El reloj marcaba las tres de la mañana en punto cuando un pequeño sismo sacudió el hospital, seguido de un grito ya conocido por todos.
Y las personas que se encontraban cerca de la habitación desalojaron con rapidez el área circundante, solo por si acaso.
—¡Maldita sea! Ninguno de ustedes me volverá a tocar nunca— El rostro de la pelirrosa se contrajo en una profunda expresión de dolor e ira mientras se detenía de su paseo y se apoyaba en el alféizar de la ventana.
Los dos hombres presentes se encogía en cada grito y la tranquilizaban en cada disculpa.
La mujer había ingresado un poco antes al hospital, después de esperar en casa el mayor tiempo posible.
Naruto y Sasuke se sentían entre asustados, emocionados y culpables por la situación en que habían puesto a su mujer. Sasuke no podía creer que probablemente él le había hecho eso, su amor la puso en esa situación, y esperaba nunca volver a ver a la pelirrosa pasar por tanto dolor, debía ser algo muy considerable teniendo en cuenta que Sakura había sido condicionada desde que era una niña para soportarlo, y también había sufrido cientos de heridas, golpes y puñaladas… y nunca demostró su sufrimiento de esa manera.
Se prometió no volver a hacerla pasar por eso, nunca más.
Los pensamientos de Naruto no iban muy desencaminado a los del Uchiha, sin embargo un nuevo grito de maldiciones y amenazas los sacó de sus cavilaciones y de nuevo, ambos se encogieron, y, después de leer incontables libros sobre maternidad, sabían que ya no quedaba mucho para el parto. Las contracciones eran demasiado seguidas.
Tsunade entró a la habitación después de sentir el último temblor.
—Sakura, ya casi está aquí. Recuéstate para examinarte.
La chica obedeció, de pronto algo nerviosa por lo que venía.
La mujer rubia se acercó entre sus piernas y después de examinarla un momento, le sonrió con orgullo.
—En la próxima contracción puedes comenzar a pujar, niña.
La rubia salió al pasillo avisando a un par de enfermeras y a Shizune que esperaban para asistir al parto.
Ella asintió dándose valor y se puso de pie, comenzando a pasear esperando la próxima contracción. Lo que venía sería la parte más difícil, lo sabía. Debía controlar su chakra a la perfección, ni por un segundo debería usar más fuerza de la necesaria o mataría a su bebé.
—Sasuke. Naruto. Es hora.
Lo habían ensayado muchas veces en casa, pero la prueba definitiva era ahora.
Sasuke invocó dos brazos de chakra morado, junto con una armadura que él había creado durante sus prácticas.
Se acercó a ella, mientras Naruto se instaló a su espalda.
Sakura respiró profundo mientras esperaba la siguiente contracción, intentando concentrarse en su flujo de chakra y dirigiendo todo lo que fuera posible a la parte superior de su cuerpo.
Cuando sintió la contracción acercándose, la sensación de pujar se hizo incontrolable, y sabiendo que hacer, se puso de cuclillas lentamente mientras la Quinta pasaba debajo de los brazos de Susanoo y esperaba con paciencia la llegada de primer retoño del equipo siete.
Unos segundos después llegó el momento. Sakura tomó los brazos de de Susanno mientras Naruto la abrazó permitiendo que estuvieras medio sentaba en él y ella comenzó a pujar. La fuerza legendaria de la chica se hizo evidente cuando la armadura de la que se sostenía comenzó a cuartearse, la ex Hokage veía como poco a poco salía la cabeza del bebé, y cuándo la cabeza salió y terminó la contracción, le dijo con seriedad a su ex alumna
—En la siguiente contracción puja muy fuerte o no logrará salir por completo.
La pelirrosa asintió con seriedad, sabiendo que no dejaría que nada le pasara a su bebé.
Vino la siguiente y nuevamente impuso su poderoso chakra a sus manos, y mientras apretaba con todas sus fuerzas y destruía por completo la armadura más resistente del mundo, sintió a su bebe deslizarse fuera de ella.
Perdiendo todas las fuerzas que le quedaban, cayó sobre Naruto mientra la mujer rubia recibía al bebé, le realizó un chequeó rápido cerciorándose que respiraba y tenía todo correctamente en su lugar; luego le dió el bebé a Sakura, sabiendo que el primer contacto madre-hijo era crucial para el bebé.
—¿Está bien, mi lady? —Le susurró Sakura a su maestra, mientras sostenía a su bebé protectoramente
—Ella es perfecta
—¿Ella? —casi gritó Naruto
—Sí, Naruto. En una niña.
Ambos padres que hasta el momento habían sido bloqueados de la vista de la bebé, se asomaron por encima de los respectivos hombros de las mujeres y la vieron por primera vez.
El precioso bulto que Sakura sostenía en sus brazos… tenía cabello rosa. Un cabello tan claro como el de su mamá y estaba roja y arrugada.
Sasuke, sabiamente optó por guardar sus pensamientos, pero Naruto, como siempre, no fue tan listo.
—¿Segura que está bien, abuela? Se ve arrugada y rosada.
Sakura frunció el ceño y le lanzó una mirada fulminante sobre su hombro.
—Así nacen los bebes, Naruto, deberías saberlo, después de jactarte sobre todos los libros que leíste de maternidad.
—Bueno, no decían nada al respecto.
Y Sasuke estuvo de acuerdo, sin embargo, de nuevo guardó silencio.
—¡Ugh! Ni siquiera se porque me molesto ¿Y que hago aún aquí? Llévanos a la cama.
—¡Sí, señora!—al instante el rubio la cargó en sus fuertes brazos y las depositó con cuidado en la cama.
Y ahora que podía hacerlo, miró embelesado a la cosita hermosa pero rara que tenía Sakura entre sus brazos. Y al igual que a Sasuke, un sentimiento de profunda protección y un amor que nunca había sentido antes, ni por Sakura, que era el amor de su vida, los invadió. En ese momento supieron que darían la vida por esa pequeña persona frente a ellos.
—Disculpa, Sakura, necesitamos limpiar a la pequeña— habló Shizune, odiando interrumpir un momento tan hermoso.
Sakura sin querer soltar a su hija, pero sabiendo que era necesario, se la entregó con reticencia, y bajo la atenta mirada de los dos hombres más poderosos del mundo, fue limpiada y envuelta mientras Sakura sentía nuevas contracciones, no tan fuertes como las anteriores, pero aun así molestas. Bajo la atención de su ex maestra, salió la placenta.
Después la niña comenzó a retorcerse un poco, y Shun se la entregó con rapidez.
—Debe tener hambre, Sakura.
—Sí, gracias Shun, por todo.
La mujer había sido como una mamá oso con ella, debido su gran sentimiento de culpa por todo lo que pasó y lo muy agradecida que se encontraba con Sakura por no apartarla de su servicio, estuvo a su lado en todo el proceso de embarazo y no permitía que nadie hablara mal de su jefa ni repartiera chismes, no lo permitió ni con los pacientes y pronto muchas personas comenzaron a replicar sus acciones.
—Por nada, querida. Vamos a dejarte descansar.
Todos salieron de la habitación menos Sasuke y Naruto, y Sasuke que no había dicho una palabra desde hacía muchas horas, por fin pudo hablar.
—Gracias, Sakura. —se acercó, peinando la pelusilla en la cabeza de su hija, y bajó sus labios a los de su mujer para darle un casto beso.
Cuando se retiró, Naruto la abrazó teniendo cuidado con la bebé y la sostuvo hasta que la pequeña comenzó a hacer pequeños sonidos de inconformidad, queriendo ser atendida.
Sakura le sonrió a su hija, embelesada por lo perfecta que era, y mientras descubría un pecho para darle de mamar, pensó que todo había valido la pena. Cada lágrima, risa, beso y abrazo los había llevado hasta ahí. Y ahora no podía esperar para pasar el resto de su vida con su familia.
—Creo que es una Annaisha ¿No les parece?
Naruto asintió con vigor, y Sasuke susurró su conformidad. Todos sabían que con todo el amor que su hija ya tenía, desde el momento de ser concebida, sería un ser de luz y bondad.
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Y vivieron felices para siempre.
Fin
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Muchas gracias por todo, ustedes hicieron éste fic posible, y cada uno de sus comentarios y estrellas está en mi corazón.
Y pues bueno, no queda nada más que decir solo... ¡Hasta la próxima! Y cuidense mucho, usen cubrebocas y pasensela bonito.
¡¡¡Abrazos!!!
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Somos uno
FanficUna vez mas, el equipo 7 deberá tomar una dura decisión sobre el futuro ¿serán lo suficientemente fuertes ésta vez? Cuándo el campo de batalla es desconocido, las decisiones se desdibujan tanto en la mente como en los corazones. Naruto no es de mi p...