Capitulo 7

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Al día siguiente, me despierto bien temprano, bajo las escaleras y llego a la cocina, al llegar no hay nadie y lo agradezco, aun con el maquillaje se me puede observar los ojos levemente hinchados.

Veo que el café esta recién hecho y me sirvo una taza sentándome en el taburete de la cocina, me entretengo en mi taza y pensando en lo que Carlos me dijo con la cabeza agachada; no me doy percato que alguien entra hasta que escucho cómo ponen una taza de café delante de mí.

-Buenos días Verónica- me dice fijamente mirándome, cuando levanto la mirada hace una leve mueca con la comisura de sus lindos labios.

-Buenos días Williams- le digo disipando mis pensamientos.

-te notas un poco cansada, ¿no estas cómoda en tu habitación?- me quedo observándolo un segundo-¿o te molesta otra cosa? Si estas inconforme con algo solo tienes que decirlo, puedo hace...

-me molestas tú y tu preguntadera ahora mismo- hasta yo me sorprendo de mis palabras- deja de fingir que te importa mi bienestar y ahorrémonos el monologo barato- le digo parándome el taburete- solo sigue evitando como hasta ahora te ha funcionado- pero cuando estoy por salir de la cocina habla.

-normalmente el agrio en las mañanas aquí soy yo- me dice levantando levemente la comisura de su labios.

-hay malas costumbres que se pegan- le digo caminando de nuevo, se me escapa un suspiro; la verdad no puedo estar cerca de él, pero el muy idiota sí que quiere terminarme de arruinar la mañana.

-Hoy tenemos que ir a una gala benéfica, para las 8:00pm tienes que estar lista- me dice bebiendo de su café.

-perfecto- digo con sarcasmo.

-También dentro de media hora llegaran unas personas, que arreglaran el jardín, hace un tiempo me comentaste algo sobre eso, así que lo puedes arreglar como gustes- me dice agarrando el periódico, yo me volteo y lo miro unos segundos a ver si es una juego.

-me alaga que por primera vez me escucharas pero ¿no vez mi vestimenta?- le digo con ironía.

-no soy ciego verónica, y aunque creas que no te presto atención tampoco soy sordo como para no hacerlo, así que si ibas para la compañía tomate el día porque no voy a cancelar esa estúpida remodelación solo porque quieres hacerme la vida de cuadrito- me dice ya hastiado.

-me vale dos hectárea de mierda si vas a cancelar o no pero yo si voy para la compañía quieras o no- le digo ya harta- el único que me hace la vida a rallas y cuadro en esta maldita casa eres tu Williams y ya me tienes harta con tus ordenes de mierda, ten un buen día- le digo saliendo de la cocina.

-¡MALDITA SEA VERONICA, NO PONGAS A PRUEBA LA POCA PACIENCIA QUE ME QUEDA!- me grita atrás de mí, por la impresión me quedo congelada en mi lugar- cuando te digo algo solo captas lo que te digo y hazlo, me tienes harto con tus niñadas, ¡MALDICION!- grita, yo doy un respingo observándolo, por primera vez siento miedo de una persona- solo acepta la maldita remodelación- dice fuera de sus cabales- y solo te diré una cosa más- si sales por esa maldita puerta y no vas a cambiarte, no responderé sobre mis actos, ¿entiendes verónica?- yo solo asiento y el sale dejándome al borde de mis lágrimas.

Llego a mi habitación, me pongo un short, una blusa blanca, me hago un moño alto, y cuando salgo del closet, me doy cuenta por las persianas que ya llegaron los trabajadores, así que agarro mi libro, el teléfono y los audífonos y salgo a supervisar todo.

Ya han pasado 7 horas, ya son las 2:30pm de la tarde, estoy en el área de la piscina viendo como ponen los arreglos florales mientras tomo el sol y sigo leyendo mi libro.

Aun me cuesta procesar todo lo que paso esta mañana, es increíble lo canalla que puede llegar a ser el idiota ese; de un pronto me da sed y veo que me eh terminado mi limonada, la temperatura está muy alta hoy.

Me levanto, llego a la cocina y me doy cuenta que Williams esta llegado pero lo encuentro un poco cansado, mucho más de lo normal. Término de entrar y lo ignoro.

Es raro que no esté a esta hora en la empresa, pero sigo sirviéndome mi limonada como si estuviera sola.

-¿te está gustando el resultado?- me pregunta, y yo me hago la sorda- verónica estoy hablando contigo, así que responde.

-pero yo no contigo- le digo caminando hacia el patio.

-puedes dejar tu infantilidad e intentar tener una conversación de adultos- me dice con la mano en el puente de su nariz.

-cuando aprendas a respetarme y ganarte mi atención entonces intentaremos mantener una conversación decente- le digo exasperada.

-lo de esta mañana te lo buscaste tú, tampoco es para tanto- me dice mirándome fijamente.

-Para ti nunca lo es, ¿tú crees que yo soy uno de los malditos perritos falderos tuyo? Te equivocaste Williams, soy tu maldita esposa a la que no respetas y la tienes como una joya para lajear- le reclamo herida- me das lastima, estas tan roto que necesitas hacerlo con otros para poderte sentir bien; ¡ESTOY HARTA WILLIAMS! A veces solo me pregunto ¿Por qué diablo estás casado conmigo?- le digo llorando, sinceramente esta situación es más que yo.

-¡PORQUE ES UNA MALDITA OBLIGACION VERONICA!- me grita colerizado- ¿crees que teniendo todas las mujeres a mi pies me fijaría en ti?- estalla en una sonora carcajada- por favor, solo mírate, eres inservible para mí, no eres nadie en mi vida, tu misma lo dijiste ni siquiera me interesa como estas; ¡JODER! Ni siquiera sé cómo llegamos a este punto-Le da un manotazo a la encimera y doy un respingo.

-Lo sé, para ti no soy más que eso, ¡UN MALDITO ESTORBO! que No quieres desacerté de él- le digo en lágrimas- pero porque me miro todos los días en el espejo es que te puedo decir que soy mucha mujer para ti Williams. ¿CREES QUE ERES EL UNICO QUE OUEDE TENER LAS MUJERES QUE TE PLASCA?- me carcajeo fuerte y lo miro directo a los ojos- no eres más que una mosca en una rumba mierda Williams, no eres el ombligo del mundo; el mundo sin ti también gira pedazo de mierda; yo pudiera tener millones de hombres mejores que tú a mi merced, pero al igual que tú también tengo que cagar contigo ¡PEDAZO DE MIERDA!- le digo ya fuera de mi- quizás no por las mismas razones pero al final el resultado es el mismo- le digo, ya no aguanto la presión en mi pecho, siento que me voy a desmallar del dolor emocional que cargo.

-¡DIABLOS VERONICA, NO QUIERO TENER ESTE MALDITA DISCUSIÓN CONTIGO!- me dice casi rojo del pique.

-¡QUE CREES IDIOTA, YA LA ESTAS TENIENDO!-Dicho esto salgo de la cocina pero estoy tan enojada que no me doy cuenta cuando muevo la escalera del trabajador, que tiene una maceta en la mano.

-¡CUIDADO SEÑORITA!

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por favor chicos voten y apoyen, los quiero !

M

Casada Con Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora