Capitulo 4

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A veces es frustrante su actitud, pero no se puedo hacer nada cuando se trata de tu progenitora, más que tolerarlo, total nunca cambiara. Entre ella y mi padre, él es el que más me apoya y ha estado más presente que ella.

Llegó a mi departamento, de una vez me pongo manos a la obra; en la silla delante del espejo me pongo a ondularme el pelo, una vez listo optó por un maquillaje sencillo; cuando estoy lista y me gusta lo que veo, me dispongo a ponerme el vestido, realmente me gusta porque es elegante pero no ostentoso; una vez lista me pongo a coger mi bolso, echar lo más importante y salir.

Y aquí estoy, parqueada enfrente de la casa; sólo falto yo, lo sé porque veo su carro al frente parqueado, pero Dios...

Sé que puedo parecer una idiota pero no es fácil escoger una decisión por encima de lo que realmente quieres para ti por tu familia, esto no es lo que quiero aunque tenga que hacerlo, ¨cada acción trae una reacción, y cada reacción una consecuenci...

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Sé que puedo parecer una idiota pero no es fácil escoger una decisión por encima de lo que realmente quieres para ti por tu familia, esto no es lo que quiero aunque tenga que hacerlo, ¨cada acción trae una reacción, y cada reacción una consecuencia¨ espero en Dios que mi futuro no sea tan malo; con un suspiro y sin más me bajo del coche, entró a la casa.

-Señorita Verónica, entre venga- me dice Margaret amablemente- no me digas señorita nana, me conoces mejor que cualquiera en esta casa, Vero o mi niña como lo hacías de niña- le digo entrando y la abrazo.

-termine de pasar mi niña, la están esperando y ya usted sabe cómo es su madre- le doy un asentimiento con la cabeza seguido de un suspiro porque ya me imagino como esta.

-Gracias nana-entramos a la sala y hago una vista panorámica; y si ahí está el todo imponente e impecable. No lo puedo negar es más que apuesto es simplemente perfecto.

-¡Verónica, al fin llegas!- Me abraza mi madre-Si madre, el tráfico estaba un poco Intenso- miento.

-la puntualidad define a un Evans verónica, siempre te lo he recalcado-me dice con su cara de disgusto.

-¡ay Alice! no exageres, solo fueron unos 5 minutos de retraso- dice mi padre dando me un beso y abrazo.

-Si pero es de mala educación Adam- mientras ellos hablan, yo me acerco a Williams- Hola señor Williams, disculpe las molestias-le digo haciéndole un saludo con la mano.

-Hola Verónica, no me digas señor dime Williams- me dice con una sonrisa ladeada, algo muy característico en él a lo que veo- ya estamos en planes de formar una relación, creo que es lo más prudente- me guiña un ojo.

-lo tendré en cuenta Williams, pero mis más sinceras disculpas por hacerlos esperar, no es propio de mí- El me mira y me sonríe, ¿con complicidad? Creo que alucine eso.

-No hay problema, los improvistos se le presenta a cualquiera-Me mira fijamente, como si el supiera algo que yo no.

Ese gesto me hace sentir un poco incomoda y es ahí cuando me percato que nadie más habla más que nosotros, me giro y mis padres nos están observando con una sonrisa muy amplia en sus rostros.

-¡Margaret!

-¿Si señora Alice?- dice mi nana saliendo de no sé dónde.

-Vamos a pasar a la mesa, por favor prepara todo- le dice mi madre con una sonrisa.

-Si señora, ya todo está listo- le contesta mi nana con un asentimiento.

-¿Qué esperamos entonces?- dice muy sonriente- pasemos a la mesa.

Mi madre pasa delante, y así seguimos hasta el comedor, mi padre se sienta en la cabecera mi madre a su lado derecho, yo al izquierdo y Williams a mí lado. Comienzan a servir la cena y mi padre es el primero en hablar.

-Williams, ¿Cómo van los negocios?- el mira a mi padre y le da una sonrisa.

-Bien señor Adams, mucho trabajo con todo esos de las nuevas expansiones, usted sabe cómo es todo esto.

-Williams solo dime Adams-me mira y se ríe- sí, los negocios son algo duros de llevar- ya ahí mi mente se desconecta, estas charlas en la mesa simplemente me aburren; escucho como Williams dice-Porque no dejamos los negocios para otro día y hablamos de otra cosa- dice mirándome pero pronto mira a mi padre y se sonríe.

Después de eso, la cena pasa con anécdotas de mi padre, unas cuantas intervenciones de mi madre, nosotros solo nos reímos y compartimos miras de vez en cuando. Después de la cena nos sentamos en la terraza a bebernos unas copas; No quiero alargar más esto así que este es el momento justo para decirlo.

-Ya tengo mi decisión tomada-Todo los presente me miran esperando mi respuesta- ¿Y qué has decidido?-Me pregunta Williams.

-Mi decisión es... -¡Ay Dios! Si me sigue mirando tan fijo no creo que seré capaz de decir algo.

-¡Ay Verónica! Deja tu suspenso y habla de una vez.

-lo siento no lo estoy haciendo adrede- digo tragando el nudo que tengo en mi garganta- Sí, me voy a casar contigo Williams, pero con una condición- le digo mirándolo fijamente.

-La que quieras verónica- me dice con una sonrisa muy amplia para mi gusto- Será algo familiar y pequeño, eso también va para ti madre.

-Aguas fiestas, ya tenía todo planeado pero si esa es tu decisión, la respetaré- me dice con una sonrisa que deja ver su dentadura- pero no me vas a impedir ser yo la primera en regarlo- dice muy ilusionada- ¡por fin! Te vas a casar con un buen hombre- dice toda soñadora.

-Yo igual Verónica, a mí solo me importa que te cases conmigo-No sé por qué pero no tuve una buena corazonada con ese comentario.

-Gracias por respetar me decisión- les digo bebiendo de mi copa y dándole una pequeña sonrisa, mantener el teatro ante todo.

-¡ESTO HAY QUE CELEBRARLO, MARGARET!-dice muy emocionada mi madre, por cierto muy pocas veces la he visto como ahora; cuando mi nana se presenta le dice- trae una de las champagne especial del estante, por favor- Dice mi padre.

Y así comenzamos a celebrar la esperada boda de la familia Evans. El solo me mira fijamente mientras bebe de su copa; me agrada pero en su mirada hay algo que no buena vibra.

Alrededor de las 12 de la noche, Williams se despide y se va, yo hago lo mismo aunque mis padres me pidieron quedarme, prefiero mi espacio y amado apartamento, necesito pensar en toda esta barbaridad.

Ya en mi departamento, en mi adorada cama me pongo a darle mente a las intenciones de Williams, ósea se veía emocionado pero de una forma muy rara, realmente algo no cuadra aquí. Llamo a Tracy, le explico todo, reacciona igual que mi madre, me dijo:" por fin, te voy a ver vestida de blanco, mi gorda hermosa". Todos muy emocionados y yo con mis mariposas avisándome algo, hash esto es tan frustrante; No entiendo para que se quiere casarse conmigo, porque yo sé que él tampoco quiere por amor, ¿entonces que busca en mí? no tiene de donde sacar provecho de todo esto; voy a llegar al fondo de todo esto, quiero saber qué es lo que esconde mi dios griego; y con esos pensamientos caigo en los brazos de Morfeo.

Casada Con Un DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora