╭TWILIGHT - EDWARD CULLEN FANFIC╮
[⚜️]❝Madelaine Davis era una chica normal en su natal Manhattan, sus padres trabajaban en una empresa desconocida que cometía experimentos ilegales de los cuales ella nunca supo nada junto con su mellizo.❞...
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Madelaine termina de arreglar su largo cabello pelirrojo y sonríe satisfecha al darse cuenta de que había recuperado casi el mismo brillo e incluso el aspecto de antes.
—Un buen baño siempre te rejuvenece —susurra para sí misma la chica con un poco de diversión, ya que vio a Geraldine salió de dicho lugar.
—Gracias por la ropa —habla la pelinegra con una sonrisa, acomodando las mangas de su blusa.
—No te preocupes —responde Madelaine—. De todas formas, no me gustaba mucho ese conjunto.
—Déjame adivinar —pide Geraldine, fingiendo pensar por unos cortos segundos—. No es de color rojo.
La pelirroja sonríe victoriosa y asiente sin dudar ante dichas palabras, era más que evidente que ese era su color favorito.
—Se supondría que iríamos lo más normal y desapercibido posible —recuerda la pelinegra—. No queremos llamar la atención con nuestros atuendos.
—Por eso escogí el atuendo menos llamativo que tengo en mi armario —confiesa Madelaine al analizar mejor su ropa—. Es lo más normal y aburrido que me verás usar.
—Lo digo por el labial —se burla Geraldine al sentarse frente al tocador de la habitación.
—Oh, es de color mate —responde la pelirroja con una sonrisa antes de comenzar a peinar el cabello de la pelinegra.
—Hija —habla alguien más desde la puerta de la habitación, llamando la atención de las dos chicas—. Ya les tengo los pasajes de avión a los tres, tengo un repuesto de sus pasaportes y conseguí el pasaporte de Geraldine.
Amber deja todo sobre la cama de la recámara, Madelaine se acerca a su madre, dándose cuenta de como esta dejó un teléfono.
—Compramos los boletos en línea, así que solo tendrán que mostrar el comprobante junto con el boleto digital —le explica la mayor—. Tu padre ya le dio a Aaron su pasaporte y su boleto, así que no tiene porque preocuparse. ¿Llevas todo lo necesario?
—Sí —responde Madelaine—. Ya empaqué todas mis cosas. La ropa, zapatos y tengo todos mis aparatos electrónicos..., a excepción de mi teléfono.
—También nos encargamos de eso —se apresura a decir Amber antes de extenderle una pequeña caja rectangular bastante conocida—. Este teléfono es tuyo, tu padre le dio otro a tu hermano, pero pueden conseguirle uno a Geraldine cuando llegue a su destino
—Mejor para mí —habla la pelinegra—. Así no tendré que estar preocupada por dónde lo habré dejado, porque siempre pierdo mis cosas.
—¿Están listas? —pregunta Aaron al llegar a la habitación junto a su padre que tenía sostenía las maletas de su hijo.
