(AUN NO REPRODUZCAN EL AUDIO)
Pov. Yugi...
Jaden me había dado su capa para enrollar a Luka. Lo cargué en mis brazos para estúpidamente darle ese calor que en vida nunca pude darle. Me sentía un idiota.
Todos caminamos en silencio de regreso al campamento. No sé cuánto tardamos en llegar, no sé si alguien me dijo algo durante el camino, no podía pensar en otra cosa que no fuera Lumine. ¿Cómo se lo iba a decir? Le prometí que traería a su hermano de regreso y una vez más le había fallado.
Llegamos al campamento. Era evidente lo que había sucedido. La capa de Jaden ya se había tenido de rojo y el pequeño no daba ninguna señal de movilidad.
— No es cierto...— dijo Mai acercándose a mí— Luka...
— Nunca debí... Yo no podía... Quería que...
— Lo sé... Lo sé...— me interrumpió para calmarme
— Como sacerdotisa sabrás qué hacer...— con dolor le entregué a mi hijo. Ella sabía a qué me refería— ¿Estás seguro?—dijo confundida
— Quiero honrarla a ella... Sé que ella hubiera querido esto...
— No es momento para que te culpes.
— Mai... Acabo de entregarte muerto a uno de mis hijos... No me digas que no es mi culpa...
— Es que no es...
— Luka...— ambos miramos en dirección donde venía la voz. Era Lumine quien venía tomada de la mano de mi madre— No... No NO ¡NO! ¡Eres un mentiroso! ! Rompiste tu promesa! ¡Dijiste que lo traerías a salvo!
— Lumine...— mi madre la sostuvo
— ¡Hermanito! ¡Hermanito despierta! ¡HERMANITO!
— Vamos nena, debes calmarte— dijo mientras se la llevaba.
— ¡Suéltame!— pataleo y clavó su mirada en mí — ¡Es tu culpa! ¡Te odio! ¡Te odio! ¡TE ODIO!
— LUMINE ¡Agh!— caí al suelo de rodillas mientras me sostenía mi costado. Lo sentí húmedo. Estaba sangrando de nuevo.
— Yugi. ¿Estás bien?— me preguntó Jaden acercándose a mi
— Espera, espera, no te muevas. —ordenó Mai
— Necesito hablar con ella
— Pero ahora no. Ella necesita tiempo y tú necesitas atenderte esa herida. Ve a tu carpa a descansar, iré en un momento.
— No, espera. Hazlo en mi carpa. Quiero estar a su lado.
— Pero Yugi...
— Por favor Mai...— le supliqué. Mis ojos estaban cristalinos, mi voz estaba entrecortada, era humillante, pero me valía un bledo los demás que me estuviesen mirando— Estuvo alejado de mi cuatro años... quiero estar a su lado al menos unas horas más...—ella me miró comprensiva y con melancolía. Al final accedió.
Nos dirigimos a mi carpa donde mi pequeñito sería preparado para esta noche. Jaden y Yami me ayudaron a caminar para llegar, ninguno quiso separarse de mi lado incluso habiendo roces pasados entre ellos supieron comportarse de acuerdo a la situación. En mi interior suplicaba estar solo, pero lo cierto es que no lo quería. Al menos con ellos a mi lado me pude mantener cuerdo.
La noticia no tardó en expandirse por todo el campamento, bastaron unas horas para que absolutamente todos supieran que aquel carrocho que yacía sobre una manta y la cachorra desconsolada eran hijos míos. En cuanto mi hermana se enteró entró confundida y consternada a mi carpa, ciertamente ella no sabía qué hacer y yo tampoco. Simplemente nos limitamos a abrazarnos sin decir nada. Supongo que en su cabeza estaba analizando y comprendiendo muchas cosas, pero este no era el momento de hablar y agradecía que no me dijera nada. Al menos pude ver que ella estaba bien, lo cual me alegraba. Su cachorro estaba a salvo. Fue mi amigo junto a su pareja quienes aparecieron después. Ese rubio siempre tan comprensivo, me abrazó y consoló. Mis hermanos no sabían qué hacer exactamente, solo me consolaron a su manera. Mi madre tampoco tardó en aparecer. Ella tampoco dijo nada, solo me abrazó con dulzura y comprensión.
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Los hermanos Muto
FanfictionHace doce años que Yugi fué atrapado por la oscuridad que alberga el otro lado de la cascada. Finalmente, después de tanto tiempo el sello que impedía cruzar se desvanecerá; la oportunidad perfecta para que puedan pasar y rescatar al tricolor. Pero...