Cap 5. "El amor no es justo, pero allí tienes mi amor"

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Lo que haya sido contra lo que chocaron, se estrelló justo en el coche cama de Luz. El ruido fue muy fuerte, como el estruendo de una bala de cañón que chocara contra el costado del tren. Luz casi se cayó de la cama. Miró el reloj. Eran las seis y media. Perdían velocidad con rapidez hasta que el poderoso Capitol Limited se detuvo por completo, y al mirar por la ventana, Luz se dio cuenta de que estaban muy lejos de la civilización. Sintió olor a quemado.

En la oscuridad de la noche, vio luces aquí y allá del personal del tren que verifcaba el daño.

Salió al pasillo y se encontró con Bump.

-¿Oyó eso?-preguntó el anciano.

-Me parece que chocamos -respondió Luz-. Quizá había algo en las vías y lo atropellamos.

Skara pasó junto a ellos, con cara preocupada. Llevaba un montón de diarios hecho un ovillo.

-Eh, Skara, ¿qué pasa? -preguntó Luz.

-Chocamos contra algo, eso es seguro. Pero pronto estaremos en camino de nuevo.

Luz se fijó en el bulto que llevaba.

-Me doy cuenta de que de veras le interesan los diarios.

-Alguien los metió en el cubo de basura. Ni siquiera sé de dónde salieron. El único periódico que tenemos en el tren es el Toledo Blade, y no lo recogemos sino hasta mañana temprano.

Skara desapareció. Luz pensó que había tomado una decisión inteligente al haber previsto un tiempo extra en su itinerario. Parecía que lo iba a necesitar. En la época de Twain, el viaje de tres mil kilómetros entre Saint Joseph, Missouri, y California en diligencia tomaba cerca de veinte días. Aunque Luz tenía que viajar unos mil seiscientos kilómetros más que Twain, la transportaba un vehículo mucho más potente que la simple fuerza equina. Y, sin embargo, no dejaba de calcular en qué isla perdida podría esconderse de Boscha si llegara Navidad y ella no estuviera presente.

En eso se apareció Edalyn. Todavía estaba en camisón, pero se había puesto una bata encima para cubrirlo.

-Chocamos contra algo -afirmó ella.

-Así es-dijo Luz, mientras trataba de pensar de pasar a un lado de ella. Pero se dio cuenta de que cuando Edalyn se paraba frente a ella, el cuerpo de la mujer, se interponía en su camino a propósito. Era necesario que Amtrak construyera trenes más grandes para adaptarse a situaciones como estas.

Edalyn sacó una manzana del bolsillo y empezó a morderla.

-Recuerdo que una vez, hace tres años, no, hace cuatro, íbamos justo por este lugar cuando, bam, nos paramos en seco.

-¿De verdad? ¿Qué pasó? -preguntó Luz.

-¿Por qué no vienes a mi compartimiento, te sientas, te pones cómoda, y te cuento toda la historia?

Bump y Luz intercambiaron miradas; luego el ex cura se escabulló a la seguridad de su madriguera, dejando sola a la periodista.

"Gracias por el apoyo de la iglesia en tiempos de crisis", pensó Luz.

-Bueno, me gustaría, pero tengo que cambiarme para la cena. Tengo reservación a las siete.

-Yo también.

Por la manera en que la miró, Luz empezó a creer que ella estaba de veras interesada en ella. Lo único que pudo hacer fue dedicarle una débil sonrisa, mientras se las arreglaba para escurrirse por el costado y entrar en la seguridad de su compartimiento. Cerró la puerta con llave, corrió la cortina, y habría empujado la cama contra la puerta si no hubiese estado atornillada a la pared.

LA HISTORIA DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO -LUMITY ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora