Cap 7. "Hasta el final"

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Luz y Amity se detuvieron a conversar en la puerta del coche de fumadores.

-Atrapaste al tipo. La cara que puso fue increíble -Luz le dio un abrazo que ella apenas le devolvió-. Bendito sea el rabino ajedrecista de Tel Aviv. ¿Cómo se llamaba?

-No me acuerdo-repuso ella en voz baja.

La miró y todo su optimismo se esfumó. Rabino Comosellame, en Tel Aviv, la escena del último encuentro, más bien la última batalla sangrienta.

No debía hacerlo, sabía que no debía hacerlo, pero lo haría de todos modos. Le preguntó:

-Podrías decirme ahora, puesto que tuviste todos estos años para pensarlo, ¿por qué me dejaste?

-¿Me estás diciendo que no sabes por qué?

-¿Cómo saberlo? Nada de lo que dijiste entonces tenía sentido.

-Porque no escuchabas, como de costumbre.

-Eso es una tontería y lo sabes.

-No tengo por qué quedarme aquí de pie y seguir escuchando tus delirios.

-Tienes razón. Si quieres, siéntate en el suelo porque voy a continuar. He estado preparando esto durante años. ¡De hecho, puedo delirar hasta que el Southwest Chief llegue al océano Pacífico dentro de tres días!

-Ya sabía que esto iba a pasar... lo supe en cuanto te vi. No has cambiado en nada, Luz.

-¿Por qué me dejaste, Amity?

Amity movió la cabeza, cansada.

-Luz, si hasta ahora no has entendido el por qué, no hay nada que yo pueda decirte para aclarártelo.

Luz le clavó la mirada.

-Lo siento, me cuesta mucho entender tu lenguaje críptico. ¿Podrías darme una ayuda? ¿Qué es lo que estás diciendo?

-En todos estos años, todavía no lo has logrado.

-¿Lograr qué?

-¡Madurar!-contestó la castaña con brusquedad.

Antes de que pudiera responderle, oyeron cantos que provenían de muy cerca. Casi de inmediato las rodeó un coro de Navidad, compuesto por el personal del tren y algunos pasajeros. King cantaba con gran entusiasmo Estaré en casa para Navidad.

-¿No quieren unirse a nosotros?-preguntó King-. Una dama capaz de beber una "Caldera Ardiente" de un solo trago como usted lo hizo es alguien a quien tengo que conocer.

Amity se alejó airosamente con los brazos cruzados. King miró a Luz.

-Oye, Luz, ¿dije algo malo?

-No, King, fui yo el que lo dijo-y Luz se retiró también.

De vuelta a su compartimiento, Luz oyó risas que provenían del piso de abajo del coche cama. Un poco de alegría le vendría muy bien en este momento. Bajó apurada las escaleras y dio vuelta a la derecha, donde se hallaban los alojamientos baratos. Al final del pasillo vio a Skara conversando con la mujer del tarot.

Skara le hizo un gesto con la mano para que se acercara. La mujer del tarot todavía tenía puesto el turbante multicolor, pero llevaba zapatillas para dormir. Era más bien bajita, de ojos cafés de mirada profunda y luminosa, llena de picardía y encanto. Creyó oler incienso procedente de su compartimiento, al otro lado del pasillo.

-Supongo que ése es su cuarto –le comentó a la mujer.

-Cielos, señorita Noceda, usted también tiene poderes psíquicos-respondió ella, al tiempo que lanzaba una sonora carcajada.

LA HISTORIA DE UN CORAZÓN ENGAÑOSO -LUMITY ADAPTACIÓN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora