CAPITULO 1

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EL INICIO

Adela

Soy Adela Castillo tengo 17 años soy la hija de uno de los empresarios más ricos del país, soy de baja estatura 1,59 cm para ser exactos, mi piel es de un tono blanco muy bello, mi cabello negro ondulado hasta el principio de mis nalgas, ojos negros, cejas gruesas, delgada pero con buen busto, nalgas firmes y hermosas, piernas bien formadas, y en estos momentos voy en la parte de atrás de mi camioneta negra blindada dirigiéndome hacia mi escuela, ya voy en último año, me veo como una gran diseñadora, ese es mi talento, diseñar es lo que más amo.

- David podrías ir más lento no me molestaría llegar un poco tarde a mi clase de danzas – así es detesto bailar no es lo mío y además me muevo horrible y en cuanto a David es mi chofer desde los 14 y es en serio increíble.

- Señorita Adela todos los martes me pide lo mismo, no puede llegar siempre tarde a esa clase -

- Primero deja de hablarme de usted que siento que me estas regañando y sabes que la odio además sabes que lo hago muy mal y hoy es clase de salsa para empeorar -

- Está bien entonces te hablare de tu y pues respecto a lo del baile te he visto bailar y no todos los bailes los haces mal – Me quedo impactada, no tenía idea de que me había visto bailar, nadie lo sabe ni siquiera mis padres o mis amigos, bailo hels es un baile un poco erótico en tacones – Señorita Adela -

- ¿Sí? -

- ¿Estás bien? Estas muy roja y te quedaste muda -

- David no sabía que me habías visto bailar y si dices que no lo hago mal es un alago-

- Solo te vi por error un par de veces y si en verdad bailas muy bien, pero vamos que ya se te va hacer muy tarde – pone el auto en marcha y no puedo dejar de pensar en lo del baile, ¿podría significar otra cosa? No, imposible lleva 3 años llevándome y trayéndome, seguramente son ideas locas mías, aunque no estaría mal que le gustara y una sonrisa se forma en mi rostro ya que desde que lo vi me pareció divino, empezando por su estatura 1,85 y esos ojos color café con largas pestañas, además de unas hermosas cejas gruesas, su cabello negro, y esa hermosa sonrisa, tenía 14 años y me encanto pero cuando lo fui conociendo me di cuenta que él era mi amigo y nada más y lo vi así hasta el día de hoy pero él está a punto de cumplir los 30 no creo que le vaya a gustar una adolescente, basta Adela saca esas ridículas ideas de tu cabeza.

- Llegamos señorita Adela -

- Excelente y justo a tiempo que por lo que veo se está terminando mi clase -

- Eres terrible, no sé cómo te hago caso -

- Porque soy irresistible David, pero gracias -

- De nada, pero no puedes seguir haciendo esto de llegar tarde -

- Está bien ultimo martes -

- Eso espero, nos vemos a la salida, pórtese bien señorita Adela -

- Si señor – digo enfatizando el señor, ya que sé que detesta que le diga señor porque según él lo hago sentir viejo.

- Por favor no me digas señor – miro su cara de tragedia y no puedo evitar reírme.

- Hasta luego David, y no te traumatices por lo de señor -

- Está bien, hasta más tarde -

Bajo de la camioneta y voy directo al salón hasta que una fastidiosa voz me interrumpe.

- Señorita Castillo, nuevamente no la vi hoy en mi clase, ¿a qué se debió esta vez? -

- Profesora Lina, de verdad lo siento, pero hoy una ciclista venia como una loca y cuando mi chofer freno la ciclista se pegó contra la camioneta y toco parar para ayudarla -

TU CUERPO, MI NECESIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora