Pobre hombre.

24 1 0
                                    

Quedé con ella en vernos en la municipalidad, había entusiasmo de por medio, fui y ahí estaba ella, junto a su hermana y su amiga.
Era alta, blanca, ojos marrones claros y cabello castaño. Su hermana y amiga se retiraron, me fui a un parque con ella y charlamos, creo que le aburrí y fue directo al grano.
Quería que la llevara a un hotel, y lo hice. Entramos en la habitación, era bonita, nos recostamos.
Le di mi polo y ella se quedó en calzones, al principio no quería, pero ella sola empezó a tocarme y agarró mi pene.
Se puso de costado, su sexo era tierno y lento, que bien que gemía, eso me puso a fuego vivo.
Le dije: ¡Chúpame zorra!
Agarro mi dedo gordo y lo chupaba como si de un chupetín se tratase.
Sus mallas se veían sexis en sus delgadas piernas, eso me excitaba, era mi fetiche y me corrí adentro.

Sonó una llamada, ella contestó.
¿Aló? —Dijo ella—.
¿Oye, amor donde estás? —dijo su novio—.
Salí con mis amigas, después nos vemos, te amo. —dijo—.
Bueno amor cuídate, te amo. —dijo—.
Ella empezó a llorar, le dije oye no está tan mal solo fue un polvo.

Relatos de un joven indecente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora