CAPITULO 34

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Hice un desayuno rápido antes de ir arriba y guardar mi ropa y el delineador para la cena de esa noche y un cambio de ropa para el día siguiente. «Accidentalmente» se me olvidó meter pijamas para esa noche, me gustaría mucho más dormir con una camiseta de Kyuhyun en su lugar.

Dejé mis cosas en mi habitación y me metí en mi voluminosa chaqueta para conseguir ocultar allí mis cosas para que no fueran vistas. Ya estaba preparado para ir a casa de Irene.
Cuando llegué a la dirección que me había dado, abrí la boca y miré la gran casa blanca en frente de mí. El camino de entrada era tan largo que las piernas me dolían para el momento en que llegué a la puerta principal.
Puse una sonrisa en mi cara cuando levanté la mano y presioné el timbre de la puerta dorada de gran tamaño.

Cálmate, Ryeowook. Guau, pon cara de indiferencia, esto es una mierda.
Me reí para mis adentros y luego me mordí el labio, tratando de relajarme y no dejar ver nada. Abrió la puerta con el ceño fruncido en su rostro mientras me miraba con desagrado de la misma manera que siempre lo hacía.

— Bueno, me alegra que hayas venido con ropa vieja, hoy te ensuciarás —dijo ella, sonriendo mientras me hacía un gesto con la mano para que entrara.

Asentí, tratando de alejar la sonrisa de mi cara. —Entonces, ¿qué es lo que tengo que hacer exactamente? —le pregunté, rogando para que fueran las cosas que ya me había dicho que iban a ser.

Ella sonrió maliciosamente. —Tienes que pulir algunos de mis zapatos. Tienes que planchar mi ropa y mi coche es un desastre, tienes que limpiar el interior y el exterior. Después de haber hecho todo eso, puedes limpiar el estiércol de los caballos, en el establo.

Señalado hacia la parte trasera de la casa. Su casa era preciosa por dentro. Tenía los techos altos, paredes decoradas por expertos y los suelos de roble. Sabía que sus padres tenían mucho dinero, pero no sabía que tenían tanto, tenían caballos en su patio trasero. No me extrañaba que actuara como una niña mimada todo el tiempo.

Asentí, tratando de parecer molesto, cuando en realidad esperaba dos de esos trabajos. Todo iba a la perfección. Joder, me encantaba Chanyeol por ser un genio del mal. Me recordó un poco a Hae y a sus esquemas atolondrados. Estaba secretamente contento de que fuera un hijo de puta y que él estuviera enamorado de Siwon, porque si esos dos alguna vez se juntaran, tendrían hijos peligrosos.

Señaló una pila de zapatos y botas de cuero que había puesto en la parte inferior de la escalera y utensilios de limpieza.

—Comienza entonces, princesito de hielo, —ordenó, sonriéndome engreídamente.

Sonreí con dulzura y me dirigí allí, sentándome en el suelo, puliendo sus zapatos como ella me lo pidió.
Me miró durante unos cinco minutos antes de que se aburriera y se fuera a hacer algo de comer. Me reí cuando ella salió de la habitación y metí la mano en mi bolsillo interior y saqué el pequeño paquete de polvos pica-pica que Chanyeol y yo habíamos comprado la noche anterior. Rocié todos los zapatos, tomé una foto con mi teléfono de cómo lo hice y se lo envié a Chanyeol, sabiendo que iba reventar de la risa Los sacudí para que no fuese evidente y luego volví a pulir todos ellos, con una sonrisa enorme en la cara. Venganza número uno, completa.

Cuando todos estuvieron brillantes, me dirigí hacia la dirección a donde Irene fue, husmeando su casa mientras tanto. Me sentí un poco como un acosador, pero Chanyeol me había instruido e mantener los ojos abiertos para no hacer nada incriminatorio. Realmente no sabía lo que él esperaba que yo encontrara, tal vez una foto de ella como una niña gorda o una carta que dijera que en realidad nació como chico.

Lo que me dijo es que buscara su diario. Tuve la sensación de que estaría encantado de leer el diario de la chica, un «placer prohibido» decía él. Estaba bastante seguro de que Irene no sería tan estúpida como para dejarlo por ahí sabiendo que yo iba a venir.

BOY, I ADORE YOU - KYUWOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora