Capítulo 28

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INOCENCIA CULPOSA Y UNA SORPRESA REPENTINA DE LA VIDA.

La verdad es que mi cerebro no procesa nada de lo que está pasando ante mis ojos. Solo puedo ver fijamente a la escoria de mi padre; que por su apariencia, es menos que una escoria, es una basura andante; es que su ropa y su apariencia en sí, me genera repulsión… Es simplemente asqueroso verlo fijamente.

¿Cómo se hizo todo eso? ¿Con qué fin? ¿Quién en su sano juicio se lastima de esa manera?

Camina un poco hacia nosotros con una cojera leve.

—Tú…— me señala con su dedo índice acusándome. Su rostro denota irá, desprecio y muchos sentimientos negativos.

Deimon por puro instinto, me coloca detrás de él y miro la escena con impresión… ¿Yo? ¿Yo le hice eso? ¿Cómo? Mi mente se ha quedado en blanco con gigantesca lagunas mentales, por su nefasta acusación.

—¡Quítate de mi camino! Que la del problema es ella y no tú, maldito niño entrometido— le espeta a Deimon, que lo único que hace es mirar a Zach de forma fría y con el ceño muy fruncido. Pareciera que ni parpadeara.

Miro a mi alrededor, y varias personas han salido de la carpa; algunos mirando todo con la boca muy abierta y otras susurrando cosas. Me aferró a la espalda de Deimon y me entran fuertes ganas de llorar, por la vergüenza que estoy sintiendo.

—¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué se ha detenido la música?— oigo la voz de mi madre a lo lejos y se escucha entre molesta y confusa.

Y sí, la música se ha detenido y hay un silencio intenso que se ve interrumpido por los susurros de los presentes en lugar. Y obvio, la voz de mi madre; ya que Zach y Deimon solo se limitan a tirarse dagas con la mirada.

—¿Qué están viendo...?— escucho la voz de mi madre cada vez más y más cerca, y me hago pequeña en mi lugar.

Quisiera en estos momentos estar soñando, quisiera despertarme de este mal sueño y que todo esto sea una mentira creada por mi mente.

—¡Bienvenida, Isabelle! He llegado para ser el alma divertida a tu aburrida fiesta, donde solo hay un monto de ricos estirados, iguales a ti— Zach sonríe siniestramente y siento el frenazo que ha dado mi madre al escucharlo.

Yo me dedico verlo con los ojos empañados por las lágrimas que amenazan con salir; pero es más rabia y odio lo que siento al mirarlo, ya la tristeza y el miedo no se a donde se fueron. Supongo que las mismas quedaron sepultadas ya hace tiempo, pero aún así, no soy capaz de insultarlo…No aquí.

—¿Zach?— mi madre llega rápidamente a dónde estamos Deimon y yo.

Zach se mantiene frente a Deimon. Y lo mira de arriba debajo de forma déspota y arrogante, lo cual me genera más rabia en mi interior.

—¿Cuánto te costó ese trajecito, niñito entrometido? Más de lo que gano, supongo. Los ricos siempre siendo tan humildes; luego se preguntan porque los odio— Deimon se mantiene en silencio, pero sus puños están tan apretados que sus nudillos se comienzan a ver blancos.

El sarcasmo de Zach está haciendo que su rabia se intensifique mucho más, ya que siento como el cuerpo de Deimon de tensa por completo.

Lo Que Esconde La Perfección [COMPLETA] © LIBRO #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora