Capítulo 27

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Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

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Wisconsin, Estados Unidos 🇺🇲

—Señorita, señorita, señorita —escuchaba desde muy lejos, pero apenas fui despertando escuchaba la voz más cerca, al abrir completamente los ojos me encontré con una enfermera.

—Buenos días —le dije, ella me sonrió.

—Buenos días, que pena despertarla, pero es que ya estamos haciendo el cambio de turno, así que debe esperarnos afuera —me dijo la enfermera, yo asentí.

Me despertaron solo para que me fuera, eso se merece una buena demanda, ya que no le costaba nada hacer ese cambio de turno conmigo dormida.

—Se la encargo mucho —le dije, ella asintió.

—Claro que sí, mientras tanto usted puede ir a comer algo —tomé mi chaqueta y salí de la habitación, aunque en verdad no tengo hambre, anoche me la pasé comiendo, me senté en la sala de espera, aunque aquí la temperatura está bajo 0°, así que empecé a mover mis manos para entrar en un poco de calor.

—¿Mucho frío mi amor? —levanté la vista y me encontré con David, le sonreí y ahí mismo lo abracé —Sammy estás helada.

—Y eso que acabe de salir, sino que este lugar está haciendo demasiado frío —le dije.

—Menos mal te traje está cobija y además te traje comida, porque sé que debes tener mucha hambre —me dijo mientras me pasaba una vasija.

—Tengo mucha hambre —recibí la vasija y comencé a comer, sé que les dije que no tenía hambre, pero es que a él no le niego nada, yo amo demasiado a este hombre.

—¿Cómo amaneció Amelia? —me pregunto mientras se sentaba a mi lado.

—Bien, anoche durmió toda la noche —le dije.

—Menos mal durmió bien, por otro lado, te tengo una noticia, pero sé que no te va a gustar —me dijo David bastante preocupado.

—La verdad ya me preocupé, así que cuéntamelo —exclamé ansiosamente.

—Edward y Eduardo con la ayuda de Arturo descubrieron que la culpable del accidente de Amelia es la mamá de Susan y...

Lo interrumpí.

—Yo lo sabía, esa mujer odia a Amelia y Susan también es culpable, esas mujeres son unas víboras y...

Ahora él me interrumpió.

—De hecho, de que Susan es culpable aún no se sabe, de lo que sí es culpable es de la muerte de Sofía...

—¡Qué, eso no puede ser! —grité con todas mis fuerzas, hasta se me cayó la vasija, pero menos mal ya no tenía comida.

—Así es, yo tampoco lo puedo creer, pero eso lo dijo el hombre que atropelló a Amelia que es el mismo que averió el avión en el que viajaba Sofía.

Amelia, quédate conmigo [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora