CAPITULO 17

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¿NUESTRA ULTIMA VEZ?

Adela

Llevo 15 minutos aproximadamente sentada en el autobús y nada que llego a la casa de David, me encuentro inquieta, nerviosa pero especialmente asustada no sé qué vaya a pasar hoy, lo único que tengo claro es que todo va a cambiar y no sé cómo vaya a afrontar dichos cambios.

Pasan otros 20 minutos y por fin estoy en la casa de David, confirmo la dirección y efectivamente es la casa de él, me entra la duda si timbrar o no, tan vez dejarlo todo así sea lo mejor, tal vez si entro alguien se dé cuenta y les avise a mis padres, Dios que hago, no puedo seguir en mis pensamientos ya que la puerta se abre y en seguida sale el, esta con la misma ropa de ayer, solo que toda desarreglada, tiene la camisa fuera del pantalón, los primeros 4 botones de la misma desabrochados, las mangas a la mitad del brazo y algo despeinado y sin mentirles es la mismísima imagen de la perfección en un hombre.

- Adela – mi nombre sale de sus labios con una delicadeza que hace que se me erice cada vello de mi cuerpo.

- Hola – no sé qué pasa, pareciese que algo entre los dos se hubiese roto anoche, quiero ir a abrazarlo y besarlo, preguntarle como esta, pero me detengo porque por primera vez dudo de me vaya a corresponder.

- ¿No ibas a tocar el timbre? -

- Tenía o mejor dicho tengo mis dudas, no quiero causarte más problemas – me da una sonrisa triste, una sonrisa que nunca había visto, pero la cual tiene el poder de romperme en mil pedazos el corazón.

- Entra, hablemos adentro con más calma, por favor – lo dice en un tono de súplica, en un tono de necesidad y me estira la mano, verlo así, es tan doloroso, tomo su mano e inmediatamente nuestras miradas se conectan, me jala el brazo con fuerza, cierra la puerta y me acorrala en la pared, coge mi rostro con sus dos manos y me besa, es un beso tan intenso, con tantas emociones encontradas, cierra los ojos y une nuestras frentes, no hablamos en la habitación solo se escuchan nuestros latidos.

- David – me mira y no puedo evitar llorar, me abraza y me lleva hasta un sillón.

- Princesa, no llores, todo se va arreglar, veremos qué podemos hacer – niego con la cabeza, me levanta la cara y limpia mis lágrimas, todo el maquillaje de esta mañana se deshace, pasa sus dedos por el moretón de mi cara y por mi labio partido – porque te hacen esto? – lo veo con los ojos llorosos, toma mis manos – ellos también te hicieron esto? -

- No -

- ¿Entonces? -

- Fui yo -

- No entiendo, como que tu – me quita las vendas y mis manos están peor que esta mañana – ¿tú te lastimaste así? -

- No fue con intención, solo me llene de rabia y empecé a romper todo lo de mi habitación, cuando termine, resulte con las manos así -

- Princesa – me cuesta en su pecho y me abraza.

- Perdón – le digo llorando y abrazándolo.

- ¿Por qué me pides perdón? -

- Porque por mi culpa paso todo esto -

- No digas eso, las cosas pasaron por una cosa, Adela no te culpo por nada de esto, al contrario, te doy las gracias, porque a pesar de que fue poco tiempo, me has dado una felicidad que nunca antes había vivido.

- ¿Me hablas de verdad? -

- Si princesa, ¿te dijeron tus papas como se dieron cuenta? -

- No, solo mencionaron a una persona que podría mostrarle pruebas de los dos a la prensa para hacerles daño económicamente por eso... - me callo de una, no se que tan buena idea sea decirle lo de Francia.

- ¿Por eso que? -

- Ellos creen que lo mejor es que me vaya para Francia -

- Lo mejor para ellos o para ti, Adela no te pueden llevar tan lejos -

- David yo me tengo que ir -

- No lo puedo creer, ¿prefieres irte para salvar el dinero de tus padres? ¿Me estas jodiendo? Adela ¿de verdad no significo nada para ti? -

- Porque mierdas dices eso, si fuera por eso ni siquiera pensaba en irme, y si significas tanto para mi que prefiero dejar a todos los que quiero, todo lo que conozco aquí y largarme para que no termines en una cárcel o muerto, mis padres tienen bastante poder y pueden hacer eso si se les da la gana -

- Discúlpame, pero como sabes que no te están mintiendo -

- Porque ellos son terribles personas, pero algo que caracteriza a la familia Castillo es el honor de su palabra, se que si me quedo van cumplir con lo que dijeron de igual manera si me voy -

- Cuando te irías -

- No lo sé, pero máximo a final de mes -

- Adela – me abraza aún más fuerte y otra vez las lágrimas salen.

- Tengo miedo sabes, el no saber que va a pasar, me llena de nervios -

- Yo se princesa, confía en que todo va a salir bien, si ves el lado bueno de todo esto, estando allá vas a cumplir todos tus sueños -

- Si, he tratado de verlo por ese lado y eso era lo que quería hacer antes -

- ¿Y entonces? -

- Que antes no estabas tu -

- Princesa, por ahora ni tu ni yo podemos hacer nada, solo queda esperar, tener paciencia -

- Lo sé, solo que es muy difícil -

- Es cierto, pero no nos quedan más opciones -

- Si, solo tenemos que ver que pasa más adelante -

- Vamos hacer lo posible para que todo salga bien sí? Y quiero que me prometas que pase lo que pase vas a seguir con tu vida, disfrutarla y ser feliz, por favor -

- Esta bien te lo prometo -

- Gracias -

- Ahora que ya terminamos de hablar, solo necesito una última cosa -

- Dime, que necesitas – me subo a ahorcadas de el y me empiezo a mover, sobre su pene, el cual poco a poco se va endureciendo – Adela -

- David, quiero que hoy me cojas como si no hubiese un mañana, quiero que me cojas como si esta fuese nuestra última vez -

- Tus deseos son ordenes -

TU CUERPO, MI NECESIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora