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Era un día de semana común y corriente.

Kazumi fue a la escuela, habló con Kenma sobre algunos detalles del trabajo práctico, se presentó a sus clases y resolvió sus actividades del día.

Finalmente, cuando el momento de volver a casa llegó, fue al salón de primer año para esperar a Nase Hiroshi. Como se costumbre, desde la puerta le tocó ignorar los comentarios y preguntas de los compañeros del chico.

Siguiendo con la normalidad de su tarde, caminó junto al castaño en silencio observando las casas y negocios que había en el camino.


Nase iba con sus manos en los bolsillos, jugando con unas llaves que guardaba en uno de ellos mientras tomaba valor para decir su propuesta.

—Haru—La llamó el castaño.

—¿Mhm?—fue el sonido que emitió la rubia mientras giraba el rostro en su dirección.

—¿Recuerdas que el otro día te conté que sin querer arruine una camisa de mi hermana?—preguntó con su vista puesta al frente.

—¿Si?—Respondió con duda, sin poder anticipar el curso que iba a tomar la conversación.

—Pensaba en ir mañana a comprar una para compensarlo y quería saber si me podías ayudar a escoger—Él pasó una de sus manos por su nuca mientras hablaba-Prometo que será rápido.

Kazumi no fue capaz de notar las orejas rojas del chico, aunque podía percartarse de su nerviosismo.

Pensó un poco que responder.

Debía irse a su casa para estudiar pues la fecha de los exámenes comenzaba a aproximarse y no quería tomarselo a la ligera.

Más aún cuando ya había dado por ocupado el día siguiente pues se encontraría con Kenma para continuar con el trabajo.

Quizás sea mejor no ir, podría arriesgarme a llegar tarde al encuentro.

Aunque por otro lado tengo un par de horas antes.

Dudo que Kenma llegue temprano, siempre fue de los que llega con a tiempo. Ni un minuto más ni uno menos.

—Esta bien—Acabó contestando, encogiendose de hombros-Aunque no sé de cuanta ayuda pueda ser-Comentó por lo bajo.

Nase la miró de reojo por un segundo y volvio la vista al frente mientras su rostro se iluminaba por la emoción.

Durante su camino de regreso debían cruzar un parque en el cual una pequeña feria de artesanías se estaba llevando a cabo, por lo cual aprovecharon para mirar lo que cada puesto tenía en exhibición.

A unos pequeños metros se encontraban Kuroo y Kenma haciendo exactamente lo mismo, teniendo que conseguir un regalo para la madre del segundo.

El primero en notar la presencia del otro dúo fue Kenma, encontrando bastante entretenido el observar como una señora le rogaba a la rubia que le comprara al menos dos de sus productos.

—¿Qué mirás tanto? Oh—Dijo Kuroo al mirar al mismo punto que su amigo se había quedando viendo—¿Y ese quién es?

—Nase—Contestó Kenma con indiferencia recordando el nombre que la chica había dicho aquella vez en la cafetería.

Sin interes en observarlos, giró su cabeza hacía uno de los puestos donde al fin pudo encontrar algo que le resultaría útil a su madre.

—Ese podría gustarle—Comentó señalando un pequeño alajero.

lover of mine | kozume kenma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora