Forastera | Kimetsu no yaiba |

Capitulo 21

¿Cuándo había sido la última vez que soñó? Ella solo recuerda que fue en la finca de Giyuu y Sabito, su despistada mente no deja que recuerde exactamente qué fue lo que soñó para que se despertara en plena noche.

Ella maldijo, y abrió sus orbes bicolor, todo para que despertara en un lugar desconocido.

Se obligó a sí misma a mantener la calma, aunque no era la primera vez que su cabeza jugaba con ella, seguía siendo tedioso lidiar con estos cambios que surgen de la nada.

Se encontraba en aquel vacío oscuro, sin nada ni nadie más que su existencia. Rodó los ojos y maldijo en voz alta al espectro, preguntando en voz alta que era lo que había hecho ahora para que la llame de esta manera. Como siempre, no respondió, y cuando ______ iba a decirle que se fuera al carajo, su entorno se distorsionó.

Volvió a cerrar los ojos, y cuando sintió que el cambio terminó, abrió sus orbes y ahora se encontraba en un bosque, era de noche y las espesas copas de los arboles apenas dejaba entrar la luz de la luna, alumbrando casi nada. El bosque se sentía tenebroso, sombrío, y solitario.

La muchacha dio una vuelta en su propio eje, sin encontrar nada mas que vegetación. Suspiró resignada, y empezó a caminar, adentrándose más en el bosque, conforme caminaba, los alrededores se iban iluminando como si tuviera una lámpara de aceite en su mano, pero esta luz era azulada. De golpe, sintió la baja de temperatura tan familiar, y cuando iba a empezar a reclamar, se dio cuenta que Sinid no estaba ahí.

Volvió a buscarlo en aquel ambiente extraño, pero lo que miró en el tronco de un árbol, captó su atención, haciendo que se acercara con cuidado, al ver mejor el tronco, pudo notar las marcas profundas de unas garras talladas en la corteza.

"─Me lleva la pitufichingada.─ se queja, harta de que siempre le toque la desgreñada a ella.─ Lo que me faltaba. Un maldito animal. Con que no sea Sanemi."

Alzó su mano, para tocar aquella marca, pero de inmediato se detuvo, se dio cuenta de que su extremidad era más grande de lo que recordaba, parecía tener la mano de un hombre. Frunció su ceño, y la examinó, mirando su palma y dorso con detenimiento; iba a protestar en contra de Sinid, como siempre hace, pero un ruido hizo que se le olvidara.

Giró su cabeza, y fue en dirección al ruido, iba casi corriendo que no prestaba atención lo que había en el suelo, y no fue hasta que se tropezó con algo que pudo darse cuenta.

En el suelo del bosque, había muchos bultos que tenían puesto algún tipo de armadura, y lo que eran las manos o la cabeza, estaban cubiertos por aquella neblina azulada. De repente, un movimiento a su izquierda la alertó, volteó a ver rápidamente, encontrándose con una persona, aparentemente viva, que tenía puesta la misma armadura y su rostro era cubierto por la neblina, podía apostar de que se trataba de un hombre. Aunque la muchacha no podía verle nada de la cara, tenía la sensación de que la estaba mirando fijamente.

______ miró el bosque que los rodeaba, al montón de cadáveres en el suelo y al único sobreviviente, y de nuevo, aquella sensación de familiaridad apareció y en su cabeza resonó que esto ya lo había visto antes.

La muchacha se asustó, porque estaba segura de que en su vida jamás había visto algo como esto. Empezó a respirar con dificultad, apoyándose en el tronco, y cuando sintió que estaba a nada de desplomarse, todo su alrededor empezó a quebrantarse como un vidrio siendo estrellado.

Siendo por segunda vez, que volvía a caer en el vacío, siendo ahora, el único sobreviviente de la masacre, que caía junto a ella

[ ☆ ]

Abrí mis ojos de golpe, respirando con dificultad y sentándome con rapidez, tallé mi rostro, para asegurarme de que de verdad había despertado.