Desde que Noah se fue ese día después de dejarme sin palabras no he dejado de pensar en él y en todo lo que dijo. Él siempre me ha protegido desde siempre, nunca note cuando su cariño hacia mí fue más que amistad. Comienzo a recapitular como mi mejor amigo mujeriego fue bajando cada vez más el número de mujeres con el que se acostaba atreves de los años, siempre sospeche que era porque quería pasar la mayoría de tiempo con nosotros, pero ahora ya no estoy segura de nada.
No quiero perderlo y siento que esta situación me tiene entre la espada y la pared, todavía ni e arreglado la situación con mi sexy jefe y ahora tengo la confesión de mi ardiente mujeriego mejor amigo. Necesito que la tierra me trague y no me saque hasta que esto se resuelva solo.
Noah es un gran chico, él siempre ha estado para mí, estuvo la noche que recibí la noticia que mi madre tenía leucemia y no se apartó de mi lado hasta que me sentí mejor, no quiero perderlo, no lo soportaría, el significa todo para mí.
(...)
Después de no dormir casi nada la noche a anterior. Me sentía una muerta viviente camino al trabajo. Lo primero que hice al llegar fue buscarlo, podrá evadir mis llamadas, pero no puede ignorarme por completo en el trabajo... o eso espero.
Cuando vi a Bryan corrí hacia él y lo abracé, a decir verdad, necesitaba ese abrazo desde ayer.
—Me da gusto saber que todavía me quieres pequeña ratoncita — dice aceptándome en sus brazos.
—Tú sabes que te amo baboso — le dije sin soltarlo todavía.
—Yo también te amo, ahora suéltame antes de que piensen que soy hetero — dice lo cual rio para después soltarlo.
—Te vez cansada — comenta.
—Gracias por el cumplido ¿Has visto a Noah por casualidad? — pregunto.
—Hace poco lo vi salir a hacer un evaluó.
—Oh — me decepciono no poder hablar con él para arreglar esto lo más rápido posible.
—¿Por qué pasa algo? — me pregunta al notar lo nerviosa que estoy. Mi celular suena y leo un mensaje de mi jefe.
Te necesito
Es urgente.
Dios bendito, que la madre de los dioses me ayude.
—Te cuento luego, tengo que irme — le digo comenzado a caminar.
—Mas te vale, ¡Todavía me debes un chisme!
Troto a mi escritorio para dejar mis cosas y con mi libreta a la mano me encamino a mi perdición.
—Señor — lo saludo.
—Señorita López necesito que vaya a empacar maletas.
—¿Perdón? — a este se le zafó un tornillo.
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Pasión Irresistible
RomanceFrancia López secretaria en una de las más grandes empresas de New York. Desde el momento en que Andrés Rojas su nuevo jefe posa los ojos en ella su mundo comienza a tabalearse. Tensión sexual Atracción inevitable Ambos comparten una pasión irres...