Capitulo 25

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Con su mano en mi cintura Andrés me acompaña a la cintura

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Con su mano en mi cintura Andrés me acompaña a la cintura. Miradas, muchas miradas a nuestra dirección. Nunca había sentido tantas miradas encima de mí. En el camino varias personas se me acercan para regalarme su pésame y amablemente se los agradezco deseando que el momento pase rápido el momento amargo que regresa a mí.

Apenas entramos a la oficina me permito respirar de manera relajada. Mis ojos encuentran a mi antigua jefa sacando unas carpetas del estante y revisándola. Mi ánimo se volvió a elevar.

—¿Madre? — la llamada Andrés.

La veo y sigue igual de elegante que siempre. Nos ve y sonríe enormemente.

—Hijo... Francia que placer verlos — se acerca a mi —Escuche lo que paso, no sabes cuento lo siento Francia, tu madre era una excelente mujer.

Trago grueso y le sonrió.

—Gracias señora.

—Madre — Cayetana Rojas voltea a ver a su hijo —Francia y yo estamos juntos.

Diablos no pasaron ni tres horas y el hombre ya me está presentando.

Miro con las manos sudando de nervios a mi nueva suegra.

—¿Enserio? ... — trago grueso —Esplendido, que linda noticia, esta chica siempre me encanto.

Mis hombros que no me había percatado estaban tensos se relajan.

—Que placer tenerte como nuera hija — me tiende la mano y yo con gusto acepto y luego se dirige a su hijo —Tu no le vayas a romper el corazón.

Andrés levanta su ceja dislocado y yo trato de ocultar mi sonrisa ante ello.

—Ahora vengan, necesito que me ayuden.

—¿Para qué? ¿Qué haces aquí madre? Pensé irías a las Bahamas.

—Si, esas vacaciones puedes esperar quiero estar para el baile de medio año.

Entonces es como si una pieza encajara en mi cabeza. Cayetana solía siempre hacer una gala de medio año donde reúne dinero para dar a la caridad y aprovecha a que sus empleados tengan una linda velada.

—No es necesario madre — Andrés se acerca a ella tratando de quitarle el folder de sus manos.

—No señor, que tu no quieras realizarlo por que no puedes no significa que no habrá, además Francia me puede ayudar, ella me a ayudado a organizar la gala desde hace años. ¿no es así querida?

—Claro con gusto, seria un placer.

Le sonrió, la verdad siempre disfrutar armar esa fiesta con ella. Miro a el hombre quien me mira algo raro.

—¿Qué? — le pregunto.

—Acabas de perder a alguien importante preciosa ¿no seria mejor de dieras un tiempo del trabajo?

Pasión IrresistibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora