Relatos de un joven indecente.

La gran fiesta.

Me dirigía hacia Monterrico un lugar bastante conocido en Perú, donde vive la clase alta.
Ya en la fiesta junto a mis amigos de mi barrio, la cosa se puso buena, buena música, había salido de una relación solo quería borrarla de mi mente.
Se reunió un pequeño grupo y sacan un porro, empiezo a fumar de él.
Un chico que apenas había conocido me dio una pastilla para la ansiedad, no sufría de ansiedad, primordialmente.
Bebí de más, se acabaron las jarras y yo me sentía a fuego vivo.
Andaba bailando solo al ritmo del reggaetón, todos me miraban, a mí me daba igual. Ellos no saben de diversión,
Divisó una mujercita, de vestido blanco, tacones altos, una figura que te mataba con la vista, un gran culo.
Me acerqué, no estaba en mis cinco sentidos.
¿Hola, amiga de donde eres? —Dije—.
¿De san juan y tú? —dijo—.
Yo igual, ¿cómo te llamas linda? -dije-.
*Me dice su nombre*
Yo soy Paco amoroso —dije—.
*Suelta una risa* ¿Y eres muy amoroso? —dijo ella—.
Le pregunté si bailaba, me dijo que no, estaba en todo su derecho, nadie bailaría con alguien que estaba fuera de sí, ebrio.
Me rechazó al momento, yo solo reí, mientras me iba a sentar. Sentí que se me apagaron las "luces del faro" y caí al suelo, las drogas y el alcohol hicieron su trabajo.
Me desperté adolorido, como si un tráiler me hubiera pasado por encima.
Entro a Facebook y veo una solicitud, era aquella sexy chica de la fiesta. Tuvimos algo de historia, pero eso lo dejaré para después.
Algo bueno tenía que pasar ese día, lo presentía, gracias al alcohol que me dio el valor.