CAPITULO 6

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YO Y MIS JUEGOS

Adela

Me veo forzada abrir los ojos por la luz, caigo en cuenta que ya amaneció y que estoy encima de David atrapada por sus brazos, es algo completamente nuevo para mí y no sé qué pensar, acciones como estas logran confundirme, me hacen pensar que es lo que en verdad busca o ¿es normal abrazar toda la noche a un polvo?, bueno no lo sé, no tengo muchas experiencias en polvos, pero por simple lógica no creo que hagas eso, pero, en fin, ya llegamos hasta aquí, las preguntas pueden esperar. Me levanto lo más despacio que puedo, para no despertarlo a él y cuando por fin logro salir de su agarre se me ocurre ir a preparar el desayuno, puedo hacer unos huevos revueltos y un café, ya que es lo único que me queda medianamente bien, y lo más divertido de todo es que voy hacer todo completamente desnuda. Al llegar abajo, abro las cortinas y está haciendo un día muy soleado, me dispongo a preparar el desayuno, cuando veo que todo está listo, sirvo para los dos y lo llamo.

- David, baja a desayunar – espero un poco y finalmente baja y cuando lo veo con su cabello despeinado y trae puesto solo su bóxer, definitivamente este hombre me quiere matar.

- Buenos días, créeme que me gustaría despertarme más seguido así - se acerca y me besa, me pega a su cuerpo de tal manera que pueda sentir su erección y DIOS este hombre está más que preparado, me sienta en el mesón y empieza a estimular mi clítoris con dos de sus dedos.

- Espera –

- ¿Qué pasa? –

- No me vas a dejar ahí el desayuno, primero te lo comes -

- Adela, no seas así -

- Así como, lo prepare y no lo puedes dejar ahí, entonces comamos -

- Está bien – empezamos a comer en silencio hasta que me dice – cuando te haga el amor, te arrepentirás de desayunar primero – y casi me ahogo con el café.

- ¿De qué hablas? -

- No te imaginas como me está doliendo mi pene y todo por tu culpa, te voy a castigar por eso – y aunque esas palabras me calentaron espectacularmente, no se la voy a dejar tan fácil.

- No es mi culpa, tú te abalanzaste a mí y yo quería desayunar -

- ¿Segura que eso es lo que querías? – me pregunta eso poniendo una mano en mi pierna y haciendo presión, lo que hace que cada vez me caliente más.

- Si, por eso hice el desayuno -

- ¿Y por eso me esperaste desnuda? – y con eso quede muda – es más sigues desnuda y así sin tocar tu entrepierna sé que estas caliente y demasiado mojada – trago saliva porque es cierto estoy muy mojada – y también se otra cosa -

- ¿Qué otra cosa sabes? – pregunto con algo de nervios y a la vez emoción, él logra ponerme a mil el corazón.

- Se – se acerca a mi oreja y me muerde el ovulo de esta, empieza hacer círculos en mis pezones y en seguido logra que pongan firmes, empiezo a cerrar los ojos con su tacto y los abro en seguida porque para con todas sus caricias – sé que a las mujeres también les duele cuando las dejan con ganas – vuelve con su desayuno y mierda acabo de caer en mi propio juego – incluso, a algunas les duele más que a los hombres – y ahora quede así caliente y muerta de las ganas – te voy a torturar hasta que me pidas a gritos que te haga venir – vuelvo a tragar en seco, me hace poner nerviosa pero a la vez ansiosa de saber que me va hacer y si es verdad que me puede hacer gritar que me haga venir.

- ¿Estás seguro de que vas a lograr eso? -

- Mas que seguro -

- ¿Y si yo te hago venir primero? – me mira algo extrañado.

- ¿De qué hablas? -

- ¿No querías jugar? -

- Si, pero a mí me manera, es más para tu placer que para el mío -

- Precisamente por eso, hagámoslo a mi manera y será placer para los dos.

- A ver, explícame tu juego, quien te ve, tan tierna por fuera, pero por dentro eres todo lo contrario -

- ¿Te sorprende? -

- No mucho, en mi interior sabía que algo de maldad tenías por dentro -

- Pues déjame decirte que acertaste -

- Mmm me alegra saber eso -

- Ahora en cuanto al juego –

- Adelante explícame -

- Juguemos a quien se viene primero -

- ¿Qué quieres decir? -

- Tienes 15 minutos para hacerme lo que tú quieras y hacer que me venga, si no lo logras, será mi turno y así, hasta que alguno de los dos se venga -

- Me gusta mucho la idea, y que pasa si gano -

- No sé, si ganas me puedes pedir lo que quieras y si yo gano igual -

- Eso también me agrada -

- ¿Algún limite? ¿O algo que no pueda hacer? -

- ¿Cómo que cosas? -

- Te dejarías meter un dedo o hacer el beso negro –

- No eso no, esa idea no me gusta -

- Está bien, relájate solo era una pregunta, pero en ese caso mi zona trasera también está prohibida -

- Eso me parece bien, entonces vamos a la habitación – me agarra la mano y me lleva con él.  

TU CUERPO, MI NECESIDADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora