Somos uno

IV

La primera vez que Naruto y Sakura tuvieron algo remotamente sexual fue durante el cumpleaños veinte de la pelirrosa, hicieron una fiesta muy ruidosa en su casa junto a sus compañeros de academia y algunos otros ninjas que conocieron después, la fiesta de salió un poco de control con los tragos y la mayoría terminó desparramados en algún lugar del suelo de la planta baja. 

Naruto y Sakura, sin embargo, se ayudaron el uno al otro a llegar la habitación, pero entre los pasos inestables y la poca coordinación, de alguna manera resultó que Sakura cayó encima de Naruto, con las caras tan cerca que podían sentir su aliento el uno del otro. La pelirrosa en su mente borracha, solo podía admirar el intenso azul en los ojos de su amigo, y él por su parte miraba los labios rosas de la chica que siempre amó; sin darse cuenta se movieron tan cerca que sus labios se encontraron en el camino y cómo era agradable continuaron explorando esa situación. Graciosamente, cuando la mente de Sakura reaccionó, y entró en pánico por lo que acababa de pasar, se dió cuenta que Naruto se había quedado dormido en algún momento. Torciendo la boca, un poco borracha todavía, pensó que era increíble que en su primer beso su compañero se haya quedado dormido, pero por otra parte, se dijo a sí misma mientras se desnudaba quedando solo en bragas y con una camisa del rubio, que era típico de Naruto arruinar un gran momento.

Por la mañana, la mano de Naruto se halló sosteniendo un pecho de Sakura debajo de la camisa, y cuando la pelirrosa despertó y asimiló lo que pasaba, su grito de enfado y el sonido de una mano contra una mejilla despertó a todos en la casa y sabiendo de quién se trataba, o suponiendolo, decidieron salir lo más rápido posible de la propiedad.

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Al presentarse a su turno, Naruto fue asignado a un escuadrón de reconocimiento para verificar que todo a las afueras de la aldea se encontrara tranquilo, con un par de compañero ANBU y la tímida Hinata, tuvo bastante tiempo sin charla para pensar y revivir los momentos de la noche pasada, haciendo que una gran sonrisa adornara sus rasgos y que sus compañeros ANBU lo miraran con desconfianza y se alejaran un poco más de él. Sin embargo Hinata, siendo la fiel enamorada del chico, estaba bastante curiosa sobre su estado de ánimo y no evitó pensar que quizá, solo quizá era por que disfrutaba su compañía, ciertamente ella era más feliz cuando estaba a su lado ¿Por qué no sería lo mismo para él? Pensando seriamente en por fin tener esa conversación sobre sus sentimientos, se dio cuenta que cada vez que ella había logrado captar su atención, parecía que alguien se interponía entre ellos. Suspirando, se dio cuenta que el momento ideal sería agarrarlo antes de cruzar las puertas de la aldea, allí tendrían la privacidad que deseaba y no habría interferencias.

El día pasó relativamente rápido y sin incidentes, y volvían al anochecer cuando un kilómetro antes de llegar a las puertas Hinata se detuvo a un lado de Naruto y le pidió hablar con él en privado.

Demonios, pensó el rubio, esta vez no hay amigos que me salven. Y es que aunque todo el mundo creía que él era tremendamente despistado al no darse cuenta de los sentimiento de la pelinegra, él sí que los conocía, después de todo ella misma lo había dicho en el ataque de Pain y en la guerra, simplemente decidió hacerse el tonto para no tener que dar una respuesta, cobarde, lo sabía, pero lo que menos quería era lastimarla con su rechazo y perder su amistad, esperando que algún día ella se enamorara de alguien más y pudiera ser feliz, pero lamentablemente eso nunca pasó.

—Está bien, Hinata— se detuvo y llamó al resto de sus compañeros —chicos, adelantense un poco, los alcanzaremos en un par de minutos.

Los ANBU solo asintieron y desaparecieron entre los árboles.

Hinata se armó de valor y lo miro a los ojos con decisión.

—Na-Naruto-kun, he hecho esto ya dos veces, entiendo que por los momentos en los que lo dije no lo puedas recordar, pero… yo tengo sentimientos por ti, y-y quiero saber si hay alguna posibilidad de que tú los puedas devolver.