-Te he seguido por Internet. De acuerdo con el itinerario, ahora estás en Pittsburgh, ¿no es cierto?
Luz miró por la ventana. El tren aminoraba la velocidad y vio el letrero de una estación: Connellsville, Pennsylvania. Estaban lejos de Pittsburgh. Con seguridad el tren se había detenido otra vez mientras dormía.
-Sí, se puede ver el estadio desde aquí -dijo-. ¿Te das cuenta de que son más de las doce de la noche en este lado del país?
-Imposible que estés durmiendo en el tren. ¿No es demasiado ruidoso y pega demasiados saltos?
-En realidad, es un viaje muy agradable, y sí, en efecto, estaba durmiendo-mintió Luz.
-Puedes instalarte allí, Matt –le dijo Boscha a alguien.
-¿Matt? ¿Quién es Matt? -preguntó Luz.
-Es mi ETCE.
-¿ETCE? Suena a enfermad.
-"Especialista en terapia de cuerpo entero". Es la última moda por aquí. Matt va a darme un masaje en la parte baja de la espalda, la parte posterior de los muslos y a hacerme el pedicure.
-Parte baja y muslos. ¿Algo más entre esas dos partes?
-¿Qué?
-¿Estás vestida durante el tratamiento?
-No seas tonta. Tengo puesta una toalla.
-Ah, bien, qué alivio. Oye, ¿para que necesitas que un tipo vaya a tu casa para hacerte eso? Creí que eras miembro de un elegante gimnasio.
-Me dolía mucho la espalda, y las uñas de los pies necesitaban un tratamiento de urgencia. Mañana voy a usar zapatos abiertos de tacón alto.
-Sí, claro. Me imagino que eso debe considerarse una auténtica crisis. ¿Cómo conociste a ese Matt?
-Matt es mi maestro de artes marciales. En su tiempo libre practica ETCE.
Cuando Luz fue a una de sus lecciones de artes marciales en Los Ángeles, se encontró con que la mayoría de los alumnos eran contadores, abogados, actores y chefs que se pavoneaban en ropa deportiva de lycra de diseño exclusivo y se la pasaban golpeando maniquíes de goma con los pies y las manos. Dos o tres alumnos de jardín de infantes medianamente pendencieros habrían bastado para darles una buena paliza a todos ellos.
-Dime, ¿Matt es el moreno de un metro noventa? ¿Ese tipo está ahora en tu casa, y tú sólo llevas puesta una pequeña toalla?
-Estás celosa. Eso me gusta, es saludable para nuestra relación. Y sí, ése Matt.
-¿Podrías decirle a Matt que tome el teléfono? Quisiera pedirle una cita para cuando llegue. Me parece que mi espalda va a necesitar un masaje n poco de luego del viaje en tren.
-Tienes que prometerme que no vas a tratarlo mal. Sé cómo eres a veces. ¿Me lo prometes?
-Por supuesto. Oye, me duele la espalda y quisiera un poco de ETCE, como cualquier cliente -oyó que Boscha le pasaba el teléfono a Matt mientras le explicaba algo.
-Ja, soy Matt. ¿En qué puedo servirle?
-¿Matt? Soy Luz Noceda. Antes de pedirle una cita, estaba pensando si tienes póliza de seguros contra enfermedades contagiosas.
-¿Disculpa? Yo no sé si la tengo.
-Es la última moda en todos lados, salvo tal vez el lugar donde provienes. Déjame explicárselo con palabras sencillas. Puesto que trabaja con cuerpos y entra en contacto con piel humana, corre el riesgo de contagiarse de alguna enfermedad seria, que podría transmitirle a su vez a otros clientes, como yo. Así que quería saber qué precauciones toma. Por ejemplo, estoy segura de que Boscha te ha puesto al tanto de su hepatitis Z y de los serios peligros que se asocian a ella.
ESTÁS LEYENDO
LA HISTORIA DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO -LUMITY ADAPTACIÓN-
RomanceLa vida de la periodista Luz Noceda es un desastre. Y para empeorar las cosas, debe cruzar Estados Unidos por tren para pasar Navidad con una chica a la cual no está segura de amar. Pero Luz ni se imagina lo significativo que será ese viaje de tres...