🔞 straykids🔞 imaginas +18 (cierre de pedidos)

122.han jisung y lee felix

Quién iba a decir que un simple par de bragas podría hacer que tus hombres se pusieran nerviosos...

Dejas escapar un suspiro cuando tus ojos recorren tu armario casi vacío. No hay nada. Al menos nada que no sea de hace cinco años o que te quede medianamente bien.

Tus ojos se dirigen al cesto de la ropa sucia que está en una esquina de la habitación, lleno casi hasta el borde de tu ropa sin lavar. Se te escapa un resoplido, regañándote mentalmente por haber esperado hasta el último momento para lavar tu ropa.

Sales de tu habitación, con la cesta bajo el brazo, y pasas por la sala común, de donde procede todo el alboroto de la última media hora. Tus ojos se ponen en blanco al escuchar a Changbin y a Hyunjin discutir sobre quién tira mejor de la partida. Si alguien tuviera el valor de decírselo a Changbin, obviamente sería Jin.

Pones la cesta encima de la secadora y levantas la tapa de la lavadora. Una sonrisa se dibuja en tu cara. Vacía. Perfecto. No hay que esperar a que se lave la carga, y no hay interrupciones, bueno, tal vez una.

Su sonrisa se amplía al ver las manos que le rodean la cintura. Han se aprieta contra la puerta que da acceso al lavadero, haciéndote saber que Félix era el que estaba pegado a tu espalda. "Te dije que lavaba la ropa los martes".

"Es raro que lo sepas". Responde Han, sacudiendo la cabeza ante el australiano que se encoge de hombros.

"Soy observadora".

"No", interviene Han, acercándose al cesto para ayudar a echar la ropa. "Eres espeluznante".

"Lo recordaré la próxima vez que me pida un beso". Giras la cabeza cuando Han se calla, haciendo una pausa para meter la ropa en la máquina también. "¿Qué estás...? ¡Deja eso!" Félix se retira de tu cuerpo en un instante.

Tus mejillas se enrojecen por el objeto que sostiene Han entre sus dedos. Un par de bragas negras de encaje con un pequeño lazo blanco que descansa justo en la parte delantera. Como si lo que normalmente descansaba debajo fuera un regalo. Un sujetador a juego con el par reposaba en algún lugar de la cesta olvidada. Le da la vuelta a la prenda en la mano, tragando con dificultad antes de entregárselas lentamente, sus ojos se niegan a encontrarse con los suyos o los de Félix. "Lo siento. Qué vergüenza". Murmura, todavía con la mirada baja.

Extiendes la mano, cogiendo las bragas de su mano. Te preguntas si debes hablar o simplemente tirarlas en la máquina y olvidar lo sucedido.

Te inclinas por lo segundo hasta que recuerdas los sucesos ocurridos el día anterior. Recordando cómo a ambos casi se les cae la baba por las bragas y por la falda y el top escotado que llevabas a la cena.

Es bastante obvio lo que querían. Y tendrías que ser el mayor de los mentirosos para decir que no lo querías también,

El valor se acumula dentro de ti lo suficiente como para poner las bragas encima de la lavadora antes de alejarte. Félix retrocede mientras tú te diriges hacia donde está Han, mirando a la nada.

"¿De verdad estás tan cachondo? Te pones nervioso por un maldito par de bragas". Se queda quieto contra la secadora. Su cuerpo se tensa cuando se da cuenta de que estás de pie detrás de él. "Como un niño de doce años". Te burlas. "Date la vuelta. Mírame". Obedece casi al instante, su cara se calienta cuando se da cuenta de que está atrapado contra el secador.

"¿De verdad quieres follarme tanto?" Se queda con la boca abierta, con los ojos abiertos de par en par al oír las palabras. "Lo siento... déjame decirlo de otra manera. ¿De verdad quieres que te folle tanto?" Se ríe de su propia pregunta. Le cuesta incluso respirar, por no hablar de forzar alguna palabra. "Voy a tener que pedirte que empieces a responder a menos que quieras quedarte aquí con la polla dolorosamente dura".