Capítulo 14

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ANSIEDAD.

"Mis párpados pesan, me cuesta mantener los ojos abierto. La oscuridad me rodea y no hay nada más a mi alrededor; solo oscuridad y silencio. Pero de repente, una luz blanca impacta en mi campo de visión, ésta salió así, como si nada y si antes se me hacía complicado mantener los ojos abiertos, ahora con esta luz, se me complica mucho más.

Antes, todo estaba en silencio absoluto, pero poco a poco, se empiezan a oír voces a la lejanía que me dicen que no me quede dormida, o las voces no se dirigían a mí. Son un mar de confusión.

Me es imposible estar por mucho tiempo consiente, es una batalla, es sueño tortuoso que se apodera de mí y me impide el mantener la cordura y la concentración para entender que es lo que sucede a mi alrededor.

Otra vez, escucho más voces a la lejanía, pero hay un pitido en mi oído que no me deja distinguir que es lo que hablan. Sin embargo, puedo distinguir claramente algunas frases...

Doctor, ha perdido mucha sangre...

Al oír eso, puedo empezar a sentir como me trasladan de un lugar a otro ¿Estoy en una camilla? ¿Estoy en un hospital? ¿Qué me pasó? Las sirenas de una ambulancia confirma mis sospechas. Al parecer, estoy en el área de emergencia, porque no recuerdo haber estado en una ambulancia.

¿Qué me pasó? ¿Quién perdió sangre? ¿Seré yo?

Enfermera, busqué una bolsa... ¿Señora, qué tipo de sangre es su hija?

Al parecer se trata de mí ¿Cómo es que perdí sangre? No entiendo que sucede y porque me encuentro en un hospital.

Quisiera saber porque mi cuerpo no responde a mis órdenes; intento hacer el esfuerzo de levantarme, pero mi cuerpo parece que no coordinar en hacer lo que le pido, mis brazos empiezan a doler más y más y es como que si mi piel estuviera abierta; mi estómago arde mucho, mi cabeza duele en cantidades exageradas ¿Qué me pasa?¿Por qué me siento tan mal?

—O negativo—oigo un sollozo, del cual puedo deducir, que es el de mi madre ya que dice que tipo de sangre soy —¿Ella se va a...?

No logro escuchar lo que dicho mi madre y mucho menos la respuesta que le dan. Todo vuelve a ser distorsionado y confuso; mi cuerpo empieza a temblar y de mi boca empieza a salir algo que supongo que es espuma.

Todo se vuelve mucho más confuso; oigo gritos, reclamos, súplicas, siento como colocan cosas en mi cuerpo las cuales supongo que son para medir mi ritmo cardíaco. Siento tubos, cables y demás cosas encima de mi...

A quirófano...

—Esperen...— oigo de nuevo esa voz, es la voz de un chico que no logro distinguir nuevamente. Su voz se encuentra algo opacada en medio de sollozos, y algo de impotencia. Siento que me toma de la mano y con solo sentir su tacto me da seguridad de que todo irá bien.

Ese sentimiento se me hace familiar, pero en estos momentos no logro saber de quién se trata, pero en eso, quitan ferozmente su mano de la mía.

Hijo, no puede...— ¿No puede, qué? ¡Necesito sentirlo! Siento como mi cuerpo desfallece, otra convulsión se ve que amenaza mi cuerpo. Poco a poco, dejo de sentir aquellos aparatos que han conectado a mi cuerpo. Ya no me siento encima de la camilla, en la cual, al parecer me iban trasladando a un quirófano.

Lo Que Esconde La Perfección [COMPLETA] © LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora