🔞 straykids🔞 imaginas +18 (cierre de pedidos)

12. Jeongin

El cuerpo de Jeongin estaba sobre el tuyo en la alfombra de la sala, con sus piernas a cada lado mientras te clavaba en el suelo, con su mayor tamaño imponiéndose sobre ti, mientras te sonreía.

"Sabes, para ser una cosita tan pequeña, tienes algo de lucha, nena". Se burló, con su mano derecha sujetando fácilmente tus dos muñecas por encima de tu cabeza, haciéndote gemir de frustración.

"Has ganado, así que ¿por qué no coges lo que es tuyo?" Te burlaste.

Siempre jugabais a pelearos y a enfrentaros, pero aunque eras pequeño en comparación con él, siempre te esforzabas al máximo, y también sabías que era algo que a Jeongin le encantaba.

Había algo en la forma en que tenía que inmovilizarte para conseguir lo que quería, que le excitaba sin remedio. La forma en que pasabas de resistirte, a estar indefensa en sus garras, hacía que se le entretuviera la respiración, amando la forma en que eras tan pequeña contra su cuerpo.

Se inclinó sobre ti, sus labios trazaron la línea de tu mandíbula mientras te susurraba al oído; sin olvidar lo mucho que te excitaba que te dominara. Sabía que te gustaba cuando te sorprendía con su fuerza.

Sus dientes se hundieron suavemente en la carne del lóbulo de tu oreja cuando de repente te levantó, la camisa ( suya) que cubría tu cuerpo, se arrugó mientras te apretaba contra la pared, el marco junto a tu cabeza casi se cae de la pared con la pura fuerza dominante, sus ojos hambrientos mientras miraba fijamente los tuyos, notando el rubor en tu cara y la forma en que tus pupilas estaban dilatadas por la lujuria.

"¿Tomar lo que es mío? ¿Hm? ¿Te refieres a este apretado coñito?" Su voz estaba justo en tu oído mientras te arrancaba la ropa interior de los muslos, dejando que los jirones cayeran al suelo mientras se bajaba los pantalones, besando el lateral de tu cuello mientras te miraba.

"¿Mi chica? Mía! ¿Mi pequeña cosita indefensa?" Sonrió contra tus labios mientras gemías, la humedad se acumulaba y manchaba tus muslos mientras él se sacudía momentáneamente. "Mhm... toda tuya..." gemiste suavemente, haciéndole gemir en tu cuello mientras se frotaba entre tus pliegues, su punta recorriendo tu clítoris antes de encontrar tu entrada, mientras presionaba sus labios contra los tuyos, los brazos flexionados en la pared, se metió dentro, quejándose inmediatamente de tu estrechez, su polla ni siquiera entraba completamente debido a la gran diferencia de tamaño.

"Nena... oh, joder, estás tan apretada...", te besó la mejilla mientras gemías incontroladamente en su oído, antes de levantarte con facilidad, aún enterrada en su interior, mientras se movía hacia el sofá, sentándose y haciendo que te sentases sobre él, empujándose aún más dentro de ti.

Sus manos encontraron tus caderas mientras tus ojos se humedecían de placer, sus grandes manos pronto se acomodaron alrededor de tu cintura mientras tiraba de tu pecho hacia el suyo, comenzando a empujar lentamente.
"Si mi premio es esto, nunca voy a perder, nena".