CAPITULO 22

63 12 0
                                    

Justo cuando estaba a punto de caer en la oscuridad, el peso del tipo se quitó de encima de mí de golpe. Escuché un estruendo y el sonido de una pelea. Me forcé nuevamente a abrir los ojos que me dolían como un infierno; volví mi cabeza hacia el sonido en el momento de ver a Kyuhyun golpear al tipo contra la pared.

Él retiró su brazo y le dio un puñetazo en el rostro ya sangriento.
¡Kyuhyun está aquí!

Mi corazón tartamudeó en mi pecho. El pánico retrocedió. Sonreí débilmente, intentando desesperadamente mantener mis ojos abiertos. Traté de darme la vuelta para poder levantarme a gatas, pero me faltaba tanto la coordinación que casi rodé fuera de la cama. Kyuhyun lanzó al tipo al suelo, gritando blasfemias que por cierto no pude entender, mientras que lo pateaba en el estómago y pecho. Mi cerebro ni siquiera funcionaba decentemente, Su rostro era la imagen de la rabia pura. Realmente me sentí un poco asustado por el tipo en el suelo que cubría su cabeza con sus brazos y trataba de enroscarse como una pelota.

Alguien más corrió dentro del cuarto y agarró a Kyuhyun impidiendo de que matara a golpes al tipo en el suelo. Kyuhyun todavía se azotaba violentamente, tratando de liberarse como sea de los brazos que le retenían. Su cara con enojo asesino.

Entrecerré los ojos a través de la confusión y me percaté de que era Minho quien le sostenía. Él decía algo en el oído de Kyuhyun, sosteniéndole fuertemente. La cabeza de Kyuhyun se giró bruscamente en mi dirección y su rostro se suavizó al instante. Asintió y se calmó inmediatamente. Minho le dejó ir y Kyuhyun corrió a mi lado, agarrándome por los hombros y levantándome para sentarme mientras él envolvía sus brazos alrededor de mí.

—¿Mierda, Ryeowook, estás bien? Él ha... —Se fue apagando, mirándome horrorizado. Sepulté mi cara en el lado de su cuello y aspiré su delicioso aroma mientras agarraba la parte frontal de su camiseta. No podía detener las lágrimas silenciosas que caían por mi rostro. Fui casi violado y él me salvó. Estuvo tan cerca. Si él hubiera llegado sólo unos minutos después habría sido demasiado tarde.

Los brazos de Kyuhyun se apretaron alrededor de mí mientras me acariciaba la espalda, meciéndome dulcemente. Forcé uno de mis pesados brazos alrededor de su cuello, aunque hacerlo costara casi toda mi fuerza. Me agarré a él tan fuerte como pude mientras me atraía a su regazo, murmurando palabras tranquilizantes de que él estaba allí y que yo estaba a salvo. Que nada malo me pasaría. Podía escucharle hablándole a Minho, pero parecía estar lejos o algo así en vez de pegado a mí.

—¿Tengo que llevarlo al hospital? ¿O qué debería hacer? —preguntó Kyuhyun, pareciendo casi desesperado.
— No, encontré un paquete de Ambien en su bolsillo. Es un sedante. Si le ha dado eso entonces sólo tienes que dejarlo dormir. El hospital no haría nada y si él fuera a tener una reacción ya la habría tenido. Sólo acuéstalo —contestó Minho. Yo sabía por conversaciones anteriores con él que vivía con un tipo era un doctor residente en el hospital, así que sabía de lo que hablaba. Kyuhyun obviamente confió en su opinión.
Sus brazos se apretaron alrededor de mí.

—Ryeowook, te voy a llevar a casa, ¿dale? ¿Puedes oírme? —preguntó mientras me cambiaba de sitio en sus brazos.

Asentí, pero no me molesté en abrir los ojos. Apreté mi brazo en su cuello mientras era zarandeado. Entreabrí los ojos, que se estremecieron con la luz del cuarto, para ver que él estaba de pie y cargándome. Se pavoneó sin esfuerzo fuera del cuarto, dirigiéndose por el salón, pasando entre la gente mientras murmuraba perdón aquí y allá. La fiesta aún continuaba, inconsciente de lo que casi me había pasado. Un llanto a mi derecha agarró mi atención.

Eché un vistazo para ver que Hae iba trastabillando detrás de nosotros, llorando sin control. Traté de sonreír de modo tranquilizador, pero estaba demasiado cansado. El aire fresco arremetió contra mi cara haciéndome gemir y apretarme más contra Kyuhyun cuando se me puso la carne de gallina.

BOY, I ADORE YOU - KYUWOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora