Capitulo 11

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Niall, Harry, Liam y Zayn no vienen al muelle cuando atracamos, ni el abuelo. Solo están los pequeños y los demás adultos. Gemma viene corriendo y me agarra del brazo. Yo la aúpo y la hago girar. Es sorprendentemente ligera, como si su cuerpo estuviera compuesto de partes de pájaro.

—¿Ya te encuentras mejor? —le pregunto.

—¡Tenemos barras de helado en el congelador! ¡De tres clases distintas!

—En serio, Gemma. Anoche por teléfono estabas fatal.

—No es verdad.

—¡Ya lo creo!

—Harry me leyó un cuento. Luego me fui a dormir. No fue para tanto.

Le alboroto el cabello de color miel.

—Solo es una casa. Muchas casas dan miedo de noche, pero por la mañana vuelven a ser amigables.

Mi madre, mis hermanas y yo cruzamos la isla para ir a la casa Tomlinson, una corta distancia sobre un camino de tablas. Los demás nos ayudan con las maletas. El abuelo está en la cocina y se gira para mirarme.

—Hola, Louis —dice alegremente—. Me alegro mucho de verte.

Los adultos hablan entre ellos y a mí me dejan con mis hermanas y los demás pequeños. Tienen un aspecto extraño con sus vestidos de verano y sus Crocs.

—Pareces un muerto —dice Ruth.

—¡Ruth!

Gemma le da un manotazo.

—Bueno es que tienes ojeras y la piel blanca.

—Sé amable con Louis —susurra Daisy—. Nos lo dijo mamá.

—Estoy siendo amable —contesta Ruth.

—No pasa nada —contesto distraídamente.

Tras un largo rato todo el mundo se va y mi madre y yo nos quedamos solos en la casa Tomlinson para deshacer las maletas. Dejo la bolsa y me voy a buscar a los chicos.

De pronto los tengo encima como si fueran cachorros. Niall me agarra y me hace girar. Harry agarra a Niall, Liam agarra a Harry, Zayn agarra a Liam, todos nos agarramos y damos saltos. Luego nos separamos y nos encaminamos a la casa de los Malik. Niall habla de lo contento que está de que la casa estará vacía ya que los padres de Zayn no pudieron venir este año. Lo que significa que vamos a tener la casa Malik para nosotros. Zayn dice que va a preparar té caliente, y que el té caliente es su nuevo vicio. Seguimos a Zayn a la cocina. Pone agua a hervir.

Es un torbellino, todos hablando a la vez, discutiendo alegremente, justo igual que en los viejos tiempos. Aunque Zayn casi no me ha mirado.

Yo no puedo dejar de mirarlo.

Es tan bonito... Tan Zayn... Conozco el arco de su labio inferior, la fuerza de sus hombros. La camiseta medio metida en los vaqueros, los zapatos desgastados en el talón.

Estoy tan enfadado... Y me alegro tanto de verlo.

Lo más probable es que él haya seguido adelante, como haría cualquier persona equilibrada. Zayn no se ha pasado los dos últimos años en un caparazón de dolor de cabeza y autocompasión. Él ha estado probablemente saliendo por ahí con otras personas de su ciudad. Con otros chicos, y con otras chicas quizá.

—Te has cambiado el pelo —me dice Harry.

—Solo está más corto.

—Pero estás guapo —añade Niall con dulzura.

—Estás muy alto —comenta Zayn, atareado con unas cajas de té—. Antes no eras tan alto, ¿verdad, Louis?

—Se llama crecimiento —respondo—. En algún momento debía suceder.

Hace dos veranos, Zayn era varios centímetros más alto que yo. Ahora somos más o menos iguales.

—Estoy completamente a favor del crecimiento —dice Zayn, que sigue sin mirarme a la cara—. Pero no crezcas más que yo. Harry no me deja ser el más alto —continúa diciendo—. Parece que se hace más alto con los días.

—Como si tuviera elección —refunfuña Harry.

—Sigue siendo nuestro Lou —asegura Niall con lealtad—. Seguro que nosotros también le parecemos distintos.

Pero no es así. Tienen el mismo aspecto. Zayn con su gastada camiseta negra, la misma de hace dos veranos. Su sonrisa fácil, su manera de inclinarse hacia delante, sus bonitos ojos.
Harry, ancho de espaldas, con jeans ajustados y una camisa blanca tan vieja que tiene los bordes raídos; las uñas pintadas, el pelo muy rizado. Niall, con la tupida melena rubia y las mejillas sonrosadas, vestido con pantalones cortos y una camiseta. Liam, con el cabello tan corto como siempre y mirada paternal.

Resulta tranquilizador. Los quiero tanto...

¿Les importará que no pueda recordar siquiera los hechos más básicos en torno a mi accidente? He olvidado mucho de lo que hicimos juntos el último verano. Me pregunto si habrán hablado de mí. No quiero que me miren como si estuviera enfermo. O como si estuviera mal de la cabeza.

—Háblanos de la universidad —dice Liam. Está sentado en la encimera de la cocina—. ¿Adónde vas a ir?

—A ningún sitio, todavía.

Esta verdad no puedo evitarla. Me sorprende que aún no lo sepan.

—¿Qué?

—¿Por qué?

—No me he graduado. Perdí demasiadas clases después del accidente.

—¡Qué asco! —chilla Harry—. Es horrible. ¿No puedes ir a la escuela de verano?

—No si vengo aquí. Además, será mejor que presente la solicitud con todo el trabajo del curso hecho.

—¿Qué vas a estudiar? —pregunta Zayn.

—Hablemos de otra cosa.

—Pero queremos saberlo... —insiste Niall—. Todos queremos saberlo.

—En serio —digo—. Cambiemos de tema. ¿Qué tal tu vida amorosa, Liam?

—También da asco.

Enarco las cejas, asombrado.

—Cuando se es tan guapo como yo, las cosas nunca son fáciles —bromea.

—Yo tengo un novio que se llama Drake Loggerhead —dice Harry—. Va a ir a estudiar a Londres, como yo. Hemos tenido relaciones sexuales bastantes veces, pero siempre con protección. Me regala rosas amarillas todos los días.

Niall escupe el té. Zayn y yo nos reímos. Liam solo niega con la cabeza, con una sonrisa.

—¿Drake Loggerhead? —pregunta Niall—. ¿Estás saliendo con un chico?

—Sí —contesta Harry, con toda la naturalidad del mundo—. ¿Qué te hace tanta gracia?

—Nada. Solo no lo esperaba... O bueno, tal vez si.

—Llevamos cinco meses saliendo —explica Harry—. Va a pasar el verano de campamento en la montaña, así que cuando vuelva a verlo, ¡se habrá puesto aún más lindo!

—Tienes que estar de broma... —dice Zayn.

—Un poco —admite Harry—. Pero lo quiero.

Le aprieto la mano. Me alegro de que tenga a alguien de quien estar enamorado.

Dejamos las tazas de té y bajamos a la playa pequeña. Nos descalzamos y movemos los dedos de los pies en la arena, que está llena de conchas minúsculas y afiladas.

—No voy a ir a la cena con todas las familias —anuncia Niall con resolución—. Este año no.

—¿Por qué no? —pregunto.

—No lo soporto —dice—. Se le ha ido la cabeza a todo el mundo, ¿sabes?

Asiento.

—Yo solo quiero pasarlo bien con ustedes aquí abajo —prosigue Niall.

—Lo mismo digo —coincide Liam.

Harry también asiente con la cabeza.

—Y yo —dice Zayn.

Me doy cuenta de que ya lo habían hablado antes de que yo llegara.

Pretty boy - Zouis MaliksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora