Capítulo 58

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-Me da un poco de pena que Nacho y Mary se hayan tenido que ir con la peque para acostarla. Nos lo habríamos pasado todos muy bien. -Comenta Luisita, dando un sorbo a su bebida ya colocadas en un buen sitio y haciendo tiempo para que el espectáculo comience.

Durante el mes de agosto muchas ciudades y pueblos celebran sus fiestas locales, en particular alrededor del día 15, y cuando se enteraron de que donde estaban también tendrían su feria y su verbena, e incluso algunos conciertos de orquestas y algún que otro artista famoso gratis para los vecinos, estuvieron encantados. Sobre todo la pequeña, que quería ir todos los días a la feria y subirse en todas las atracciones. No tanto los mayores, por el gasto y las interminables pataletas con las que han tenido que lidiar, ya que parecía que nunca era suficiente para la niña. Amelia sonríe de lado. -Pero un poco solo, ¿no?

-Bueno... -Sonríe la rubia.- Carol estaba ya cansada, aunque si fuera por ella seguiría en los caballitos hasta que no fuera capaz de mantener los ojos abiertos. Y a pesar de que es gratis, a mí me encanta La Oreja de Van Gogh y me daría mucho palo tener que irme antes de que terminara el concierto. Me vengo arribísima con Cometas por el cielo al final.

La morena suelta una carcajada. -Sé que tienes un gusto musical amplio, tus listas de reproducción son muy variadas, pero pensé que luego eras más de los clásicos, por tu colección y tal. No sabía que eras una fan tan hardcore.

-¡Amelia! ¡Es que La Oreja es un clásico! -Le recrimina con los ojos muy abiertos.- Además están sacando toda la discografía en vinilo y me muero de ganas por comprarla. -Añade, a lo que su chica hace una nota mental para un posible regalo.- Siempre me han gustado, tienen canciones chulísimas y sonaban un montón en la radio cuando era pequeña. Pero desde El último vals... es que me encantan. Esa canción hizo click en mí en ese momento. Es una canción de despedida, ¿sabes? Y yo estaba un poco perdida entonces... Sentía cosas, que no sabía muy bien qué eran, y mi mejor amiga desapareció de mi vida.

Luisita fuerza una sonrisa y a la morena le impacta el gesto algo triste y los ojos llenos de nostalgia. La rubia encuentra su mano, para entrelazar sus dedos, mueve la cabeza para intentar sacudir los recuerdos que ahora considera tontos y se entretiene mirando al frente, donde los técnicos dan los últimos retoques al escenario, fijando los cables con cinta adhesiva y probando micros, mientras que la primera fila les vitorea, para no sostenerle mucho más la mirada. Amelia, sin soltar su mano, se coloca tras de ella, lo suficientemente cerca como para que pueda sentirla sin darse más calor en esta noche de intenso verano, y deja un beso lento en su cuello antes de intentar aligerar el ambiente y disipar sus recuerdos. -¿Así que eres más de Leire que de Amaia?

-Uff, a ver... -Coge aire Luisita, ordenando sus pensamientos.- Es cierto que yo soy fan, fan desde que entró Leire, por esa canción y porque siempre me ha encantado su voz y la energía que le da a las canciones, pero los chicos han estado siempre y son la esencia del grupo, Pablo y Xabi componen también las canciones y Álvaro y Haritz son unos cracks, me parece mal reducirlo a la cantante, así que no voy a entrar a discutir si era mejor con Amaia o ahora con Leire, es que paso del tema. -Contesta Luisita, casi sin respirar, girándose hacia ella y haciendo que Amelia consiga su objetivo y se muera de ternura al verla hablar con tanta pasión.

La morena bebe de su mini de sangría mientras que espera una pausa para intervenir en la conversación. -Vale, vale. He escuchado alguna vez sus discos, pero no estoy tan puesta. ¿Y cuál es tu canción favorita?

-Puedes contar conmigo. -Responde rápidamente, sin necesidad de pensarlo ni un segundo.

Amelia tarda algo más en procesar la respuesta de lo que Luisita ha tardado en dársela y le hace reír. -Entonces, tu canción favorita es de la época de Amaia.

-Sí. Y además fue compuesta por ella. –Añade con una risa.

La rubia parece disfrutar con el tema y confundiéndola, y la verdad es que a Amelia le encanta verla así. -¿En serio?

Luisita se encoge de hombros y asiente. -Quizás le presté atención un poco tarde, o quizás puedes escuchar una canción mil veces y disfrutarla como cualquiera, pero un día procesas la letra o la melodía y descubres que te llega más de lo que te habías dado cuenta.

-De repente, la escuchas de un modo diferente, adquiere otro sentido, y no puedes volver a escucharla de otra manera, para bien o para mal. -Completa la morena, sabiendo muy bien a lo que se refiere su novia.

La rubia asiente, totalmente de acuerdo. -Exacto, eso es. Pues esa canción me encanta. Desde el primer acorde de la guitarra de Pablo que hace que sea instantáneamente reconocible, el punteo del bajo de Álvaro que hace que resuene en el pecho, el ritmo frenético que marca Haritz, los sonidos imposibles del teclado de Xabi, yo siento que quiero verte, verte y pienso que recordarás las tardes de invierno por Madrid... -Se arranca la rubia con un verso, aunque pronto lo deja vergonzosa, sacudiendo la cabeza.- Me es imposible quedarme quieta mientras suena: necesito cantar, reír, bailar, llorar, lo que sea. ¿Sabías que como el nombre de la canción es muy largo, en el setlist que pegan al suelo la ponen solo como 'Madrid'?

-¿Y una canción de ellos que no te guste y pases cuando se reproduce? -Amelia responde a la pregunta de la rubia sacudiendo la cabeza, pero rápidamente vuelve a la carga, con más curiosidad.

Luisita resopla y finalmente contesta con algo de pesar. -Jueves. Me aburre muchísimo y, entre lo que dura y lo que lo alargan para lucirse, se me hace eterna. Que ya sé que es una canción preciosa, con mucha emoción por el tema que trata, pero es que no puedo. Igual es que ya la he escuchado demasiado, no sé. Fue la canción con la que se presentó Leire, en un acto promocionado por una marca de champús y un pelo que no la representaba. -Añade con una risa.

-¿Y del último disco? ¿Cuál es tu favorita? -Intenta alargar el momento, disfrutando del brillo de sus enormes ojos marrones.

La rubia ladea la cabeza. -Ahí es más complicado, porque no hay una que destaque muy por encima de las demás, ¿sabes? Pero bueno, creo que hay una que he reproducido más que las otras y ya sabes cuál es.

-Sí. -Confirma Amelia con una sonrisa.

Luisita se muerde el labio, perdiéndose en la mirada de la morena, que a su vez no puede parar de mirarla con ternura. -Pues es el primer dúo que sacan en uno de sus discos. En el anterior Xabi cantaba Tan guapa con coros de Leire, pero éste es el primer dúo como tal.

-Cuántas curiosidades conoces. ¿A cuántos conciertos de ellos dices que has ido? -Pregunta la morena divertida.

La rubia se gira cuando de repente suenan unos acordes de fondo, el juego de luces comienza y la gente empieza a aplaudir y gritar eufórica para recibir a la banda, que sube al escenario para ir cogiendo sus instrumentos y que empiece la magia que siempre es la música en directo. -No a los suficientes. –Contesta, mirándola por encima del hombro.- Es posible que María haya aprovechado para huir después del último a la que le hice ir conmigo.

-Está bien saberlo. -Musita Amelia, volviendo a pegarse a Luisita con la excusa de la inercia del público intentando acercarse al escenario.- Aunque verte así de ilusionada, me provoca siempre de todo menos ganas de huir.

Sentencia dejando un beso en su cuello e irguiéndose para observar el escenario y disfrutar del espectáculo, mientras que un escalofrío recorre el cuerpo de Luisita, entre los labios acariciando su piel sensible y los instrumentos y los coros de los chicos empezando a resonar por su cuerpo.

Aquí me he recreado. Escribí el capi justo cuando fui a mi primer concierto "post" pandemia y fue de La Oreja de Van Gogh, así que toda la frikeza es mía.

Y decir que ya no queda nada! (y menos mal, si no, P nos acabará alienado a todes)

Lo Nuestro es Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora