nada no haría llorar a un Hyuga. Ahora dime la verdad ¿Te han hecho daño?
—Algo así.
—Bien, dime quien y lo llevaremos ante el Hokage, él debe responder por sus ninjas.
Hinata resopló.
—El Hokage está de acuerdo, nada puede ayudarme con esto.
El hombre viejo frunció aún más el ceño.
—Explícate.
Y por segunda vez en el día, ya cansada de todo, lo contó.
Decir que su padre estaba sorprendido era un eufemismo, pero esta vez no le pidió ayuda, sabía cuál sería su respuesta.
—Nada se puede hacer Hinata, aunque se que has amado a Naruto desde que eras pequeña, ellos han tomado su decisión, debes pensar en lo que tus elecciones le harán al clan, eres la primer hija del actual líder y hermana de la próxima, no nos conviene enemistarnos con el próximo Hokage, aunque sus oportunidades se hayan reducido considerablemente.
—¿Reducido? ¿A que se refiere, padre?
El la miro con un poco de molestia.
—Piensa, Hinata. Algunas personas no se tomarán a bien este tipo de relación en el futuro Hokage, no voy a criticarlo, porque igualmente a nosotros nos han juzgado por la manera en que conservamos las líneas sanguíneas puras, pero no todos tienen la mente abierta, y mucho menos el consejo, harán todo lo posible para separarlos y si no lo logran, entonces le retirarán el apoyo que se ha ganado a pulso. En fin, esa chica Haruno puede ser la caída de Naruto.
Hiashi se levantó y le dió un rígido asentimiento.
—Descansa Hinata, y no pienses más en eso, no es tu asunto ni del clan.
Con eso se dió la vuelta y caminó hacia sus aposentos, si se hubiera dado la vuelta,  pudo haber visto a Hinata escabullirse hacia la salida del recinto. La joven Hyuga tenía un plan para salvar a Naruto y su futuro y no le importaban las consecuencias.
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¡Hola! Pues nada, la inspiración anda con todo, espero tener el próximo capítulo listo a más tardar la siguiente semana.
Hinata va a hacer una tontería (nada nuevo aquí, jaja) ¿Que creen que sea?
De nuevo, gracias por sus comentarios, los aprecio mucho y me hace enormemente feliz saber que les gusta la pequeña historia que he creado.

Ah, y disculpen si este capítulo está centrado en Hinata, es necesario para lo que viene.
Hasta la próxima ♥️

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