Hace doce años que Yugi fué atrapado por la oscuridad que alberga el otro lado de la cascada.
Finalmente, después de tanto tiempo el sello que impedía cruzar se desvanecerá; la oportunidad perfecta para que puedan pasar y rescatar al tricolor.
Pero...
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Estaba dispuesto a todo con tal de ayudar a la persona que había amado por más de tres años. Si bien, hace aproximadamente 30 meses había comenzado mi tratamiento para eliminar mi mitad lobuna, no me importaba absolutamente nada en este momento. Estaba dispuesto a sacrificar esos 30 meses de dolor con tal de salvar la vida de Yugi. Es por ello, que ésta noche especial la aprovecharía al máximo. Estaba dispuesto a marcar a Yugi y reclamarlo aunque fuese por sólo 3 días...
Llegué a la puerta de la habitación de mi tricolor y entré sin avisar. Este estaba recostado sobre su cama cubierto por uno que otro pétalo que había en esta.
- Que sorpresa más linda- me dijo mientras olfateaba una rosa.
- Feliz aniversario- le dije sonriendo mientras entraba y cerraba la puerta.
- ¿Aniversario de que?
- De noviazgo- respondí sentandome el la cama.
- ¿Es hoy?- cuestionó sin sorpresa. La verdad lo notaba muy tranquilo- Hemos roto y vuelto más de 5 veces en los últimos casi tres años... Que ya olvidé cuando es nuestra fecha actual de aniversario- me miró y sonrió- ¿Vas a reclamar tu regalo o solo te vas a quedar ahí mirándome como bobo?
Eso me sacó un sonrojo notorio a la vez que una sonrisa. Yugi se enderezó un momento y apagó la vela de la lámpara que iluminaba la habitación.
La oscuridad se apoderó de todo nuestro alrededor haciendo el ambiente más agradable para el acto que daría lugar en aquella mullida cama.
Poco a poco me jaló hacia él mientras yo avanzaba en cuatro hacia el centro de la cama con Yugi debajo de mí. Me besaba con tanto cariño que me hacía enloquecer por completo. Comencé a quitarle la ropa y él hacía lo mismo conmigo.
Comencé a besar sus labios, sus hombros, su pecho y él sólo reía bajito.
- me haces cosquillas- dijo, pero aún así proseguí con mis acciones- Si dejas marcas te mato- me dijo, lo cual no hacía falta pues sabía que odiaba esas marcas de amor en su blanca piel.
- Yugi...- hablé bajito- ¿puedo quitarte la venda del cuello?
- ¿Te estorba?
- No es eso... Es sólo... Que yo...
- ¿Tú... Que?- cuestionó.
- Yugi... Quiero quitar esa marca en tu cuello para que al fin dejes de sentir dolor.- por la oscuridad no podía ver sus gestos, pero estaba más que seguro que justo ahora tenía una expresión de total seriedad.
- Estás jugando ¿Verdad?
- Yugi...
- No puedo creerlo...- dijo mientras se enderezaba y bajaba los pies de la cama.
- ¿A donde vas?- cuestioné mientras notaba que se comenzaba a vestir.
- A dar un paseo. Necesito olvidar que me acabas de proponer hacerme una segunda marca cuando lo que más quiero es quitarme la que ahora me punza atrás de mí cuello.
