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Durante la mañana Kazumi intentó ignorar el dolor de cabeza y su cara ardiendo, pero otros síntomas comenzaron a aparecer cómo estornudos y extremo frío.

Fue de hecho Kenma quien notó que la chica no se veía bien, por lo que se lo informó en secreto a su profesor y éste le pidió a la chica que se dirija a la enfermería.

Ya allí, unos minutos y un ibuprofeno después descubrieron que la rubia tenía gripe, llamando a su casa para pedir que la retirarán.

-Pero de verdad no me siento m-. -Un estornudo no la dejó continuar, arruinando sus planes de impedir que la enfermera se comunicara con su familia.

La señora no tan mayor habló por teléfono con Akihiro, dejándole saber la situación y preguntando si podría irla a buscar. El rubio no dudo en decir que si y correr hacía la escuela.

-Tu hermano viene para acá. -Informó colgando el teléfono y volviendo su vista a la pantalla. -Vas a tener media falta pero ya esta justificada, no te preocupes por eso.

Kazumi asintió, sabiendo que ya no tenía voz ni voto en el asunto.

Kenma y Kuroo viajaban en el tren de vuelta a sus hogares.

Bueno, de hecho no a sus casas sino a la de Kazumi.

Según lo que el profesor le comunicó al de cabello bicolor -sin que él le preguntara-, el hermano de la rubia le había contagiado una gripe.

Nada grave, pero para evitar contagios decidieron enviarla a su casa.

Además de eso, le pidió a Kozume que le alcanzara a su compañera la tarea, siendo esa la razón por la que ambos chicos iban a la residencia Haru.

-¿Emocionado? -Preguntó Tetsurou a su amigo al notar que el muchacho iba perdiendo repetidas veces en su juego.

Habían solo dos personas que sabían que cuando eso ocurría era porque no estaba concentrado por tener su mente ocupada en otras cosas, y uno de esos únicos dos individuos era Kuroo.

-No-Respondió cortante, aprentando el botón de re-play.

-Debes tranquilizarte-dijo pasando un brazo sobre él mientras sonreía con picardía-Solo es Kazumi.

-Estoy tranquilo... Solo es Kazumi. -Repitió las palabras del mayor sin despegar la vista de la consola, dejando salir un suspiro de frustración al volver a perder.

Al llegar a la estación ambos bajaron del vehículo y por costumbre Kenma siguió caminado hacía los molinetes, dándose cuenta varios pasos más adelante la ausencia de la voz de Kuro.

Desconcertado se volteó, encontrando a su amigo parado a unos metros de distancia. Se devolvió y lo miró con el ceño fruncido.

El azabache por su parte lanzó una pequeña risa antes de hablar.

lover of mine | kozume kenma Donde viven las historias. Descúbrelo ahora