XI

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El campamento estaba vació cuándo volvieron, a Sakura se le revolvió el estómago al pensar en Sasuke abandonadolos después de ver lo que vió, Naruto al percibir su miedo la tomó de la mano, dándole consuelo.
—Él no está muy lejos, volverá— Lo dijo con tanta confianza que por fuerza le creyó, el rubio sabía que Sasuke amaba a Sakura tanto como él, y sin duda haría lo posible por estar a su lado, no, no la abandonaría nunca.
Sakura se congeló, claro que Naruto lo había sentido cerca, y sabía que los observó durante el sexo, aunque el no le dió importancia, ella sí que se sonrojó. El rubio solo le sonrió y la besó rápidamente para después alejarse hacía la casa de campaña.
Con más confianza Sakura preparó el desayuno y después de un tiempo Sasuke regresó con el cabello húmedo. Con su habitual seriedad era imposible saber lo que pensaba pero al ver la ansiedad recuperada de Sakura, se aseguró de rozar su mano con la de ella al pasar y entonces ella supo que todo estaba bien.

Resultó que no fué necesaria una conversación con el Uchiha, todo pasó con normalidad las siguientes horas, y al llegar a su destino miraron con nostalgia el objetivo.
Resulta que la dichosa planta solamente crecía en lo más alto de un árbol que solo se daba en la aldea de la hierba. Todos miraron hacia arriba recordando la primera vez que subieron a un árbol solo con sus pies y chakra.
—Bien—dijo Naruto dejando en el suelo sus cosas y quitando a Sakura su mochila, la dejó con cuidado a lado de la suya. —¿quién va a subir?
—Ugh, yo voy. Al fin de cuentas soy la mejor subiendo árboles.— Le enseñó la lengua a Naruto y corriendo hacia el árbol subió a lo más alto en cuestión de segundos.
—¡Oye! Yo soy el mejor— corriendo la siguió y desapareció entre las ramas.
Sasuke rodó los ojos y con un suspiro se encaminó a levantar el campamento y atrapar la cena, esos dos siempre conseguían calentar su frío corazón.

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Por la noche, de nuevo compartían la casa de campaña, se estaban acostumbrando poco a poco a dormir juntos y Sakura podría jurar que nunca había dormido tan bien como ahora.
En la madrugada se despertó presa del frío, con un gemido se acercó más a Sasuke de quien solo la separaban cinco centímetros.
Sin pensarlo pegó su espalda, sobre todo su trasero al frente del pelinegro, y pudo sentir como lentamente se endurecía, letárgica como se encontraba, se restregó aún más contra él, y lentamente él también fue dando lentos empujones hacia adelante, suponía que ya despierto, tan adormilado y bajo la excitación como ella. Al frente, Naruto les daba la espalda, y con la respiración entrecortada, tomó la mano de Sasuke y la llevó dentro de sus pantaloncillos hacía donde lo necesitaba. Le enseñó cómo tocar su pequeña protuberancia mientras con su propia mano le daba placer, encontrándose por primera vez con esa parte de su anatomía, tan sedoso y duro a la vez, lo quería dentro de ella, pero su primera vez no debía ser con Naruto de compañía. Así que con más fuerza de voluntad de la que había necesitado en mucho tiempo, sacó su mano de entre su ropa interior y dándole una mirada que prometía muchas cosas, tomó su mano y lo condujo afuera, entre el bosque.
Sasuke no daba crédito a lo que estaba sucediendo, aún trataba de convencerse que no estaba soñando, cuando condujo a Sakura al tronco de un árbol a unos doscientos metros del campamento, no pudo esperar más para hacer sus fantasías realidad, en esos días cuando estaba solo, vagando con sus propios pensamos entre el denso bosque, se imaginó haciéndole cosas a la pelirrosa que nunca había experimentado y que solo quería hacer con ella.
La tomó de las caderas y le bajó el short junto con su ropa interior, besando sus piernas a cada paso del camino, Sakura se sorprendió gratamente; con el pasado tan agresivo de Sasuke pensó que su unión sería un encuentro desenfrenado de sexo salvaje, pero no, el parecía controlarse y disfruta de ella, bebía de su imagen alumbrada solo por la luna haciéndola parecer casi etérea.
Con cuidado levantó su camisa solo hasta la mitad de su abdomen y la besó en cada lugar disponible. Los párpados, las mejillas, el cuello, la frente, recorrió su rostro con sus labios y dejó para el final los labios, dando todo el deseo y amor que tenía para ofrecer. Y ella lo devolvió de la misma forma, había esperado años por ésto, parecía que toda su vida. Con cuidado Sasuke levantó una de sus piernas, y la otra continuó apoyada en el suelo, y tan lento como había sido todo, comenzó a penetrarla. Ah, era diferente a todo lo que alguna vez el hombre imaginó, más delicioso que todo lo que había sentido y probado en su vida, estaba en casa, era el punto culminante de su amor, entendió que pasaría por todo y todos para tener a Sakura (y a Naruto por añadidura) en su vida siempre, se veía envejeciendo con ella y balanceándose abrazados cuando fueran muy viejos bajo la luz de la luna.
La beso en el cuello dejándole un pequeño chupetón, la beso en los párpados, en la nariz, en los labios mientras hacían el amor tan lenta y deliciosamente que Sakura comenzó a llorar mientras él la abrazaba. Con un gran gemido, Sakura dejó salir todo su placer, y poco después Sasuke la siguió.
Abrazados se quedaron algunos minutos intentando recuperarse.
—Te amo—le susurró él—no sé en qué momento sucedió, ni cómo, Kami sabe que lo intenté detener y cuando eso no funcionó, lo negué, pero ya no lo haré nunca más. Te amo, y lo siento por todo—Ella intentó hablar pero él puso un dedo sobre sus labios—Déjame decirlo, te lo mereces—suspiró cerrando sus ojos y descansando su frente sobre la de ella—Lamento como te trate cuando niños, lamento haberte preocupado cuando fuí un egoísta, lamento haberme ido y dejado en esa banca… —tragó grueso, sabiendo que ésta era la parte más difícil. —Lamento haberte intentado matar… lamento el genjutsu donde te atravesé el corazón. No te merezco, pero haré todo lo posible para algún día hacerlo, te lo prometo.
Sakura lloraba en silencio, y a pesar de que no había querido escucharlo al principio, era necesario para ella, sintió un peso levantarse de su corazón, sabía que él estaba arrepentido, pero escucharlo le daba la paz que no había sentido desde antes de ser genin.
—Te perdono —le dijo entre sollozos, mientras lo besaba tiernamente. —Y también te amo. Siempre te he amado.
Después de un tiempo, Sasuke la ayudó a ponerse su ropa y volvieron a la casa de campaña con tranquilidad. Naruto aún dormía sin haberse enterado de nada, y algo cansados por sus actividades recientes, Sasuke y Sakura cayeron en los brazos de la inconsciencia rápidamente.

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