Marcado (Parte 2)

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Finalmente había llegado la noche siguiente y Yugi se preparaba para salir a escondidas del castillo

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Finalmente había llegado la noche siguiente y Yugi se preparaba para salir a escondidas del castillo.

- ¿Saldrás?- preguntó cierto castaño entrando a la habitación del tricolor.

- ¿No sabes tocar?- respondió sin mirarlo.

- ¿A dónde carajos vas? Hoy hay luna llena.

- Lo sé. Pero tengo asuntos importantes que atender fuera del castillo. Volveré antes de media noche y me encerraré en mi habitación. Después de todo debo hacerlo para mantenerme  a salvo del maldito de Akefia.

-  Me enteré que regresó ayer en la noche.

- Por mí se hubiera muerto en batalla- dijo colocándose sus botas y poniéndose de pie de la cama.- me voy.

- Espera... Yugi aún hay tiempo de...

- No dejaré que me muerdas. Ahora quítate que tengo prisa.- y tras evadir el tema, Yugi salió de su habitación rumbo al bosque atrás del castillo.

Corrió río abajo a orillas del río Kahanno rumbo al campamento de sus hermanos y mientras lo hacía no dejaba de mirar la luna.
Debía ser cuidadoso y regresar antes de que esta estuviese en su punto más alto en el cielo.

Finalmente se detuvo en el bosque Kiroshyma justo al lado del río que pasaba entre unas ruinas de lo que antes fue un castillo.
Ahí en ese lugar a kilómetro y medio alejado del campamento de los Muto, Yugi había citado a su madre.

Al llegar no vio a nadie, por lo que decidió tomar su forma lobuna y acercarse al río para beber agua.
En eso andaba cuando de la nada sintió cómo era empujado y por ello calló al río. Inmediatamente subió a la superficie algo confundido y al mirar atentamente se topó con aquellos orbes amatistas como los suyos, los cuales eran de la loba color miel que tenía frente a él.

- ¿Mamá?- soltó al aire-... ¡Mamá!
Salió del agua y se abalanzó contra ella. Lamió su rostro y frotó su cabeza contra el pecho de su madre cual cachorrito.

- Mi lobito. Cómo has crecido. Eres todo un lobo adulto.- dijo tras enderezarse. Seguidamente deshizo su transformación y Yugi también. Ambos se abrazaron y no se soltaron en un buen rato.

- Te he extrañado mucho... Me has hecho mucha falta mamá.

- Y tú a mí, tesoro. Pero ya no más. Vuelve a casa conmigo. Con nosotros. Tus hermanos esperan tu regreso con mucha emoción.

- Después de lo que les hice en nuestro primer encuentro... Dudo que me esperen con emoción.

- Yo sé que todo lo que estás haciendo es por complacer a tu abuela... Pero si vienes con nosotros te vamos a proteger a toda costa de esa mujer.

- No dudo que lo harán. Pero eso implicaría comenzar la guerra de manera inmediata. Mi abuela hará la declaración oficial al alfa Muto mediante una carta que mandará en pocos días. Mi misión es evitar esa guerra. Por eso les pido que se vayan de aquí.

Los hermanos MutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora