T2 23.

65 5 0
                                    

El ataúd estaba decorado con rosas blancas, todo era tan bello. En este lugar ella estaría en paz, lo presentía. En un lugar tan escondido que ni el mismo diablo podía dar con nosotros. Poco a poco el ataúd fue bajando mientras que nosotros arrogabamos una rosa blanca. No era una despedida era un hasta pronto.

—Connie—me acerque a él quien era el más afectado. Lo abrace fuertemente y el a mi.
—Ella era mi mejor amiga, mi otra mitad y ahora no esta..—podía sentir su dolor, me sentía tan culpable.
—Lo lamento tanto..—fue lo único que pude decirle.
—Nada de esto es tu culpa. Todos sabíamos a que nos arriesgabamos. Solo que,nos tomaron desprevenidos.
—Créeme Connie, esto no se va a quedar así.El maldito de Aurelio va a pagar. Lo haremos sufrir, por quitarnos a Sasha y a Esteban. Te lo juro por mi hija—el solo asintio abrazandome de nuevo.

Caminé hacia los demás que estaba igual de abatidos que yo,Mikasa estaba que no podía ni ponerse de pie por el dolor. Jean le había insistido en no venir al funeral pero ella estaba dispuesta a todo y no fue buena idea puesto que se puso grave que tuvo que ser llevada al hospital.

—¿Que quieres hacer María?—pregunto Porco con sus lentes obscuros poniéndose a mi lado.
—Debemos volver. Antonio me esta esperando con mi hija—seria pero con el corazón destrozado lo mire.
—Entonces es hora de irnos..—menciono Eren tomando mi mano.
—Pero habrá un cambio de planes. No voy a dejar que Aurelio se salga con la suya—ambos se miraron confusos.
—¿Que harás?—pregunto Eren.
—Ya verán. Es hora de irnos.

Me di la vuelta para subir al avión que teníamos, y antes de que subieran todos tome mi celular a la única persona de la cual no podrían sospechar.

—¿Hola?.
—Necesito ayuda,y tu eres la persona indicada para esto...

Todo iba a acabar, y yo sería la reina que acabaría con todo esto. Daría el jaque mate en este juego.
                                <>
Me asome con mucho cuidado de no hacer ruido en la habitación del hospital para ver a Mikasa. Ella estaba con los ojos cerrados y conectada a lo que aprecia ser medicamento, no me atrevo a dirijirle la palabra desde que Sasha murió pero quería saber como estaba,y como estaba su bebé. Me quede observándola unos minutos sumida en mis pensamientos.

—¿María?¿Estas bien?—pregunto abriendo sus ojos y tratando de acomodarse en la cama.
—Tranquila no te esfuerces—dije acercándome a ella para que no se levantara.
—Estoy bien, solo que quiero salir de aquí. No me gustan los hospitales para nada—suspiro tocando su frente.

Me quedé en silencio mirando hacia el suelo tratando de no llorar.

—Es niño..—menciono. Subí la mirada y me encontré con su cálida sonrisa. Acerque mi mano pero mirándola para que me diera permiso de acariciar su pequeño vientre, ella sonrio y juntas tocamos su pequeña barriga—Es,precioso. Me lo mostraron y heredó mi nariz—reímos juntas.
—Que preciosidad Mikasa. Es una gran bendición—murmure con la voz ronca de tanto llorar.
—Sasha nos cuida en donde quiera que esté,siempre la vamos a amar. Pero María...—tomo mi mano apretandola con fuerza haciendo que la mirara—Por favor, no dejes que su muerte sea en vano. Ella debe tener justicia..
—La tendrá. Te lo prometo—dije firme sabiendo que haría todo para que la muerte de Sasha no fuera en vano.

Al llegar a la nueva casa de seguridad,empezamos a cargar las armas y el dinero que habíamos juntado en todo este tiempo. El plan había cambiado,todos permaneceriamos en esta casa hasta que ninguno de aquellos dos malditos estuvieran vivos. Porco,Eren y Jean viajaran conmigo. Mientras que Connie y Armin se quedaban junto con las chicas que estaban resguardadas en lo más bajo de la casa.

—Vamonos, Antonio debe estar ya en el aeropuerto—dije colocandome mi chaqueta al mismo tiempo que guardaba el arma.
—¿Estas segura que te la entregará?.Puede ser una trampa—dijo Porco cargando su arma.
—Si no quieren ir, no lo hagan. Puedo hacer esto sola—subi a la camioneta para manejar.
—Vamos. Es hora—dijo Eren.
—Que Sasha nos protege..—menciono Jean.

Todos subimos y comencé a conducir tratando de estar relajada,pero después de 7 meses. Vería a Carla, y en mi corazón todavía no podía sacar el como me dijo que me odiaba. Tantas cosas pasaban por mi mente que por un momento olvidé quien era, la muerte de Esteban, de Sasha. Había perdido a dos seres que amaba, todo por ser quien soy y mi hija estaba corriendo peligro.

—María!!—grito Eren haciendo que volteara de inmediato.
—¿Que pasa?
—Es tu celular. No deja de sonar, creo que es Antonio—rápido lo tomé y tenia varias llamadas perdidas. Así que esta vez conteste dejando la troca detenida.

—¿Que carajos quieres?. Te dije que ya estoy en camino.
—Tu maldita mocosa escapo,y mato a uno de mis hombres. Esa niña si que sabe defenderse.
—¿Como que se escapo imbecil?¿dónde carajos esta?.
—Ya te dije. Escapo, pero mi gente ya la esta buscando. Pero..
—¿Pero que? Habla maldita sea.
—Aurelio también. Tenemos todo lo que necesitamos, si el la encuentra primero la..
—Si Aurelio le tocan un pelo a mi hija,te lo juro Antonio. Voy hacer que pagues.

Corte la llamada tirando el celular y golpeando el volante. Mi corazón latía como loco,el saber que ella estaba en peligro en una ciudad que ella no conocía me mataba.,y el hecho de que Aurelio sabe todo.

—¿Que paso?¿que le paso a Carla?.

Las voces de los chicos parecian escucharse tan lejos. Esto debía ser una maldita broma, no puede estar pasando esto. Sumida en mis pensamientos comencé a idearme en donde ella podría estar,no conocía Culiacan y en donde sea corría peligro. Porque el maldito de Aurelio tenia comprado todo Culiacan. Sin responder a ninguna de sus preguntas, prendi la camioneta acelerando a fondo esquivando a cualquiera que estuviera en mi camino. Todos parecían asustados, sabía que estaba manejando como una maniática por la desesperación de ver a Carla. Quería verla, abrazarla y explicarle todo para que pudiera perdonarme. Quería que la tierra me tragara.

—María. Baja la velocidad puedes provocar un accidente—decía Porco tratando de calmarme.
—Guarda silencio—murmure con voz ronca.

Todos se miraron algo aterrados,pero yo seguía en mi mundo,debia hacer primero una parada antes. Llegamos a una gran bodega, salí de la camioneta para ir a la cajuela y tomar una AK-47,con una granada.

—María espera. ¿Que diablos haces?—grito Jean desesperado.
—MARIAAAA!!!—grito Eren bajando de la camioneta.

Al ver que no estaba en mis cabales, tomaron las armas que habian en la camioneta poniéndose a mi lado.

—¿Quieren ver de lo que soy capaz?. Aun conocen ni la quinta parte—murmure viendo a todos.

Le quite el seguro a la granada abriendo la puerta de la bodega con un disparo y la arroje dentro de esta escuchando en segundos la explosión.

—AHORA!!—grité entrando y disparando a todo lo que veía,los hombres de Aurelio fueron cayendo poco a poco,sabía que estaría aqui. Esta era su última bodega llena de dólares,y solamente yo sabía donde estaba—Sabia que estarías aquí, maldito infeliz—dije mirándolo frente a frente quien estaba con sus hombres al igual que yo.
—Todo este tiempo pensé que eras mi amiga,que en verdad me apreciabas, pero todo fue parte de un plan para chingarme.Eres una maldita hija de perra. Me tracionaste. ¿A que precio María?—pregunto. Su voz sonaba dolido, pero era lo menos que me importaba.
—¿A que precio?¿en verdad tienes los huevos de preguntar?—pregunté enojada apuntándole con el arma.
—¿Esa mocosa?¿esa niña que nisiquiera tu sabes quien es el padre?.

Eren disparo hacia el techo poniendo todos en guardia.

—No tienes el derecho de hablar de ella. No eres quien—sentenció con voz grave. Estábamos que nos llebava el diablo por expresarse así de nuestra hija.
—¿Y tu quien chingados eres cabron?¿que vela tienes tu en este entierro?
—Soy el esposo de la mujer que tu nunca tendrás. ¿Como la vez cabron?

Grito enfurecido,y Aurelio solo se quedo impactado.

—¿Esposo?
—Así es,y te advierto que no vuelvas a insultar a mi hija. Porque estoy a mi limite Aurelio, todos estos meses que me la quitaron fueron el motor para acabar con todo. Me importa una mierda si crees que soy una traidora. Yo por mi hija,hago y deshago.
—Y yo pensé que podía haber algo entre nosotros, pero resultaste ser una maldita puta—grito con algunas lagrimas.
—Jamás, en mi perra vida estaré con alguien como tú.
—No tienes madre María..
—En eso tienes razón, no tengo madre.

Con otra granada que tenia en mi chaqueta la arroje mientras que todos salimos del lugar, todo exploto. Las joyas,las pinturas y el dinero se habían hecho trizas.

BEFORE DAWN;Eren Jaeger × Lectora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora