Capitulo 24

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Pov Verónica

Ya en mi habitación después de una buena ducha fría para bajar el pique, me quedo en bata un buen rato, hasta que necesito agua y comida. Cuando bajo las escaleras, escucho como si estuvieran rompiendo muchas cosas, luego se escucha un ruido ensordecedor, el ruido proviene del despacho de Williams.

No es chismoseando, si no a cerciorarme que todo esté bien, que me acerco a su despacho, pero veo que Carlos viene caminando hacia mí.

-verónica ¿ya te sientes mejor?- observo que me está recorriendo con la mirada- ¿te puedo ayudar en algo?

Me avergüenzo un poco- ¡eh no, gracias! Solo vengo hablar con Williams sobre algo- le digo señalando la puerta de su despacho, y se escucha otro estruendo.

-verónica, Williams no se encuentra en un buen momento- me dice serio- ¿no puedes ser después?

-porque sé que no es un buen momento es que voy a entrar Carlos- le digo ceñuda- es mi casa también- le digo a la defensiva,

-sí, pero recuerda que no puedes entrar sin autorización de el- me dice agarrándome del codo cuando intenté avanzar.

-me importa una mierda Carlos lo que pienses, voy a entrar quieras o no- le digo con la barbilla levemente alzada, escucho un suspiro de su parte.

-cabezota me tenían que salir los dos- dice entre dientes- ¡¿perdón?!- si quieres entrar allá tú, solo no digas que no te lo advertir, me suelta y sigue su camino.

Me quedo unos minutos debatiéndome si entrar o no, ahora que lo pienso bien, si Carlos no está ahí adentro y se escuchan esos ruidos, es porque enserio quiere estar solo, pero ahora es más el sentimiento que mi curiosidad.

<< ¡Vamos tu puedes verónica! El boche lo llevamos los dos >> cállate conciencia que no me estás ayudando en nada.

Inhalo dos veces para llenarme de valor y entrar. Comienzo a girar el picaporte bien despacio << como si eso sirviera pendeja>> me doy una cachetada mental y sigo en lo mío. Cuando logro entrar la cabeza, me quedo en shock del desastre que hay; entro y cierro lo más despacio que puedo, la puerta detrás de mí.

Comienzo a observar mí alrededor, y lo que era un hermoso despacho, ha quedado todo en ruina, ni siquiera los estantes se salvaron. Fijo mi vista en él, tiene una botella de whiskey en frente, con sus manos tapando su cara, su hermoso cabello todo revuelto al lado.

-¿qué quieres? ¡No estoy de humor Verónica!- me dice con voz grave sin levantar la cabeza de su lugar.

-¡solo quería saber cómo estabas!- le digo con sinceridad- escuche unos ruidos... solo quise saber cómo te encontrabas, ¡eso es todo!- solo siento como mi corazón galopea en mi pecho.

-ya me viste, así que vete- me dice en tono seco.

Me quedo observándolo, con el corazón vuelto loco. No sé si irme o no, y realmente no quiero irme; es como si sintiera que me necesita.

-¿POR QUE COÑO AUN NO TE HAS IDO VERONICA?- me grita ya fuera de si- ¡¿ERES TAN IDIOTA QUE TU CEREBRO NO LO PROCESA?!- Doy un respingo en mi lugar, y me quedo en shock; tienes los ojos rojos... pero LITERALMENTE ROJOS- ¡¿AUN ESTAS AQUÍ?!

-¡NO ME VOY!- le grito, no sé de donde saque el coraje- no me iré Williams, me puedes gritar todo lo que quieras, sacarme del brazo si eso quieres, pero no me voy- le digo quedando frente a él.

-¡verónica no estoy relajando! ¡VETE DE UNA PUTA VEZ!-me dice ya colérico, no sé de donde cojo los cojones para hacer lo que mi impulsividad me hace hacer a continuación.

Casada Con Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora