✓ ¹𝗛𝗘𝗔𝗧𝗛𝗘𝗥, steve harrington

03.━━━ when in my heart I know

ITS MAGIC / DINAH WASHINGTON

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—Aleja tu cabello de escoba de mi—gruñó Heather mientras empujaba a Steve lejos de ella, el chico no tardó en lanzar una risa divertida.

Había pasado en su totalidad un mes, un mes donde Steve Harrington y Heather Foster no paraban de molestarse sin parar, escuchando los regaños y las miradas de incredulidad de Robin, que era testigo de las matutinas peleas de aquellos dos.

Heather no sabía si considerar incluso su amigo a Harrington, ya que siempre le había visto como alguien imposible y arrogante. Sin embargo con aquel mes que llevaba conociéndolo realmente se había dado cuenta de que las cosas no eran así, Steve como parecía ser, había cambiado. Dejándolo como alguien divertido, sarcástico y con un mal humor no tan bueno.

Pero para nada maduro.

Pero a Heather le caía muy bien Steve, aunque probablemente nunca lo admitiría en voz alta.

—Harrington, ¿no ves que intento dormir en esta pocilga?—pregunta mientras se cruza de brazos sobre la silla, Steve alza una ceja.

—¿Con esa boca besas a tu mami?—pregunta con diversión, Heather abre los ojos para mirarle.

—No, pero beso otras bocas—sonríe con cinismo, entonces ve como a Steve se le borra la sonrisa para arrugar las cejas.

—Ya quisieras—comenta sentándose, la chica rueda los ojos.

—Te podría besar a ti si quiera—comenta la chica mientras sonríe echando la cabeza hacia atrás, Steve le mira mientras traga saliva, sintiendo su corazón latir con rapidez.

Ambos escucharon como el timbre no deja de sonar sin parar, haciendo a la chica apretar los ojos con cansancio.

—Oye tonto, llegaron tus niños—ambos escuchan a Robin hablar, una sonrisa con diversión no tarda en salir de los labios de la castaña.

—Steve niñera Harrington—musita alzando la vista para mirarle, el rueda los ojos y abre la ventana.

—¿Otra vez, en serio?—pregunta con tono cansado cuando abrió la ventanilla, Heather no podía ver las caras de ninguno de los niños, tampoco la de Steve, pero podía imaginar cuales eran las caras de cada uno, haciendo que ahora no pueda parar de reír en voz baja—Tú, calla—la señaló dándose la vuelta y saliendo del lugar, la muchacha rueda los ojos para luego cerrarlos, tratando de descansar.

Sin embargo no pasan ni dos minutos cuando de repente escuchaba abucheos y gritos, logrando que frunciera el ceño y soltara un suspiro levantándose de la silla.

Se había ido la luz.

—¿Qué pasó?—exclamó saliendo de la parte de atrás, Steve brincó en su lugar mientras se llevaba la mano al pecho, la chica alzó una ceja—Ridículo.