"Lo siento, no estoy acostumbrada a todo esto" lo admito. Aunque solo conocí a Rochi, me parece una buena chica.
"Ya veo, yo no vengo de tal origen y lo pasé muy mal al principio pero va a mejorar, no te preocupes" dice Rochi.
"Eres realmente agradable", le digo.
"¿En qué semana estás si puedo preguntar?" Ella pregunta.
"12" digo.
"Felicitaciones, estoy feliz por ti. Vico y vos se ven increíbles juntos", dice.
"Gracias, ¿qué hay de ti y Gas? ¿Quieren tener hijos pronto?" Pregunto y ella se sonroja. Quizás fue un error preguntar.
"No sé si estoy lista para ser madre", responde. Yo la entiendo.
"Nadie está completamente listo. Este embarazo no se estaba preparando. Estaba triste al principio pero ahora estoy feliz", lo admito. Nos sentamos en el banco afuera y hablamos.
"Puedo entender", dice ella.
"Lo siento si te aburrí" digo.
"Absolutamente no, prefiero hablar contigo y no con todas las otras mujeres aquí", dice.
"Entiendo", digo.
"Realmente te gusta Vico, ¿verdad?" Ella pregunta.
"Sí" respondo. En ese momento veo a Vico y a Gas acercándose. Vico pregunta si estoy bien y le digo que sí.
"Rochi, hace frío aquí. Entremos", le dice Gas a Rochi. Son realmente lindos.
Volvemos a la fiesta y paso toda la noche hablando con Rochi. Ella es agradable y es divertido hablar con ella. Le digo que Gas no le quita los ojos de encima.
"Parece que vas a tener una noche larga", me río.
"Cuéntamelo, él nunca se detiene", dice.
"Te entiendo. A veces me peleo con Vico para quitarme las manos de encima" digo y nos reímos. Al final de la noche intercambiamos números y decidimos encontrarnos en algún momento. Me alegro de tener una nueva amiga.
"Parece que Rochi y tú se han llevado muy bien", dice Vico. Ya estamos en casa y me está ayudando a quitarme el vestido.
"Sí, ella es encantadora, realmente disfruté hoy" dije. Vico me abraza y me pone una mano en el pecho.
"Te ves increíble, tus labios se ven increíbles", dice y besa mi cuello.
"Vico, estoy cansada" digo. Me besa una vez más y luego me suelta.
"Gas y Rochi son muy lindos juntos" digo y me quito el maquillaje mientras Vico se separa.
"Sí, nunca lo había visto tan feliz. Nunca pensé que se casaría", dice y me mira. Se para frente a mí desnudo y pienso en mi fatiga. Quizás no estoy tan cansada. Me acerco a él y sonríe.
"Pensé que estabas cansada" dice y me besa.
"No estoy lo suficientemente cansada por un rato" digo y él se ríe y me lleva a la cama.

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Su Salvación
RomantikaVictorio D'Alessandro, 34, es un empresario que aún llora a su esposa que falleció hace un año en un grave accidente. Lo convirtió en un hombre frío y duro para la gente, pero es cálido y cariñoso con su hija Paloma de cinco años. Su vida da un vuel...