Aquí estaba. A miles de kilómetros de mi hogar. Tener que escapar de la ciudad que te vio crecer hace que recuerdes cada momento, tan pequeño que sea lo recuerdas como algo valioso. Italia era buen lugar para comenzar de cero, era gente nueva, nuevo...
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—¿Que sucede?—cuestiono Eren tomando mi mano, lo miré y sonrei angustiada pero lo disimulaba bien. —Nada. Solo estoy un poco cansada amor. —Bueno, anoche no dormimos mucho por jugar en aquellos cómodos sillones—los dos reímos sabiendo que era verdad. Habíamos hecho el amor tantas veces que no nos dimos cuenta de la hora. —Estoy bien, este es momento de Mikasa, así que toda la atención sea para ella. ¿Okay?. —Okay—me dio un beso, y miramos a la pareja que nos contaba como sería la boda y quería que nosotras fuéramos sus damas de honor.
Todo se comenzó a sentir extraño. Como si una persona hubiera entrado y el ambiente se pusiera pesado. Miraba hacia todos lados tratando de saber que es lo que estaba pasando. Meseros,gente comiendo, gente bebiendo en la barra,gente entrando y saliendo del restaurante. Sentía una mirada clavada en mi nuca,como si me estuviera observando con un arma, un arma que estaba lista para disparar. De un segundo a otro,todo se volvió en cámara lenta ante mis ojos. No estaba soñando, aquel maldito hijo de perra estaba aquí. De su chaqueta sacó un arma y apunto hacia arriba disparando la primer bala.
—AL SUELO—grité tumbando la mesa para que todos nos cubriera. La gente comenzo a gritar y más disparos se escuchaban—No me puede estar pasando esto—murmure para mi misma sintiendo el cuerpo de Eren cubriéndome. Los demas estaban agachados tratando de protegerse. —Escogiste un lugar muy bueno para esconderte. Admito que esa habilidad tuya de desapecer aún me sigue sorprendiendo—aquella voz después de tiempo me hacía estremecer y sentir miedo. Nadie entendía nada, pues todo lo pronunciaba en español—Vamos querida, es mejor que salgas antes de que pase algo más. No tienes escapatoria, estas rodeada.
Maniobre mucho pero alcance mi bolsa luchando con Eren.
—¿Que diablos haces?—pregunto asustado ante lo que estaba haciendo. —Guarda silencio—meti mi mano hacia bolsa tocando el arma que llevaba conmigo, sin hacer mucho ruido cargue el arme y mire a todos, sus miradas mostraban terror.
Me partía el alma verlos sufriendo, pero tenía que sacarlos de aquí con vida.
—Jean, pasame esa botella de tequila.
Con cuidado me paso la botella volviendo a abrazar a Mikasa
—A la cuenta de tres ustedes correrán hacia la puerta y subirán a la camioneta de Eren y aceleran a fondo sin importar que pase. —¿De que hablas?¿que es lo que esta pasando?¿Y tú que harás?—pregunto Eren desesperado. —No hay tiempo. Hagan lo que les digo.
Saque mi arma tomando la botella de tequila y poniéndome en cuclillas.
—Si que tuviste lo ovarios para traicionarme en aquella ocasión. Pero se te olvidó una cosa querida Maria,o prefieres Annel—escuche su risa amarga, los mire a todos quienes estaban impactados. El maldito hijo de perra sabía hablar inglés y comenzó a cantar como pajarito para que mis amigos escucharan todo. Me aguantaba las ganas de llorar,no era tiempo de explicación. —Annel Mendoza. Es un buen nombre, pero aunque mueras y quieras borrar tu pasado, tu eres Maria Dantes, mexicana como te dicen tus amigos y te conocen por estos rumbos,pero todo el mundo sabe que tu verdadero apodo es LA REINA NORTEÑA!!—afirmó cargando el arma listo para disparar. —Te equivocaste al buscarme al fin del mundo,imbecil—me levante de donde estaba arrojando la botella de tequila cegandolo. Dispare a sus hombres matándolos en segundos—CORRAN!!.
Salimos del restaurante y antes de subir a la camioneta, dispare a la camioneta en la que venia aquel Imbécil, quitando las llaves y ponchando las llantas. Subi a la camioneta de Eren y arranco con el corazón en la garganta.
—¿QUE CARAJOS ESTA PASANDO?.
Era la pregunta que más temía desde que había conocido a Eren. ¿Que estaba pasando y quien era en realidad?.
