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103. Félix

Dedicado a Ksndksksnaka

A Félix le gusta considerarse un artista.

Claro, si la gente supiera exactamente a qué se dedica el joven en su tiempo libre (o como trabajo secundario, no juzgues, todos queremos ganar dinero con nuestras aficiones, deja de mentirte a ti mismo), seguramente lo mirarían de otra manera.

Pero es un artista, no obstante.

Técnicamente, Félix tampoco necesita hacer lo que hace simplemente por el dinero. No, su trabajo principal está muy bien pagado teniendo en cuenta que es uno de los mejores en su género de "juegos". No se limita a jugar y ganar una partida; Félix, al igual que la mayoría de las cosas que toca, reclama la propiedad total del partido que disputa. Es bien sabido que es alguien a quien le gustan las cosas por sí mismo. Ama el control, anhela liderar y odia ser menospreciado.

Ah, y sí, financieramente, invertir en un juego indie hace tres años también le ha hecho bien a su cuenta bancaria.

Ahora, a una edad en la que se le puede considerar plenamente un hombre, y ya no un niño, anhela el control en diferentes aspectos de la vida y del amor.

Sin embargo, Félix tiene un problema.

Es salvaje.

No de la forma en que uno podría pensar que lo es (aunque varias personas podrían argumentar que sí, que también lo es en la cama...) sino en general. Le encanta controlar, pero odia estar atado.

Y una mentalidad así no funciona bien con las relaciones.

Las ha tenido antes, no lo malinterpretes. Ha tenido muchas en el pasado, pero todas se rompieron porque retenía ese deseo en particular, lo que le hacía estar inquieto y de mal humor, o porque daba la bienvenida a su mundo a sus parejas y se sentía incómodo con la forma en que las cosas progresaban.

No, no quiere experimentar. Sabe exactamente lo que quiere, y si eso significa que es "cerrado de mente" y una mala persona, que así sea para él.

De todos modos, nunca le gustó la compañía constante en su apartamento.

"Ah, la he visto antes. Aunque suele ser una habitual de Changbin". Dice Jisung, comprobando un nombre para Félix, que está garabateando en una servilleta mientras espera que aparezca su nueva cita. "Ya veo. Olvidé que Changbin se tomó unos días libres recientemente, probablemente por eso está ahora bajo tu mano". Explica, y Félix resopla, con su pelo rubio haciéndole cosquillas en la mejilla.

"¿Así que tendré que adaptarme? Quiero decir, el estilo de Changbin es bastante diferente al mío". Dice el joven, sin levantar la vista. Se limita a continuar con su pequeño boceto de pelo trenzado, mientras el larguirucho de detrás del mostrador hace clic en su portátil.

"¿Probablemente? No puedo comprobar los registros ya que son privados, pero por lo que sé Changbin sólo hizo lo habitual con ella", explica, encogiéndose de hombros mientras mira a su amigo y colega. "¿Puedo volver a citarla con Hyunjin si quieres?". Pregunta, y Félix, tras terminar su dibujo, deja caer el bolígrafo y se estira.

"Sí, eso sería probablemente lo mejor. No sabría qué hacer si se rompe... prefiero que no me arranque la cabeza, gracias". Dice, antes de levantarse.

"Ah- todavía vas a venir esta noche, ¿verdad? T/N dijo que iba a cocinar para nosotros". Dice, y el cuerpo de Félix se estremece un poco.

Tu nombre no es nada nuevo para él, pero la reacción a él ciertamente lo fue. Eres amiga de Changbin y Hyunjin, ya que te uniste a sus noches de juego hace unos meses después de que Changbin insistiera en que no podías quedarte solo en un día de Navidad. Félix nunca te había preguntado por qué estabas sola en primer lugar, pero tampoco le había importado mucho. Claro, eras una joya absoluta para mirar; técnicamente absolutamente su tipo, pero él había decidido desde el principio no perseguir nada en absoluto con usted. Sabía que la amistad no se mantendría contigo, su propia hambre era demasiado grande para ser saciada simplemente con gestos platónicos...