XIII

939 79 22
                                    

Kakashi estaba sorprendido… y no. En realidad siempre hubo entre esos tres una complicidad muy suya, si todo hubiera sido diferente, con Sasuke permaneciendo en la aldea durante su adolescencia, su relación se hubiera dado desde hace años, pero aún así no cambiaría el momento que se encontraban viviendo ahora. Pensó que hacer, su mente ya trabajando en un plan.
—No voy a emitir ningún juicio, simplemente porque los asuntos personales solo les competen a ustedes, sin embargo entiendo por qué están aquí, y claramente voy a apoyarlos. Shikamaru, necesito que averigües si hay alguna ley que prohíba las relaciones poliamorosas, y si es así, vamos a anularla, y aprobar una que lo permita.
—No hay ninguna —Los tres respiraron con más tranquilidad.
—¿Estás seguro?
—Sí, hace poco leí justamente la ley respecto a los estados civiles, y actualmente se encuentran abiertas todas las posibilidades.
—Bien, es un buen comienzo, entonces debemos analizarla para blindar cualquier tipo de relación.
Shikamaru asintió.
—Gracias Kakashi-sensei— Habló Sakura, mirándolo con gratitud. Sorprendentemente Sasuke también lo miró de la misma manera, y Kakashi no pudo menos que asentir. Sentía que era su deber de cualquier manera, no fue un buen maestro para esos chicos enfrente de él, si un buen compañero y líder de escuadrón, pero no un maestro, sentía que era su deber protegerlos y darles algo que no pudo darles antes.
—¿Creen que esto interferirá en la postulación de Naruto para Hokage?— a Sakura siempre la más lista, le preocupaba la simple posibilidad.
—Actualmente Naruto es la única elección posible, solo contigo detrás de él —le contestó Shikamaru.
—¿Y-yo? ¿Cómo es eso posible? Nunca he mencionado quererlo—si era posible sufrir un mini infarto, ella lo estaba sufriendo en ese momento.
—Bueno, Sakura, lo quieras o no, eres un pilar para la aldea, y casi con los mismos méritos de Naruto. Algunos ancianos te han llegado a mencionar, y puede que cuando llegue el momento te impulsen a competir con Naruto.
—Nunca haría eso—Sakura miró a Naruto, un poco preocupada por lo que él pensaría, pero para su sorpresa le estaba sonriendo.
—¿Por qué sonríes?¿Estás loco?
—Estoy orgulloso de ti, mi amor—La abrazó de lado, acercándola a su pecho— por supuesto que estarías en la lista, eres la mujer más inteligente, fuerte, hermosa y de buen corazón de todo Konoha. Si quisieras competir por el puesto, no estoy seguro de poder ganar.
Ella se relajó en su abrazo, que tonto era ese hombre, pero era todo suyo.
—Tontito, jamás competiría contigo. Yo soy feliz en mi hospital.
Kakashi entendió perfectamente por que estaban tan asustados de perder eso, se veían tan felices y correctos uno a lado del otro, y aunque a simple vista Sasuke pareciera estoicos ante la muestra de cariño de sus compañeros, él podía ver señales de su felicidad en pequeños rasgos.
—Así que no, no creo que su relación interfiera, a fin de cuentas todo el pueblo lo adora y a tí, así como los altos mandos de otras naciones, y seguro habría un golpe de estado si osan proponer a alguien que no sean ustedes dos y las relaciones internacionales se verían seriamente afectadas con la mera posibilidad. Al final el consejo, el daimyo y yo, somos quienes elegimos, al sucesor, pero siempre se toma en cuenta la voz del pueblo. Otro punto a su favor es que las relaciones atípicas no están fuera del mapa del todo, los Hyuga son un buen ejemplo, y son muy respetados en la aldea y en otros países.
Sakura y Sasuke respiraron más tranquilos, a fin de cuentas no querían ser la causa de la infelicidad de Naruto, pero lo que ellos no conocían es que Naruto sabía muy bien que elegir si llegaba ese momento.
—Ahora, si Hinata se entera y viene a mí, le ordenaré guardar silencio, no le incumbe la vida de nadie más que la suya—terminó con voz gélida, estaba un poco harto de esa chica.
—Gracias sensei, nos da tranquilidad.
—De nada, niños. Si eso es todo, pueden retirarse. Mi martirio está lejos de terminar. Deberías reconsiderar tu anheló de ser Hokage, Naruto, no es divertido.
—Sí, sí, todos sabemos que preferirías estar leyendo Lord Hokage, pero antes tienes muchas cosas que firmar. Por cierto Sasuke, Naruto. Tienen una misión, por separado—Shikamaru les lanzó sus respectivos pergaminos, y fueron ignorados después.
Salieron de la torre con un peso menos de encima, al menos tenían el apoyo de el Hokage, el líder de un clan poderoso… dos, si contaba a Ino, que obviamente estaría del lado de su amiga pelirrosa, y por consiguiente a Chuji. La mitad de la batalla estaba ganada, pero aún no conocían muy bien a sus oponentes ni cuál sería la estrategia de éstos.
—Bien, tienen misiones que atender, iré al hospital ahora, si alguno tiene que salir antes de que regrese a casa, por favor tengan cuidado—les sonrió la pelirrosa, quería muchísimo abrazarlos y besarlos ahora mismo, pero esos impulsos fueron los que los metieron en problemas en primer lugar, así que tuvo que conformarse con tocar levemente sus manos. Después se dió la vuelta y caminó a su trabajo… aunque primero tendría que hablar con Ino. Ugh.
.
.
—¿!Y porque me entero hasta ahora, frente de marquesina!?—Sakura sabía que eso iba a pasar y oportunamente había colocado sellos de insonorización en la habitación.
—Lo lamento pero…
—No hables, primero tengo que gritarte—la señaló con el dedo—Soy tu maldita mejor amiga y te he apoyado desde antes que tu misma pensaras en esa posibilidad ¿!Y no me lo dijiste!? ¿Por que carajos harías eso? ¿Creías que te juzgaría?
—Yo no…
—Calla, al menos déjame desahogarme a gusto—La pelirrosa asintió, sabiendo que la conversión no continuaría hasta que su rubia amiga no le hubiera gritado lo suficiente —Bien. Y no solo me lo ocultaste, me escondite también que esa pequeña entrometida seguía metiéndose en tus asuntos, de verdad que esa chica necesita conseguirse una vida—Bueno, al menos había dejado de gritar sobre ella— No me caía mal, pero su obsesionada raya en la locura, y no se va a detener, te lo digo yo que conozco muy bien a las de su clase… aunque al menos tuviste la decencia de ponerme al tanto— su suerte no podía durar para siempre, pensó —¿O pensabas esperar a que me enterara de todo junto con los aldeanos? ¿me ibas a dejar fuera para siempre?—la miró esperando una respuesta —Ya puedes hablar, estoy lista para escucharte.
—Gracias—respondió mordazmente—No te quise dejar fuera Ino, espero que de verdad no creas que fué mi intención esconderte nada, solo… Al principio no sabía cómo comportarme con la nueva situación, nos estábamos amoldando uno a otro, y después, solo quería vivir en mi pequeña burbuja para siempre, todo era tan perfecto que no quería hablarlo porque… no te ofendas… sentía que lo contaminaría —la pelirrosa vió el dolor en los ojos de su amiga antes de que ésta se diera la vuelta para salir de la habitación, rápidamente se acercó a ella y la tomó del brazo —No lo tomes así Ino, se que tu siempre me cubres la espalda, y te amo, eres mi mejor amiga, pero solo quería disfrutar lo que teníamos antes de tener que compartirlos… por favor, compréndeme—La rubia aún dándole la espalda miró al techo y suspiró. Maldita fuera su frentona amiga y su propia imposibilidad de no darle la espalda nunca.
—Lo entiendo —se dió la vuelta y le dió una leve sonrisa—por mucho que quiero estar enojada contigo lo puedo comprender, querías evitar lo que pasó con esa chismosa ¿No?
—Sé que tú nunca nos delatarías, pero sí, mientras más personas lo sepan, más posibilidades hay de una filtración, lo sabes.
—Lo sé, pelo de chicle. Y por dios, quiero golpear a la Hyuga hasta que entre en razón.
—Ya somos dos.
Ambas se quedaron en silencio unos segundos antes de sentarse en la pequeña sala que tenía Sakura en su oficina.
—Bueno, sea lo que sea que venga, sabes que tengo tu espalda y la de esos idiotas, sondearé al equipo de Hinata, aunque han convivido durante años, no lo hacen demasiado en la actualidad, y no estoy segura que la vayan a apoyar si decide hacer alguna estupidez cuando los descubra… porque sabes que lo hará en un momento u otro, no solo es una entrometida, tiene las habilidades para ver todo.
—Lo se, es lo que me preocupa, pero tampoco voy a dejar de vivir mi vida por ella, si se entera y quiere venir por mi, le patearé el trasero y si va por ahí y lo cuenta, estaré lista para afrontarlo.
—Estaremos, no estas sola en esto —Ino se sonrió y ella se la devolvió—Ahora, cuéntame todo sobre el sexo… ¿Ya has hecho que se toquen el uno al otro?
Sakura abrió mucho los ojos
—¡INO CERDA!
.
.
.
Al final los chicos no tuvieron que salir hasta la mañana siguiente, después de una cena bastante agradable con Naruto y Sakura sosteniendo la mayoría de la conversación, todos fueron a la cama, juntos y como el estrés del día había sido bastante pesado, durmieron como bebés después de darse las buenas noches.
Los días para Sakura pasaron de manera lenta y aburrida, en la aldea solo había catarros, agunas quemaduras debido a la cocina, y cosas como esas, se tomaba su tiempo en la clínica con sus niños y muchos de ellos le preguntaron por el señor gruñon.
—¿Cuándo veremos al señor gruñón?
—Quiero enseñar mis nuevas habilidades al señor gruñón.
Hasta un bebe que dudaba lo recordara balbuceó "ñoñon, ñoñon", ja. Se divertiría a lo grande a costa de Sasuke en cuanto volviera.
Una semana después un sapo y un halcón llegaron a la ventana de su oficina casi al mismo tiempo ¿Cómo se las arreglaban para competir hasta en eso? Nunca lo sabría y sin lugar a dudas no quería averiguarlo.
Sasuke llegaría por la mañana o a primera hora de la tarde, según su mensaje y Naruto al anochecer, dio gracias a los dioses por el regreso de ambos, comenzaba a sentirse algo sola, así que para celebrar planeó una gran cena y al salir de su turno se dirigió al mercado para comprar carne y los favoritos de sus chicos.
Lamentablemente, si tuviera la habilidad de adivinar el futuro, habría ido a otra tienda, por qué en la puerta de entrada se encontró con la mujer que había estado haciendo de su vida un infierno, más que cualquier otra persona, Hinata iba con la vista agachada y Sakura rogó no la alzara hasta que ella tuviera tiempo de escabullirse, pero no tuvo suerte. La Hyūga pareció leer sus pensamientos y miró hacia arriba en cuanto Sakura daba un paso en otra dirección y aunque la pelinegra sabía que no debía hacerlo, no pudo evitar reclamarle por supuestamente herir los sentimientos de Naruto.
—Sakura-san.
La pelirrosa forzó una sonrisa
—Buenas noches, Hinata.
—No creo que lo sean para ti, te he descubierto ante Naruto, y seguramente pronto te dejará por mentirosa. No puedo creer lo que le hiciste, siempre he sabido que no te lo mereces.
Bueno, hasta ahí llegaba su intento de ser cordial, Sakura ya había tenido suficiente, no le gustaba iniciar confrontaciones pero a lo largo de los años había adquirido una lengua venenosa y puños fuertes para terminar una.
—Ay Hinata ¿Todavía sigues arrastrándote ante alguien que ya demostró que no te quiere? Deberías comprarte un poco de amor propio y así meterte en tus propios asuntos. Para que lo sepas, aunque en el futuro Naruto y yo llegáramos a terminar, cosa que te garantizo no dejaré que suceda, ten por seguro que nunca voltearía a verte, porque él siempre ha sido y será mío, y tú no eres más que una pequeña acosadora que no tiene una vida propia. No te vuelvas a acercar a mi hombre o vas a conocer quien soy cuando estoy enojada y te prometo, no quieres eso.
Al ver como lágrimas descendían de los ojos de Hinata, se arrepintió un poco de sus palabras, pero es que ya estaba tan harta de ella ¿Por que no podía dejarlos solos?
La chica se dio la vuelta sin decir palabra y salió corriendo hacia su casa, más humillada de lo que nunca había estado.
Sakura suspiró temblorosamente y entró a la tienda, lo único bueno de esa situación fue que nadie más había sido testigo de tal desastre.
.
Sakura tomó el día siguiente libre, debía limpiar la casa antes de que Sasuke llegara, adelantar la cena y prepararle un baño, le gustaba mucho mimar a sus hombres como ellos la consentían a ella.
A media tarde Sasuke llegó un poco retrasado, Sakura estaba en la cocina, y la bañera se llenaba con agua muy caliente como a Sasuke le gustaba, lo había sentido en las puertas de la aldea y cuando su brazo la rodeó y una inhalación fuerte se escuchó sobre su cabeza, pudo relajarse mas que en toda la semana, su querido Sasuke había vuelto sano y salvo. De repente su brazo desapareció de su cintura y volvió para aparecer frente a ella con un chocolate, no cualquier chocolate, si no su favorito que solo vendían en la aldea de la hierba, colgando de los dedos del Uchiha.
—Si te portas bien, hay más de dónde vino ese
Sakura gritó de emoción y dándose la vuelta se colgó de su cuello en un abrazo casi mortífero.
—Lo sabías ¿Cómo siquiera lo sabías? No importa, gracias, gracias —lo llenó de besos mientras él sonreía.
—Yo lo se todo sobre ti—sus labios bajaron y ella lo encontró a medio camino con impaciencia, lo había extrañado muchísimo y así se lo hizo saber.
—Yo también ¿A qué hora llega el idiota?
—Al anochecer, ve a tomar un baño y cenaremos cuando él llegué.
El Uchiha solo hizo un ruido de aceptación y se marchó tranquilamente hacia la habitación. Dios, cuánto lo había extrañado, ya solo faltaba Naruto para que su corazón estuviera completo de nuevo.
Un par de horas después Naruto apareció mientras Sakura sacaba algunas malas hierbas del jardín, últimamente lo tenía algo descuidado. Sintió a Naruto antes de verlo, y aunque el rubio tonto intentó ocultarse, seguramente para darle un susto o una sorpresa, ella lo conocía tan bien que ya el truco no funcionaba. Al verlo aparecer en el camino de entrada con el último rayo de sol a sus espaldas, se levantó rápidamente y corrió hacia él, el muchacho solo pudo abrir los brazos y prepararse para el golpe en su espalda que indudablemente llegó, junto con la falta de aire en su pulmones, pero se ofrecería voluntario para diariamente ver a su adorable pelirrosa montada en su cadera y repartiendo besos por su rostro y cuello y cualquier parte de él que pudiera alcanzar.
—Yo también te extrañe, amor.
—Oh, Naruto, los extrañé tanto, me sentí tan sola en la casa después de tenerlos siempre aquí. Me han malcriado mucho.
Él cruzó los brazos detrás de su cabeza como si estuviera en el lugar más cómodo del mundo.
—Entonces estamos haciendo un buen trabajo.
La puerta se escuchó detrás de ellos y Naruto levantó un poco la cabeza para ver al pelinegro que lo miraba con mala cara.
—Entra idiota, tengo hambre.
—Ven Sakura, el bastardo está celoso.—Y aunque Sasuke lo escuchó no lo negó, porque, bueno, era verdad.
Caminaron a la casa, y se decidió que primero cenarían y después Naruto tomaría un baño, no apestaba demasiado.
.
.
Hinata había escuchado que Naruto volvió esa misma noche, y también sabía que los descansos de Sakura no eran hasta dentro de los dos días siguientes, así que tomó la decisión de ir a hablar con Naruto a su casa, haría todo lo que estuviera en sus manos para alejarlo de esa… esa bruja, lo que le había dicho la noche anterior no se lo perdonaría nunca, ella sí tenía una vida y no era una fisgona, solo por preocuparse por Naruto no quería decir que era para que algún día él sintiera algo por ella… o eso quería creer.
Caminando por la terracería que llevaba a la hermosa casa que compartía ahora el equipo siete, observó de lejos las luces apagadas y gimió internamente ¿Y si no estaba en casa? O peor aún ¿Si solo estaba Sasuke Uchiha y ella lo despertaba? El le daba escalofríos.
Se detuvo un momento pensando que hacer… podría darse la vuelta e intentar encontrar a Naruto en la aldea… o podía acercarse un poco más y usar el Byakugan para ver si Naruto estaba en casa, era tan importante para ella hablar de lo que Sakura le dijo anoche que no se negaba a despertarlo si estaba durmiendo. Porque lo que ella entendió fue que Sakura se estaba burlando de Naruto, prácticamente le dijo que no importaba como lo lastimara, Naruto siempre sería un tonto y la amaría y se quedaría con ella cuanto quisiera. Oh, su pobre Naruto estaba tan engañado con esa mujer cruel que no se podía quedar de brazos cruzados. Así que decidió seguir adelante y comprobar la casa.
Caminando alrededor de cien metros más, se detuvo en la división del jardín con el bosque y activó su habilidad consanguínea. Nadie estaba en la que parecía la cocina, nadie estaba en la sala, nadie estaba en el baño, lo cual agradeció porque no tenía ganas de mirar a nadie orinar o peor… pero había alguien en una habitación, no, entornó la mirada, no había solo alguien, había más personas, una sobre otra y la tercera detrás de la segunda.
Con un jadeo dió un paso atrás entendiendo lo que pasaba, eran tres cuerpos, el chakra de Sasuke acostado en la cama, El de Sakura sobre él, y sus bocas uniéndose, y detrás de ella… estaba Naruto, oh, su dulce Naruto, tocándola y… con ganas de vomitar se dió la vuelta y corrió… corrió a toda velocidad, no sabía a dónde iba, sólo sabía que tenía que escapar de lo que pasaba en esa habitación. Oh por dios.
Sin saber cómo, llegó al campo de entrenamiento, aquel que había sido testigo de cómo se esforzó para que Naruto la notara, para que la reconociera como a Neji, a Sasuke, a Sakura, a todos menos a ella, ese campo en el que grabó sus iniciales en el tronco de un árbol, cuando era tonta e ingenua ¿Cómo pudo ser tan estúpida? ¿Cómo no se dió cuenta? Sakura se lo había dicho en su última discusión.
Aunque yo y Naruto lleguemos a terminar en un futuro…
Sabía que no sería ahora, porque a Naruto no le había importado lo que le contó, la supuesta infidelidad nunca fue una. La tomó por idiota, le dio las gracias solo para quitarsela de encima, como siempre. Pero es que ella lo quería de verdad ¿Cómo era posible que él aceptara tal relación? Sakura, le susurró su mente, sí, fue ella, esa bruja lo había convencido y estaba segura que Naruto no era feliz así, solo le daba gusto a esa zorra para que no lo abandonara. Pero ¿Qué hacer? Naruto estaba hechizado y lo suficientemente enamorado para aceptar esa… asquerosidad que sucedía en la intimidad ¿Quién podría ayudarla a terminar con eso?
El Hokage
Sí, él la ayudaría, vería la razón en sus argumentos, esa relación no era decente, seguramente iba en contra de las leyes y una vez que esos tres fueran separados, ella podría ayudar a Naruto a superar la obsesión que tenía con la pelirrosa. Sí, eso haría. A primera hora buscaría hablar con el Hokage y terminaría de una vez y para siempre con esa locura.
.
.
.
Pregunta sería ¿Creen que estoy siendo injusta con Hinata? Yo no creo, al fin de cuentas una persona despechada puede hacer muchas tontería. Pero quedaré atenta a sus respuestas y las analizaré seriamente.
Y bueno, de nuevo gracias por llegar hasta aquí y seguir leyendo aunque a veces tardo un poco en publicar, les prometo que el siguiente capítulo va a ser puro drama, drama, e intentaré no tardar demasiado.
¡Chao!

Somos unoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora