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Todos hemos oído hablar de las almas gemelas.
Dos personas que están destinadas a estar juntas.
No importa que tan alejadas estén, existe una fuerza externa que se va a encargar de unirlas.
E...
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Kazumi gritó un "adelante" al oír el golpeteo en la puerta de su cuarto, convencida de que era su padre que quería decirle algo.
Para su sorpresa era Akihiro, quien apenas entró dejó bruscamente una caja sobre el escritorio.
—¿Y eso?—Preguntó la rubia claramente enojada.
No era tanto por la acción anterior, sino por el hecho de que su hermano venía ignorandola hacia días y aún no sabía la razón.
—Son invitaciones de boda—Respondió de forma seca.
Kazumi soltó la lapicera con la que anteriormente tomaba sus apuntes y rápidamente abrió la caja.
Kurumi & Seiji era lo que se encontraba grabado en dorado en cadas obre, dejando saber de quienes venían las cartas.
—Se casan en primavera—Contó el rubio con una falsa carcajada—Que original.*
—¿Es por esto que estabas así?—Preguntó la de ojos azules conectando los hilos.
—En parte—Dijo entre suspiros—Amo a mamá y quiero verla feliz, y se que ella no tiene la culpa, pero toda la situación me da asco.
Kazumi asintió, dejandole saber que ella compartía el sentimiento.
La boda no era el problema, tampoco lo eran los novios, sino todo lo que llevó a que se encontrarán en aquella situación.
Todo lo que había causado esa mujer que en algún momento fue como una segunda madre para ambos hermanos, por quien estaban por sacrificar todos sus deseos y que resultó ser una egoísta.
Al menos esa la imagen que actualmente ambos tenían de ella, y no parecía ser que cambiará en mucho tiempo.
—¿Deberíamos contarle a Kota?—Preguntó Kazumi.
—En algún momento deberá enterarse—Contestó, aunque por dentro no estaba muy seguro de su respuesta.
Hay veces donde el rubio detestaba ser el hermano mayor, pues debía ser quien se encargara de resolver esas situaciones. Por ende, sabía que era su deber ser quien hablara con su padre acerca del tema.
—Por cierto, junto con esa caja llegó una carta—Sacó de su bolsillo un papel y se lo extendió a la menor, quien negó con su cabeza—Sabía que no la leerias, así que te cuento lo más relevante. Van a venir a verte para tu cumpleaños, no aquí sino que van a pasar a buscarte para comer en un restaurante.
