Capítulo 6

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Jamás en mi malparida vida, me había tocado que una chica desconocida acerque tanto su cara a la mía como saludo.

Con mis amigos, las que soportaban mis arranques de estupidez y me seguían el juego, lo hacía, osea, joteabamos para reforzar la amistad.

El beso de tres era nuestro lema de vida más no lo llevabamos a cabo.

Pero tener la cara de la mismísima Kanroji Mitsuri, 100% real no fake, no me incomodó ni me asustó, más bien me desconcertó. Osea, hasta lo disfruté, muuy en el fondo.

Su sonrojo y su sonrisa hicieron que de alguna manera quedara en trance. ¿A esto se le dice el encando Mitsuri o algo así? No podía dejar de verla. Bueno, lo disfrutaré, solo espero que Iguro Obanai no este arriba de un árbol vigilando a la pelirosada, que estoy segura que me hará sufrir si es que me toca entrenar con él.

─Vamos a mi finca, ahí podremos hablar mejor.─ soltó mis manos para luego enredar su brazo con el mío, e hizo lo mismo con Kanae. Haciendo que Mitsuri quedara en medio de nosotras.─ ¡No puedo esperar!

Y nos jaloneó hacia donde se supone queda su finca. El único problema es que estabamos trotando casi corriendo, y yo aún no tenia la condición de un cazador de rango Mizunoto, muchísimo menos la de un pilar. Así que era obvio que me cansaría rápido, me tropecé varias veces, y Mitsuri terminó cargándome.

Al llegar a la entrada de la finca, me bajé de la espalda de la pelirosada, estirando mis piernas porque se me entumieron.

─Creo que aquí seguiré mi camino.─ habló Kanae.─ Volveré en un par de días.

La pelinegra se dirigió a mí, pude ver el movimiento en sus brazos que indicaron que iba a abrazarme, pero se detuvo y disimuló su intención cruzando sus brazos.

─Cumple con tu entrenamiento, no le causes problemas a Mitsuri-chan ¿si?─ le alcé una ceja y casi sonreía irónica.─ No me veas así, sabes a lo que me refiero.

─Si hablas de lo que pasó en la cocina fue culpa de Aoi.─ alcé mis manos, rendida.

Bueno, Aoi me puso a cocinar hace unos días, pésima idea porque no sabía como hacer esos famosos onigiris o udon, no recuerdo que tenía que cocinar, y Aoi dio por hecho que si sabía. Claro, cuando le conviene se le olvida que tengo una fingida amnesia. Confundí una cosa con otra y el resto se los dejo a la imaginación.

─Si es así, presta atencion o si tienes dudas pregunta. No querrás incendiar la finca de Mitsuri-chan ¿verdad?

─Lo dices como si lo fuera a hacer.

Kanae puso su mano en mi cabeza, y alcé mi mirada ya que ella era mas alta que yo.

─Se que no lo harás.─ y dio palmaditas.

Se alejó, y Mitsuri aprovecho para lanzarse a abrazarla. Me sentí un poco mal cuando la pelinegra le regresó el gesto, ¿por qué se abstuvo de abrazarme?

─Nos veremos pronto, Kanae-chan. Yo cuidaré de Nanaku.

─Yo sé que si.─ se separaron.

─Cuídate, Kanae.─ le dije.

Ella asintió, hizo una reverencia y dio media vuelta para empezar a alejarse, vimos desaparecer su figura en la lejanía.

La pelirosada puso su mano en mi hombro, y alcé la vista porque también ella era más alta.

─Volverá antes de lo que piensas. Vamos adentro.─ tomó mi mano, abrió la puerta de su finca y entramos.─ Me encargaré de entrenarte bien, nos divertiremos juntas.

Forastera | Kimetsu no yaiba |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora