Perspectiva de Michell Ávila

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Texto original. Propiedad intelectual de Clockworker_writer

La pandemia fue como un golpe en la cara, pero un golpe dado con un guante de goma.

Me explico, cuando inició la pandemia yo me encontraba pasando por un muy gran problema en la escuela: golpes, burlas y demás cosas, por lo que había llegado a un punto donde no quería asistir a la escuela aun cuando prácticamente estaba siendo obligada además de que estaba enferma y nadie se quería acercar a mí por "ser portadora del covid", pero todo cambió el día trece de marzo.

Ese día mis compañeros habían sido claros conmigo: querían herirme ya sea física o emocionalmente. Y yo, sin ser capaz de defenderme, solo me fui a casa deseando que el lunes nunca llegara. Pero fue entonces que en el noticiero se anunció algo que paralizó a mi familia, pero que a su vez me dio un poco de alegría: habíamos entrado en cuarentena obligatoria.

Sé que a nadie le agradaría saber que su país ha tenido que entrar en cuarentena o aislamiento obligatorio, pero para una persona como yo: que había sido amenazada por sus compañeros, eso fue como algo qué aun cuando sabía que me haría pasar un mal rato, también me hacía saber que al menos estaría lejos de mis agresores.

Durante los primeros días de "aislamiento" el pánico comenzó a apoderarse de todos... Aunque no de mí. Y la razón de esto es, que mi mente aun no era capaz de asimilar lo que había comenzado a suceder, por lo que se podría decir que no sentía nada en absoluto.

Pasaron las semanas y pronto nos llegó otra mala noticia "a partir del inicio de la cuarentena, las clases ahora se llevarán a cabo de manera virtual". Al escuchar esto, lo más obvio es que muchos estudiantes comenzaran a quejarse por la situación, pero no yo, ya que de nuevo: aquello me estaba salvando de la ira irracional de mis compañeros de clase.

Pronto todos los niños y adolescentes a los que conocía comenzaron a "sufrir" con las clases virtuales, sin embargo yo ni siquiera tenía noticia acerca de mis profesores, cosa que me preocupó aunque me alivió al saber que al menos no tendría que hacer ninguna actividad aunque me preocupaba el hecho de que talvez las clases ya habían iniciado y yo estaba perdiéndolas.

Sin embargo mientras esperaba noticas con respecto a mis clases, ocurrió un suceso que dio un giro de lo más impresionante a toda la situación, pues mi sobrina: a quien llevaba años sin dirigir palabra, se había visto en la necesidad de quedarse en nuestra casa durante algunos días. Y además, teníamos que dormir en la misma habitación.

Cuando ella llegó, apenas y me digné a saludarla, sin embargo llegada la noche y demás, nos dimos cuenta de que no teníamos otra opción más que sobrellevar la pandemia estando unidas al no saber por cuanto tiempo deberíamos estarlo, por lo cual, comenzamos a conversar cada vez más llegando a entendernos y llegando a notar que teníamos demasiadas cosas en común, pasando a ser buenas amigas.

Pronto las clases realmente iniciaron para mí. Y aunque fueron como tres semanas solamente, esas fueron por mucho las peores semanas del año, además de que debido al aburrimiento decidí reactivar mi antigua cuenta de wattpad para comenzar a escribir una que otra cosa en espera de pasar el rato mientras las cosas sucedían, pues yo aun tenía esa creencia de que la pandemia no duraría mucho tiempo.

Pero como se nota que nuestro gobierno no sabe como manejar una situación de tales magnitudes, pues la pandemia continuó y pronto pareció que la economía y la integridad de algunas personas habían decidido arrojarse desde lo alto de una torre, porque la situación se fue por le caño en cuestión de meses provocando que el pánico comenzara a apropiarse de las mentes de aquellas personas que decían que todo estaría bien... Y sí: yo fui una de ellas.

No recuerdo cuantas veces me sentí asustada y confundida ante la situación en la que nos encontrábamos, pero si recuerdo que siempre me vi prácticamente obligada a continuar tanto por mi bien como por el bien de mi familia debido a que estos tenían demasiados problemas como para preocuparse aún más de lo necesario. Además de que conforme avanzaba la pandemia la economía comenzaba a caer cada vez más y muchos miembros de mi familia tuvieron que buscar un nuevo empleo además de que obviamente muchos de ellos también llegaron a contraer la dichosa enfermedad a la que obviamente todos le temían.

Sé que no debíamos viajar durante una situación como lo es una pandemia, pero digamos que eso fue exactamente lo que yo hice durante el mes de diciembre, pues quería asegurarme de que mis tíos se encontraran bien ya que ellos ya eran mayores de edad y vivían solos, por lo que una vez comprando mi boleto me dispuse a viajar con rumbo a los estados unidos de américa.

Fue un viaje largo y aterrador, pues había tenido que estar cerca de lugares en los que obviamente había cientos y cientos de personas y esto me había obligado a tomar una tremenda ducha nada más llegar a casa de mis tíos, sin embargo aquello valió la pena, pues mis tíos se encontraban perfectamente bien de salud además de que aquel había sido el primer viaje que realizaba por mi cuenta.

Así continuó pasando el tiempo y las cosas continuaron siendo peor que un sube y baja, pues lo cierto era qué así como había momentos en los que mi familia se reunía para celebrar tal como fue durante m fiesta de quince años en el mes de noviembre, también hubo momentos en los que apenas y nos alcanzaba para alimentarnos además de que pronto las enfermedades aumentaron.

Pero aun así debo decir que predominaron más los momentos que me hacen reiterar lo que mencioné al inicio de este pequeño escrito "la pandemia fue como un golpe en la cara, pero un golpe dado con un guante de goma". Porque sí: el incio de la pandemia dolió mucho, pero conforme avanzó el tiempo digamos que aquel dolor había comenzado a disminuir y ahora todo estaba relativamente bien.

 Porque sí: el incio de la pandemia dolió mucho, pero conforme avanzó el tiempo digamos que aquel dolor había comenzado a disminuir y ahora todo estaba relativamente bien

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