Capitulo 23

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Sus lentos pasos mientras se acercaban a mí, sus ojos viendo los míos y se veía

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Sus lentos pasos mientras se acercaban a mí, sus ojos viendo los míos y se veía... nervioso. Ahora que está mucho más cerca vi el color del cansancio bajo sus ojos, y que sus ojos se veían un poco rojo.

El tomo una silla y la ubico a mi lado para sentarse en ella. Dejo las rosas al lado de mi mano, los pétalos suaves rosando la parte superior de mi mano.

—¿Cómo te sientes? — pregunto tragando grueso volviendo a verme a los ojos.

—...Diría que mejor de cómo te ves tu.

El ríe, su risa sonó bastante grave, pero escucharlo reír se sintió mi cálido para mí. Es tan familiar y nuevo a la vez.

—Bueno, lo bueno estas mejor de lo que yo estoy.

Tenía que hacerlo, y lo hice. Levante mi mano y acaricie la piel de su mejilla captando su atención que borro la sonrisa que tenía, por la sorpresa diría, pero no se veía disgustado ni nada parecido. El escaneo mi rostro, como si fuese la primera vez que me estuviera viendo de tan de cerca.

—Perdón — cuando esas palabras salieron de su boca fui yo quien quedo congelada esta vez —Perdón por todo lo que dije y por haberme ido, perdón también por todo lo que no hice y por no sacarte de ese lugar lo más pronto que pude.

—¿Tú me encontraste?

—... Yo y mis contactos — una pequeña sonrisa volvió a asomarse en su rostro.

—Bien, entonces gracias por salvarme de esos locos.

Ahora su mirada se volvió... Apagada.

—Ellos... ¿ellos te hicieron algo? — note la preocupación en su voz.

Baje mi mano recordando unas cuantas escenas en esa cabaña con esos hombros. Andrés de inmediato volvió a tomar mi mano envolviéndola en la suya. Me conmovió ese gesto. Como si no quisiera perder contacto conmigo.

—...No, no lograron nada grave — asegure.

Ahora me miro aún más preocupado si eso se podía, pero también enojado, aunque no sentía que enojado conmigo.

—¿Te tocaron?

—Eso no-

—Si te hicieron, aunque sea un rasguillo si importa.

—Estoy bien, no quiero hablar de eso, no aún. Pero te aseguro que gracias a dios no paso a nada peor.

Se por su expresión que eso no le basto, pero lo relajo un poco.

—Muy bien, como tu desees.

Decidí cambiar te tema mejor.

—Leí tu carta — levanto la vista, me vio a mí y luego a las cartas en la mesa al lado abiertas —Creo que ibas a decirme algo en persona ¿No?

Sonrió y trato de ocultar su sonrisa tapándola con su mano que sostenía la mía. La mantuvo ahí unos segundos y luego dio un ligero beso en mi mano.

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