Capitulo 3

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El año siguiente, cuando cumplí los quince, llegué a la isla con la valija menos cargada de lo normal. Mientras desempacaba junto a mis hermanas, descubrí que se debía a que aquel año no había llevado mis juguetes de siempre. Autitos, palas y baldes para jugar en la arena, figuras de acción. Todas aquellas cosas habían quedado abandonadas en algún rincón de casa cuando, en algún momento, había dejado de usarlas. Aquel año mi valija era prácticamente sólo ropa.

Después de almorzar y darme una ducha tras el largo viaje, salí apresuradamente a buscar a los demás. Harry y Niall estaban cerca del muelle. Tenían las mejillas sonrosadas y se veían más grandes que nunca. Niall me contó enseguida que estaban organizando un torneo de tenis y había hecho una receta para que preparáramos helado de yogurt.

—¿Liam y Zayn han llegado?

—Aún no —dijo Harry—. Pero seguro no tardarán en aparecer.

Sentí un agujero en el pecho que traté de ocultar enseguida. Nos pusimos a jugar con un balón en la arena y tras unas horas la familia Payne apareció en el muelle, en una embarcación blanca. Liam llevaba un sombrero de paja en la cabeza y una enorme sonrisa en los labios. Nos saludamos con abrazos y sonrisas, y noté que tenía los brazos más musculosos que nunca.

Durante el resto de la tarde nadamos un rato, Niall nos obligó a jugar un centenar de partidas de tenis ya que se había unido a un club en su ciudad y Liam nos habló sobre lo enamorado que estaba de su novia de Wolverhampton cuándo volvió de desempacar. Llevaban un año saliendo ya.

Por un momento me sentí desconcertado y me pregunté en qué momento habíamos pasado de jugar como niños pequeños a tener novia.

—¿Qué hay de ti, Louis? —inquirió Niall—. ¿Qué has hecho este año?

Me encogí de hombros.

—Lo de siempre. Jugar al fútbol, jugar videojuegos, estudiar... o pretender que lo hago.

Los tres rieron.

—¿No tienes novia en Doncaster? —preguntó Liam.

Me quedé en silencio. Lo cierto era que nunca me había fijado en alguna chica. Y ni siquiera me había dado cuenta de aquello hasta ese instante.

—No.

—Pero seguro hay alguien que te gusta, ¿no es así? —dijo Harry, socarrón.

Zayn apreció en mi cabeza y el estómago se me revolvió. Noté que su familia aún no había aparecido por ningún lado y ya estaba atardeciendo. El cielo empezaba a tornarse naranja.

—¿Tienes algo, Louis? —preguntó Niall—. Estás raro.

—Zayn aún no ha llegado.

—Tal vez su familia no venga este año —dijo Liam, encogiéndose de hombros—. Puede que hayan decidido pasar las vacaciones en otro sitio.

Aquella simple idea me hizo sentir enfermo. Intenté pensar en otra cosa, pero a medida que las horas transcurrían y el sol se ocultaba, la desilusión aumentaba más y más. Al final, oscureció y cada uno volvió a casa para ducharse antes de la cena. Niall fue el primero en despedirse y luego Harry. Liam me preguntó si quería que me acompañase unos minutos después, pero me negué.

—¿Vas a quedarte aquí solo? —dijo, con las manos en los bolsillos.

—No te preocupes, regresaré en un rato.

—De acuerdo. Nos vemos, Louis.

Lo vi alejarse un poco indeciso, pero finalmente desapareció. Liam había tenido ese instinto protector desde que éramos niños. Siempre se preocupaba demasiado por los demás.

Pretty boy - Zouis MaliksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora