Capítulo 6

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P.d: Coloco esta canción ya que, me inspiró mucho a la hora de escribir este capítulo y lo quería compartir con ustedes.

DESPUÉS DE TANTO, VUELVES A MÍ... ¿POR QUÉ? SI YA TE ESTABA OLVIDADO

Después de haber pasado un rato escribiendo en mi diario, decido cambiarme el uniforme del instituto ya que no lo hice cuando llegué porque necesitaba escribir un poco y procesar todo lo que había ocurrido horas atrás. Sí que pasé un buen rato escribiendo, ya hasta el sol se escondió.

Sé que dirán que fue una tontería, que a cualquiera le dan un aventón y que no es nada del otro mundo.

Sí, eso ya lo sé, pero que te den su número, que te inviten a salir y que su amigo ya te tenga un apodo, ya es como que mucho, ¿no creen? por lo tanto, sigo insistiendo que no es normal. Y si es normal, que el universo me tire algo… Nada pasó, así que no es normal.

El no ser una de las más populares le suma a mi hipótesis del no ser tan normal lo que acaba de pasar y que algo detrás debe de tener toda esta situación.

Joder, ¿quién se fijaría en la que todos consideran como la rara del instituto? Pensándolo bien aquí.

«Creo que necesita que escribas de nuevo… ¿Cómo te llamas tú?

Bien, no hablas solo escribes

Luego de haberme dado un baño y ponerme ropa cómoda, decido bajar a la planta de abajo para ver que hay de nuevo por allí, también quiero ver qué había en la cocina para comer. Hoy sí que me ha dado mucha hambre, y es algo que me produce ansiedad; el comer tan compulsivamente y sin control alguno.

Creo que el no comer los días anteriores me está pasando factura, aún así, no puedo comer por comer ya que no quiero empezar a ganar kilos de más.

Ya en la cocina, rebusco en los armarios para al final optar por comer un paquete de maní que había escondido en el fondo de uno de ellos. Aquí casi todos somos amantes de los frutos secos, excepto mi madre, ya que es alérgica a ellos, es por ello que debo esconderlos de mi hermano.

Yo por otro lado, sí que amo el maní, es unos de mis frutos secos favoritos. Aunque a decir verdad, es el único fruto seco que realmente me gusta.

No lo sé, este si sacia mi apetito y disminuye mis niveles de ansiedad y descontrol.

Después de haber recorrido un rato la casa y de no encontrar nada interesante en la sala y en los pasillos, voy hasta el último área que me falta... El patio.

Ya en la puerta de cristal que da al mismo, me topo con que Ben está allí, al parecer va a nadar un rato en la piscina. Para ser sincera, hasta yo lo hubiera hecho; sin embargo, no sé nadar. Con el calor que hace lo que provoca es darse un chapuzón en una piscina o estar encerrado en tu cuarto con el aire acondicionado en su máxima potencia, y yo creo que optaré por lo segundo. Pero por otro lado, volviendo a lo de mi hermano... Ben sí que es un excelente nadador así que, él prefirió la primera opción.

¿En qué no será bueno éste chico?

Sinceramente, pensaba que era más tarde ya que desde mi cuarto se veía el cielo oscuro. Pero no, son las cuatro de la tarde según el reloj de la cocina y, efectivamente, el sol lo confirma porque pareciera las doce del medio día.

Lo Que Esconde La Perfección [COMPLETA] © LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora