Vico
Entonces, ¿cómo se llama este sentimiento de que no puedo apartar los ojos de mi asistente personal?
Vemos una película y Paloma y Lali están llorando, se ven muy lindas. Paloma abraza a Lali durante la película y las miro.
Ayer, cuando Lali me contó sobre su vida, me sentí muy mal por ella. Estaba tan preocupado por mi dolor que olvidé que todos enfrentan sus batallas y debo ser más amable con la gente, especialmente con Lali.
Dolía verla llorar y escuchar sobre su pasado. Solo quería consolarla. Me sentí bien abrazarla. Mi cabeza gritó a soltarla, pero no pude. Incluso con todo lo que le pasó, el deseo y la capacidad de construir una nueva vida, su fuerza y su belleza me asombró. Ella es preciosa.
Ella me mira y sonríe. Recuerdo nuestro beso de ayer. Nunca había sentido una conexión tan fuerte con alguien después de un beso. Me siento culpable cuando pienso en mi esposa pero es la verdad.
Cuando la abracé ayer no quería irme. Puede sonar extraño, pero nunca quise irme, nunca.
Quiero besarla de nuevo pero me siento culpable, como si estuviera engañando a mi esposa. No sé qué hacer.
Lali me toca el hombro y me hace detenerme con los pensamientos.
"¿Cena?" Pregunta y yo asiento.
No la dejo ir a la cocina. Le digo que se siente en el comedor y nos sirvan dos copas de vino. Ella siempre hace algo incluso cuando no está en el trabajo. Nunca la vi descansar.
"Siéntate, nos traerán la comida" le digo y le pido a mi cocinera que nos prepare la comida.
Ella sonríe y se sienta. Paloma se sienta junto a Lali. Pasados unos minutos y nos traen la comida y comemos.
Paloma está triste cuando llega la hora de que Lali se vaya y la verdad es que yo también. Hay alguien que está cuidando a Paloma, así que decido llevar a Lali a casa.
"Te llevaré", le digo, esperando que ella diga que sí.
"No, está bien. Quédate con Paloma", dice.
"Estaré bien. Papá, tienes que llevarte a Lali", dice Paloma. Amo mucho a mi hija.
Lali nos mira y pone los ojos en blanco.
"De tal padre tal hija", dice. Me río y los dos nos vamos a mi coche. Le abro la puerta y entro después de que ella entra.
Conducimos en silencio durante unos minutos hasta que empiezo a hablar.
"Gracias por venir. Sé que te traigo mucho trabajo y luego es ..."
"No me quejo. Cuando veo a Paloma olvido del cansancio. Es una chica increíble".
"Lo sé, tengo suerte".
"Ella también tiene suerte de tener un padre como tú", dice y sonrío.
"Creo que tiene suerte de haberte encontrado" le digo y la miro.
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Su Salvación
RomanceVictorio D'Alessandro, 34, es un empresario que aún llora a su esposa que falleció hace un año en un grave accidente. Lo convirtió en un hombre frío y duro para la gente, pero es cálido y cariñoso con su hija Paloma de cinco años. Su vida da un vuel...