Vico
Fui demasiado duro. La vi alejarse mientras me acercaba a ella como si estuviera a punto de golpearla. Me hace darme cuenta de que actué como basura. Cierro los ojos y pienso en cómo le grité. Mis nervios no han estado bajo control en los últimos días. Me siento culpable por cómo grité. Voy a ver a Eugenia y le pregunto si ha visto a Lali. Señala los baños.
Camino y me paro fuera de la puerta del baño.
"Lali"
La llamo tres veces y no responde.
"Lali sé que estás ahí. Voy a entrar, no me importa" le digo y entro al baño.
Lo que veo me congela en mi lugar. Lava su camisa en el lavabo dejando solo su sostén. Pero esto no es lo que me distrae, sino las marcas en su rostro.
Sigue llorando y supongo que se lavó la cara y se quitó el maquillaje.
Está sorprendida de verme, pero no se muevo. Veo que está tratando de no llorar y veo que es difícil para ella. Me siento mal cuando veo de cerca las marcas en su rostro.
Toco su mejilla suavemente y no se mueve. Mi corazón se rompe cuando veo lo triste y destrozada que se ve.
"¿Quien te hizo esto?" Estoy preguntando.
"Es una larga historia. Está en la cárcel, así que no tienes nada de qué preocuparte", dice, tratando de cubrirse con su camisa.
Me siento miserable por haberla lastimado. Me acerco a ella y la abrazo.
Ella se resiste al principio pero luego se calma. Escucho que está llorando y me hace sentir aún peor.
"Está bien" digo.
No sé por qué estoy tan enojado acerca de quién le hizo esto. Quiero matar a esta persona. Pero también me odio a mí mismo por gritarle.
"Mírame"
No me importa si cruzo la frontera. Miro sus ojos rojos y paso mi pulgar por sus labios.
"Lo siento Lali. No debería haberte gritado así. Soy una basura. Lo siento" dije. Ella asiente, pero todavía me siento culpable.
Ella se aleja de mí y se le cae la camisa. Veo más marcas en su cuerpo. Hay señales de violencia en su cuello, brazos y abdomen.
"Lali"
Se da la vuelta y trata de cubrirse.
"¿Qué pasó? ¿Quién te hizo esto?" Digo pero ella no responde. "Mírame Lali" le digo y la vuelvo hacia mí.
"No necesito tu lástima", dice y se pone la camiseta. Ella sale del baño y yo voy tras ella. Recoge sus cosas y Eugenia la mira en shock.
"Dios, ¿qué pasó?" Pregunta Euge.
Paso una mano por mi cabello, nervioso por cómo va este día.
Lali
Sé que la cagué pero no pude soportar sus gritos. Cande tenía razón, no tenía que ir a trabajar hoy.
Me cubro la cara tanto como puedo cuando salgo del edificio. Después de que el Sr. D'Alessandro vio mis cicatrices, no quiero trabajar más aquí. No puedo mirarlo a los ojos después de que lo ha visto. Le enviaré una carta de despido mañana.
Llego a casa y me doy una ducha larga. Me siento perdida. Después de la ducha me aplico loción corporal y uso camiseta y pantalones cortos. Me corto un poco de fruta y como, perdida en mis pensamientos.
Pienso en el momento en que abracé al Sr. D'Alessandro y lloré. Soy tan débil y miserable.
Tal vez debería irme e ir a visitar a mis padres por un rato. No saben lo que pasó y si lo supieran estarían realmente preocupados.
No sé qué hacer. Le informo a Cande que hoy me quedaré en mi casa y comenzaré a limpiarla. Después de una hora termino de limpiar y me preparo unos fideos.
Ya son las ocho de la noche y me aburre. Demasiado temprano para irme a la cama, así que tal vez solo vea la televisión. Justo cuando tomo el control remoto escucho un golpe en la puerta.
"¿Quien es?"
"Yo" escucho la voz de un hombre. Pongo los ojos en blanco, no es real.
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Su Salvación
RomantizmVictorio D'Alessandro, 34, es un empresario que aún llora a su esposa que falleció hace un año en un grave accidente. Lo convirtió en un hombre frío y duro para la gente, pero es cálido y cariñoso con su hija Paloma de cinco años. Su vida da un vuel...