CAPITULO 27

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Sintiéndome algo mal por los nervios, bajé del auto siguiendo a Hae y a Suho. ¿Y sime cayese en medio del bosque, me lastimara y nadie se diera cuenta? ¿Y si permaneciese, durante horas, tirado ahí, pidiendo auxilio? Sabía que estaba siendo algo patético, pero eran los tipos de cosas que me pasaban, un típico momento Ryeowook.
Mientras íbamos bajando, nos llevaron a los trajes que estaban ahí apilados. Cogí uno de mi talla y me lo puse, sintiendo como mi corazón se hundía a cada segundo. Este no era mi plan ideal para pasar una tarde de sábado.
Por favor, por favor, por favor que salga de esto ileso.
Nos entregaron a cada uno de nosotros, un casco, una pistola y un paquete de pelotas de pintura de repuesto, y nos llevaron a tropel a un pequeño claro en donde estaba, sobre una pequeña plataforma, el instructor preparado para instruirnos. Empezó a enumerar las reglas, cómo recargar la pistola, dónde estaban posicionadas las banderas, qué hacer si resultabas herido, y un sinfín de cosas en las que no estaba muy interesado. En estos momentos preferiría estar en cualquier otro lugar que aquí, especialmente cuando al levantar la vista observé a Kyuhyun y a la señorita Yuri justo de pie delante de ella, escuchando al tipo.

Se les veía como la pareja perfecta, se les veía tan ardorosos juntos y, eso me hacía sentir aún peor.
Me encontraba ahí de pie, observando discretamente cómo la señorita Yuri ponía su mano sobre el brazo de él, sonriendo seductoramente. Dentro de mí, me sentí morir. Ella se reía sobre algo que él había dicho, bueno a decir la verdad, se reía tontamente. Inmediatamente me visioné a mí mismo yendo hacía donde estaban ellos, tomándole de su perfecto pelo rubio natural, y hundir su bonita cara en el charco embarrado a sus pies.

Suspiré. ¿Por qué estaba aquí? Debería de haber dicho que no. En el transcurso del día acabaré dañado, entonces por qué me prestaba a esto, sabiendo que la pareja más reciente y caliente también estaría hoy aquí, juntos. Una cosa era escuchar en el instituto sobre la relación y tener conocimiento de lo que estaba pasando, pero verlo en persona me estaba destrozando el corazón.

¿Por qué no era capaz de olvidarle? ¿De todas formas, qué tenía de especial? De acuerdo era extremadamente ardiente, pero no estaba muy interesado en eso. Él era inteligente y gracioso, dulce y considerado... ¡pero era un profesor! Debería dejar de mirarle de esta forma.
Lo que necesito es echar mano a cualquier otro y besarle hasta la inconsciencia y esperar sentir mariposas en el estómago como las que sentí al besar a Kyuhyun. Quizás Sungmin no fuese la persona adecuada, si quizá lo intentase con otro entonces sentiría algo, alguna cosa, solo para que se fuera el dolor y hacerme sentir mejor.

Durante las últimas dos semanas, Kyuhyun y yo nos llevábamos tan bien que se me había olvidado el hecho de que estaba cortejando a otra, pero verlo era una tortura. Habían pasado más de seis semanas desde que rompimos, pero seguía sin poder olvidarle. Posiblemente rayaba a la obsesión. Quizá debería ir a terapia o algo parecido.

La señorita Yuri echó sus largos, perfectos rizos sobre el hombro y riendo dio a Kyuhyun una palmada en el brazo. Él sonrió y movió su cabeza. Yo fruncí el ceño. ¿Qué le estará diciendo para hacerle reír de esa manera? ¡No es tan malditamente gracioso! Ambos se giraron y miraron al tipo que estaba delante del grupo, yo miraba mientras ella se aproximaba a él un poco más, provocando que inconscientemente se apretasen mis puños. Necesitaba desesperadamente darle un puñetazo a alguien, alguien rubio, alto y profesor.
—Aterriza, Ryeowook. —Hae rió, dándome suavemente un codazo en las costillas.

Me sobresalté y la miré. —¿Qué? —pregunté, sonrojándome. ¡Diablos, si la gente supiese en lo que estaba pensando!

—Te encontrabas de nuevo en tu pequeño mundo. El instructor ha dicho que comprobemos nuestras pistolas. Sólo aprieta el gatillo y si sientes que está demasiado fuerte al apretarlo te lo ajustan antes de que empiece el juego —explicó él, poniendo los ojos en blanco, bombeando el gatillo. Sin lugar a dudas él sabía que estaba otra vez soñando despierto con Kyuhyun, siempre lo sabía, maldito mejor amigo psíquico.
 
—Vale —murmuré. Alcé la pistola y apreté el gatillo. En vez de piñonear como lo estaba haciendo Hae, mi pistola de alguna forma dio un tirón en mi mano.
—¡Ouch! ¿Qué demonios? —gritó Kyuhyun desde delante de mí.
Levanté la vista y pude ver que tenía sobre el hombro una gran salpicadura de pintura naranja. Oh, Días mío, ¿lo había hecho yo? Me quedé mirando estupefacto la salpicadura.
—¡Deberías haber puesto el seguro! —gritó el instructor enfadado, mirándome con ferocidad.
¿Qué? Poner el seguro, ¿Y dónde diablos está eso?—¡Nadie dijo nada de poner el seguro! ¡Simplemente lo apreté! —di un grito ahogado, aún conmocionado de haberle disparado a Kyuhyun en el brazo. Aunque intentaban disimular, pude oír a todo el mundo alrededor mío riéndose suavemente. Miré a Kyuhyun, pidiéndole disculpas con la mirada. La señorita Yuri estaba mirándolo con aparente preocupación, pero él me estaba mirando directamente con una sonrisita tirando de la comisura de su boca.

BOY, I ADORE YOU - KYUWOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora